viernes, 11 de mayo de 2018

CICLOS DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA: LA HISTORIA DE MADRE SOLTERONA

Tras contaros qué es la Inseminación Artificial hoy vengo a mostraros la historia de Rocío, del blog Madre Solterona. Una mujer que con 30 años decidió que su momento para ser madre había llegado. Pero no voy a contar mucho más sobre ella porque prefiero que sea ella misma quien os cuente su historia, sus sentimientos, qué le llevó a elegir la maternidad en solitario y por qué se decidió por la Inseminación Artificial y no cualquier otra técnica.

Sólo me queda agradecerle a Rocío, una vez más, su colaboración con mi blog, mi pequeñospacio. Gracias por visibilizar, por dar voz y por estar siempre dispuesta a cualquier cosa que te pido. ¡Eres genial! Ahora os dejo con ella y con su testimonio, porque la mejor forma de entender las cosas, muchas veces, es conociendo las experiencias de otras personas que hayan pasado por ahí.

Ciclos de reproducción asistida: La historia de Madre Solterona

No es la primera vez que escribo sobre mi inseminación artificial, pero cuando Andrea (alias Mamá Pingüino) me pidió que contara mi caso en su blog, sentí que debía hacer algo diferente. Esta vez quería contar una versión más íntima de mi experiencia, menos técnica, reflejando ese sentimiento de amor sin precedentes que siento ahora, cada día. Porque la reproducción asistida no es solo un trámite o un negocio, que también, pero es mucho más que eso.

La inseminación artificial, en mi caso, empezó como un pensamiento, un quizás. Un anhelo disfrazado de locura, un deseo que se fue transformando en fuerza y determinación, y que finalmente me convirtió en lo que soy ahora: la orgullosa y feliz mamá de Lara. Para las que no me conozcáis, tengo 32 años, me llamo Rocío, y tengo una bebota sana y maravillosa de 7 meses y medio.


1 - LA DECISIÓN

Quizás siempre hayáis querido tener hijos. O quizás no, y el instinto os viene de nuevas. Pero en cualquier caso, nadie pondrá en duda que es muy fuerte pasar del "quiero ser mamá" al "quiero ser mamá ya". Es un pequeño matiz, pero lo cambia TODO.

Yo llevaba unos añitos pensando en eso de la maternidad, pero nunca era el momento: que si vivía en el extranjero lejos de la familia, que si sería bueno o no para mi carrera, que si no tenía pareja, que si sí tenía pareja pero la cosa no estaba aún tan seria como para plantearse hijos... Realmente, creo que el momento perfecto no existe, y que somos muchas las que nos decidimos hacerlo simplemente cuando un día nos levantamos por la mañana sintiéndonos "preparadas y punto", da igual todo lo demás.

Yo me decidí a ser mamá a los 30 años, con un buen trabajo, pero que me obligaba a vivir a caballo entre España y USA; y soltera, recientemente salida de una mala relación. ¿Os suena al momento perfecto? Os adelanto que durante mi embarazo viajé mucho, fui ascendida en el trabajo, sufrí pseudo-mobbing, me mudé definitivamente a España y me compré una casa. Y tras dar a luz fui despedida, encontré un nuevo trabajo y monté mi propio negocio paralelamente.


No sé si mi historia encaja o no con "el momento perfecto", pero creedme: al final, para mí sí resultó serlo, y si pudiera volver atrás en el tiempo no cambiaría NADA 


2 - LA INSEMINACIÓN ARTIFICIAL
 

La decisión estaba tomada, ahora tocaba ponerse manos a la obra. Como os comentaba, con 30 añitos sentí que había llegado mi momento de ser madre, y no me pareció que debiera esperar a encontrar pareja para ello.

Además, aunque hubiera tenido pareja, habría tenido que recurrir a la reproducción asistida igualmente, porque aunque no me gusten las etiquetas, debo decir que soy 90% lesbiana, aproximadamente xD

Total, que pedí cita en un par de clínicas y fui a informarme. Estaba muy sana y muy fértil, que aunque suene raro dicho así, es una suerte maravillosa y una de las cosas que más agradezco en la vida. Aunque existen otras técnicas de reproducción asistida, me recomendaron la inseminación artificial por mi edad, mi buena salud, y por ser el método más sencillo, barato y menos intrusivo de todos.

Desde mi primera cita en la clínica hasta que me inseminé, pasaron unos 5 meses, en los que me hicieron varias ecografías, una citología, múltiples analíticas y una histerosalpingografía. Podría haber resuelto todo en un par de meses, pero como estaba siempre yendo y viniendo por trabajo, la cosa se demoró un poco más. De todas formas creo que me vino bien la espera, porque así pude asegurarme de que tenía las cosas claras en mi cabeza, y preparar a mi familia para lo que estaba por llegar

Mi inseminación fue en diciembre de 2016. Me pinché las hormonas, fui a las citas de control, y me inseminaron justo un día después de mi cumpleaños. Es raro estar en una consulta, abierta de piernas, con dos doctoras hablando tranquilamente del "disparo" que potencialmente cambiará tu vida (sí, lo llamaban así). La inseminación en sí fue un momento, cosa de unos 10 minutos, ¡pero vaya 10 minutos! No sé explicar muy bien lo que sentí en ese momento, pero creo que no me equivoco si digo que fue una mezcla de emoción e incertidumbre muy muy grande.


Madre solterona 1

3 - LA BETAESPERA

La betaespera es ese periodo tras la inseminación y antes del test de embarazo, en el que podrías o no estar embarazada. Te dicen que hagas vida normal, pero yo creo que a todas nos cuesta un poco ponerlo en práctica. Es inevitable obsesionarte al menos un poco con cualquier pinchacito o cosquilleo por la zona de los ovarios, incluso anhelar cierta angustia mañanera que confirme la buena noticia.

Yo síntomas pocos. Preguntaba a mis amigas, y después mis amigas me han preguntado a mí, si sentía esto o aquello en la betaespera, como si comparando nuestras experiencias pudiéramos descubrir si estamos o no embarazadas. Cada mujer es diferente, e incluso cada embarazo en la misma mujer es diferente también, así que no: preguntar y comparar no sirve de mucho ni lleva a ninguna conclusión fiable.

Durante mi betaespera , y dejando a un lado eso de intentar identificar síntomas a toda hora, había un par de cuestiones que no se me iban de la cabeza... Poca gente se queda embarazada a la primera, hay que estar preparada para el NO, e incluso para abortos en las primeras semanas. En los mejores casos, el porcentaje de éxito es del 20%, así que si no conseguía el positivo esta vez, lo intentaría de nuevo en el próximo ciclo; aunque si volvía a fallar, los dos siguientes los perdería por viajes de trabajo... En fin, me daba miedo ese NO, me daba miedo perder la fuerza y la determinación si me encontraba con varios negativos en mi camino. Sin embargo, he vivido de cerca un par de procesos complicados de amigas, y leído sobre muchos otros, y una cosa me ha quedado bien clara: a pesar del dolor, las mujeres somos infinitamente más fuertes de lo que creemos, y sí, duele, pero al final vale MUCHO la pena. Y si no, que se lo digan a la luchador y valiente Andrea, con su Bebé Pingüino ¿Y si mi sueño se cumplía? ¿Y si sí estaba embarazada? ¡Wow! Sería la mujer más afortunada del Universo. Incluso ahora, pensando en cómo me sentí entonces, me bloqueo y me quedo medio boba, como en un trance de felicidad, sin palabras
 

4 - EL TEST DE EMBARAZO

Me dieron cita 17 días después de la inseminación para hacerme una analítica de sangre que revelaría si estaba o no embarazada; a no ser que me bajara la regla antes, en cuyo caso debía llamarles para comenzar con las hormonas de ese nuevo ciclo.

Típico de mí: no aguanté. Apenas 12 días después de la inseminación, antes de lo recomendado, me hice un test en casa. El primer test de embarazo de mi vida, sola en casa, nerviosa, no sabía bien como usarlo, me mojé las manos sin querer, intenté no mirar durante los minutos que se supone hay que esperar, y por supuesto tampoco aguanté. Era positivo. POSITIVO. Era muy tenue, muy muy tenue, pero se veía la rayita, y según las instrucciones eso significa POSITIVO.

Sé que hablé con un par de amigas, pero la verdad es que lo recuerdo todo como en un sueño. Se lo conté a mi madre y aguanté unos días más hasta tener los resultados de la analítica para hacer "oficial" la noticia, pero finalmente así fue: me quedé embarazada en mi primera inseminación artificial.



Hoy escribo estas líneas mientras Lara duerme en mi regazo. No hay nada más maravilloso, intenso, dulce, increíble y brutal en la vida.


- - - - 

¿Conocías la historia de Rocío? ¿Y su blog? ¿Si has pasado por un proceso similar, cómo lo has vivido?

CICLOS DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA

- Inseminación Artificial
- Fecundación in Vitro 
- La historia de Una Madre Legal
- Adopción de Embriones 
- La historia de My Baby Comes
- Ovodonación
- La historia de Mi Nube Violeta 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Al dejar un comentario en este post das tu consentimiento para el almacenamiento y gestión de tus datos por parte de Andrea Sánchez, responsable de Las aventuras de Bebé Pingüino, cuya única finalidad es gestionar los comentarios que realizas en este blog. Los datos que facilitas estarán ubicados en los servidores de Blogger (operador de web) y no serán utilizados para ningún tipo de uso comercial ni publicitario. Podrás ejercer tu derecho a modificar o eliminar tus datos enviando un email a: lasaventurasdebebepinguino@gmail.com

No olvides leer la Política de Privacidad, Aviso Legal y Política de Cookies de este sitio web para consultar todo lo relativo a Protección de Datos e información adicional (lo puedes encontrar en la parte inferior del blog)

¡Anímate a comentar! Me hará mucha ilusión leerte.