viernes, 22 de junio de 2018

CICLOS DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA: LA HISTORIA DE MI NUBE VIOLETA

Llegamos al fin de esta mini sección de los Ciclos de Reproducción Asistida con la historia de Mi Nube Violeta, a quien conocí también gracias a la #Infertilpandy en Twitter. Ella es una luchadora que tuvo que superar muchos obstáculos para lograr ser madre. Al final lo logró por medio de un camino que ella no esperaba tener que recorrer pero que hizo que todo valiese la pena.

Gracias por compartir tu historia conmigo, por dejarme plasmarla aquí en mi blog. Gracias por dar voz a la infertilidad y por dar la cara ante una Técnica de Reproducción Asistida que produce cierto "respeto" entre tantas personas. Con tu testimonio ayudas a diario a mujeres y parejas que tienen que afrontar una Ovodonación y eres un pilar fundamental en la #Infertilpandy por tu apoyo y comprensión a todas.

Ciclos de reproducción asistida: La historia de Mi Nube Violeta

Mi llegada al "mundo infértil" fue como por capítulos.

En 2009 fui al ginecólogo para ver si todo estaba bien, pero en un ovario derectaron lo que creyeron un teratoma y me operaron por laparoscopia. La recuperación fue lenta y dolorosa por un problema de cicatrización y tras eso, mis reglas se hicieron interminables e incontrolables en cantidad y duración. Me decían que era normal, pero en las revisiones, descubrieron pólipos y volví a la ruleta de pruebas para otra operación, esta vez una histeroscopia quirúrgica. Ni que decir tiene que el embarazo no llegó, aunque tras las dos intervenciones me aseguraban que mi fertilidad seguía intacta...

Pasamos a Infertilidad con la SS y las pruebas salieron perfectas, por lo que nos metieron en el saco del "Infertilidad de origen desconocido". Pasamos por cuatro IAS llevadas por un equipo (in)humano que me hacía sentir la persona más insignificante y estúpida del mundo. Esa etapa fue la peor de mi vida y empeoraba tras cada negativo.

Por fin pasamos a FIV: una nueva ilusión porque las realizaba una clínica privada concertada con la SS y ese cambio de aires sabía que me vendría bien. Me sentí tratada como una persona, incluso cuando descubrí, al revisar el doctor mi historial, que mi primera operación había sido por endometriosis y habían tocado ambos ovarios. Lo habían tenido delante de sus narices y nadie lo había visto... Ese diagnóstico me hubiese llevado directa a FIV y ahorrado mucho sufrimiento, pero decidimos ser prácticos y continuar porque no podíamos recuperar el tiempo perdido.

Allí hicimos nuestra única FIV que acabó tras la punción al no conseguir más que óvulos inmaduros y diploides. Para entonces ya no me quedaban lágrimas. Habían pasado siete eternos años y estaba más que agotada física y emocionalmente. La SS no nos permitiría hacer la última FIV que entraba por protocolo por mala respuesta y yo tampoco tenía fuerzas ni quería perder más tiempo batallando y esperando resoluciones.

Por nuestra economía sólo podíamos hacer un intento y apostamos todo a la ovodonación, que era la opción que más probabilidad de éxito arrojaba teniendo en cuenta nuestra situación.

Esta decisión no fue fácil, hablamos sobre ello en distintos tiempos. Al principio para mí era ciencia ficción y para él suponía rechazo, pero un día eso cambió y lo vimos como nuestra oportunidad de ser felices de una vez por todas. Nos dimos la mano y acogimos este tratamiento con la mayor de las ilusiones.

Siento como si el relato de mi infertilidad en este punto se llenase de luz y color abandonando las tinieblas justo antes de caer al precipicio.

Esperé un duelo genético que no llegó como yo esperaba, es largo de contar, como todo el tratamiento que si queréis conocer con detalle cuento en mi blog MiNubeVioleta.blogspot.com

Volvimos a la clínica y nos informaron de todo el proceso, firmamos los contratos, consentimientos y la descripción de nuestros fenotipos y grupos sanguíneos y en mi siguiente ciclo comenzamos con la ovodonación, primero preparando mi endometrio para luego esperar a la estimulación de mi donante, fecundar los ovocitos y recibir al embrión.

Desde que me llamaron avisando de cuándo sería la punción de mi hada (como nos gusta llamar a las #Ovogirls a nuestras donantes) y saber de su existencia sentí un vínculo muy especial que me unía a esa chica anónima y un profundo sentimiento de gratitud que espero que la vida le devuelva con miles de cosas buenas.

Fueron diez óvulos maduros que sentí parte de mí desde el primer momento y que tras ser fecundados con los gametos de mi marido dieron lugar a la que hoy es nuestra hija, lo más preciado y precioso de nuestra vida que llena nuestros días de alegría y felicidad.

Soy consciente de que tuve una suerte inmensa, porque aunque llegar hasta aquí no fue fácil ni corto, para muchas personas tampoco la ovodonación es la panacea y hoy día puedo decir que absolutamente todo valió la pena. 

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¿Conocías la historia de Mi Nube Violeta? ¿Y su blog? ¿Si has pasado por un proceso similar, cómo lo has vivido?

CICLOS DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA

- Inseminación Artificial
- La historia de Madre Solterona
- Fecundación in Vitro 
- La historia de Una Madre Legal
- Adopción de Embriones 
- La historia de My Baby Comes
- Ovodonación

miércoles, 20 de junio de 2018

NUESTRA BIBLIOTECA: SIEMPRE TE QUERRÉ

Hay libros que sólo a través de un título y una portada ya sabes que van a gustarte. Y así fue con éste. Una vez lo tuve en mis manos y lo leí una sola vez, se convirtió en un imprenscindible en nuestra biblioteca.

Este cuento "Siempre te querré" de la editorial Andana, está escrito por Robert Munsch e ilustrado por Noemí Villamuza. Unas ilustraciones muy bonitas porque parece que estuviesen hechas a mano.

Nuestra biblioteca: Siempre te querré 1

Este cuento narra la historia de amor de una madre y su hijo, a lo largo de los años y durante toda la vida. Un amor que comienza con el nacimiento, cuando la madre ya le cantaba una nana a su hijo mientras lo arrullaba.

"Siempre te querré, 
siempre tendrás mi cariño.
Mientras yo esté contigo,
siempre serás mi bebé,"

El cuento trata sobre cómo ese amor se va manteniendo y creciendo a través de los años, mientras el niño y su madre se van haciendo mayores.

Un amor eterno. Incluso cuando el niño, con dos años, se comportaba de forma rebelde y destructiva. Su madre le quería igual. Cada noche iba a su cama, mientras el pequeño dormía, lo cogía para mecerlo y le cantaba la misma nana.

Un amor sin límites. Incluso cuando el niño, con nueve años, no obedecía y decía palabrotas. Su madre le quería igual. Cada noche abría la puerta de su habitación, lo cogía para mecerlo y le cantaba la misma nana.

Un amor infinito. Incluso cuando el niño se convirtió en un adolescente, vestía ropas extrañas y escuchaba música rara. Su madre le quería igual. Cada noche, mientras él estaba dormido, ella entraba en su habitación, lo cogía para mecerlo y le cantaba la misma nana.

Pero el adolescente creció. Se hizo un hombre adulto y se fue a vivir a otra casa, a la otra punta de la ciudad.

Aún así, algunas noche, su madre cogía el coche y conducía hasta allí, se asomaba por la ventana de la casa y se acercaba a la cama, lo cogía para mecerlo y le cantaba la misma nana.

Y con el paso del tiempo el niño, que ya no era niño, siguió creciendo. Pero también lo hizo su madre. Un día llamó a su hijo y le dijo que fuese a verla, que no se encontraba bien. Así fue. Cuando su hijo llegó, ellá intentó cantarle la nana que siempre le cantaba pero no podía seguir. Estaba muy enferma.

Entonces el hijo se acercó a su madre, la cogió en brazos para mecerla y le cantó la misma nana que ella le había cantado tantas veces
"Siempre te querré, 
siempre tendrás mi cariño.
Mientras yo esté contigo,
siempre serás mi mamá."

Esa noche, cuando el hijo llegó a su casa, y después de permanecer un rato en las escaleras, fue a la habitación donde dormía su hija recién nacida. La cogió en brazos para mecerla y le cantó la nana que su madre siempre le había cantado.

Un cuento muy emocionante. Porque la vida y la muerte están unidas siempre y es importante también trabajar este aspecto con nuestros hijos, aunque sea muy difícil. Me gusta mucho porque el libro muestra cómo todo el amor que esa madre le dio a su hijo, día tras día, le es devuelto, sin condiciones, cuando ella ya es mayor. Siempre que lo leo acabo emocionada y eso es lo que hace que sea tan especial.

Nuestra biblioteca: Siempre te querré 2

Si te ha gustado la reseña y el libro te parece interesante, no dejes de visitar la página del libro en su web! Además, también podrás comprarlo si quieres!!!
http://libros.fnac.es/a1345821/Patrulla-Canina-Cuaderno-de-vacaciones-6-anos#

lunes, 18 de junio de 2018

CICLOS DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA: OVODONACIÓN (OVO)

Hoy toca el turno a la última Técnica de Reproducción Asistida de mi mini sección de Ciclos de Reproducción Asistida. Quise comenzar esta sección hablando de las dos principales técnicas que se suelen llevar a cabo y que son más conocidas: IA y FIV, para pasar a comentar otras dos menos conocidas pero igual de exitosas o más: ADE y, hoy, Ovodonación. 

Estas dos últimas son muy desconocidas por muchas personas y, en muchos casos, al implicar donación, muchas parejas no las contemplan. Sin embargo creo que son técnicas muy eficaces y que deben de darse más a conocer. 

Hoy hablamos de Ovodonación, una técnica poco valorada y contemplada por muchas personas pero que ayuda a muchísimas familias a lograr su gran sueño.

Ciclos de reproducción asistida: Ovodonación (OVO)

El proceso de Ovodonación (OVO) es igual que una FIV a simple vista. Sin embargo las dos primeras fases, las de estimulación y punción, no te las realizan a ti, sino a una donante. Mientras, pueden preparar tu cuerpo para la posterior transferencia, que es la última fase. Lo óvulos extraídos a la donante son tratados igual que en una FIV, se juntan en el laboratorio con la muestra de tu pareja o, en el caso necesario, con la muestra de un donante. Y se puede realizar una FIV tradicional o una FIV-ICSI, como ya comenté.

Es un procedimiento caro, de hecho es el más caro, porque incluye una compensación a la donante, ya que no es el mismo proceso el que se realiza cuando se donan semen que cuando se donan óvulos. En algunas clínicas existe la posibilidad de compartir donante. Esto quiere decir que una misma donante puede servir para dos parejas y en ese caso se reparten los óvulos y el gasto es menor.

Además, las clínicas tienen que asegurar una donante que cumpla una serie de requisitos y asegurar unos embriones de calidad. Se busca que la donante tenga las mismas características fenotípicas e inmunológicas que la receptora y las máximas posibilidades de compatibilidad, y suelen tener entre 18-35 años.

Ciclos de reproducción asistida: Ovodonación (OVO)
(Imagen de www.ovodonante.com)

Esta técnica está indicada para mujeres cuya reserva ovárica es muy baja o limitada, mujeres con edad avanzada o con menopausia, mujeres con anomalías genéticas que desean evitar usar sus óvulos para no transferir esas anomalías a sus hijos, mujeres con fallos repetidos en FIV o abortos de repetición y en mujeres con fallo ovárico oculto o con baja respuesta a la estimulación en FIV…
 
Como comenté en el post anterior en el que os hablé de Adopción de Embriones, tanto ADE como OVO implican donación del factor femenino pero mientras que ADE también implica donación del factor masculino, en OVO no tiene por qué darse el caso, se puede usar el semen de la pareja si las circunstancias lo permiten. Lo que las diferencia es que en OVO consigues una cierta cantidad de óvulos que se fecundan y de los que obtienes una cantidad de embriones para tí, mientras que ADE implica sólo la transferencia de un embrión donado. Es decir, la diferencia principal estaría un poco relacionada con el número de embriones, a parte del hecho, insisto, de que en OVO no tiene por qué darse una doble donación como sí sucede en ADE.

En este caso, igual que ocurre con ADE, es un proceso difícil por todo lo que implica a nivel genético y muchas parejas necesitan pasar por un duelo genético antes de llevarlas a cabo, algo que me parece muy normal. Sin embargo, una vez pasado, todas las personas que han recurrido a alguna de estas dos técnicas coinciden en que merece mucho la pena porque al fin y al cabo el factor genético es sólo algo más. Ser padre o madre va mucho más allá de todo eso.

Desde luego, de lo que no cabe duda es de que el mundo de la reproducción asistida ofrece un abanico de posibilidades enormes para todos aquellos que queremos ser padres y por alguna razón no podemos. Es increíble ver cómo evoluciona la ciencia y logra ofrecernos nuevas posibilidades cada día.
 
No te pierdas el próximo post de los Ciclos de Reproducción Asistida en el que Mi Nube Violeta, nos contará su dura historia para ser mamá y todo el proceso y las pruebas a las que tuvo que someterse para lograrlo. ¡Os encantará!
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¿Conocías ésta técnica? ¿Te has realizado alguna o conoces a alguien que lo haya hecho? ¿Ha sido efectiva?

CICLOS DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA

- Inseminación Artificial
- La historia de Madre Solterona
- Fecundación in Vitro 
- La historia de Una Madre Legal
- Adopción de Embriones 
- La historia de My Baby Comes
- La historia de Mi Nube Violeta

miércoles, 13 de junio de 2018

NUESTRA BIBLIOTECA: MIMOCERONTE

El libro que voy a reseñar esta semana me ha llegado en un momento ideal. Y es que desde hace un tiempo Bebé Pingüino está de lo más mimoso, sólo quiere brazos y cariño. Así que cuando conocí este libro pensé que sería perfecto para añadirlo a nuestra Biblioteca y abordar este tema. Y no me equivoqué.

El cuento se llama "Mimoceronte", es de la editorial Edebé y está escrito por Ana Galán e ilustrado por Rodrigo Luján. Pertenece a la colección "Animales Sentimentales" donde podéis encontrar otros títulos como: Llorangután (llorar), Miopardo (saber compartir), Rompopótamo (cuidado de las cosas), Roncofante (roncar) y Mocodrilo (malestar cuando están malitos), el título que más gracia me ha hecho. Cada uno de ellos aborda una situación con la que nuestros peques pueden sentirse identificados en un momento dado.

Nuestra biblioteca: Mimoceronte 1

Mimoceronte es un cuento protagonizado por un rinoceronte pequeño y sus papás en el que se aborda cómo él actúa de forma mimosa con ellos y por qué lo hace así.

Un cuento perfecto para iniciar a los niños en el divertido mundo de las emociones, ya que suelen empatizar bastante con los animales y esto les ayuda a reconocer en ellos mismos sus propias sensaciones y emociones. Este es, precisamente, el objetivo que presenta este cuento (y toda la colección): ayudar a aceptar, reconocer y trabajar las emociones.


El cuento muestra cómo se producen esas situaciones en las que el pequeño rinoceronte demanda esos mimos. A través de besos, abrazos, llevándole en brazos, sentándose encima tuya... Porque en definitiva lo que el rinoceronte mimoso quiere es que sus papás lo mimen y se queden a su lado. Les quiere con todo su corazón porque no hay nadie en este mundo con quien él se sienta mejor que con ellos.

Es un cuento precioso para leer a tus hijos una y otra vez, por lo tierno del texto y, sobre todo, por las imágenes tan entrañables que lo acompañan. Es perfecto para niños en edades más pequeñas ya que es un libro de tapas y hojas duras, perfectas para sus manitas y con un tamaño genial para llevarlo a cualquier parte.

Lo mejor de todo es que es un cuento con poco texto que aparece en forma de rimas, ideal para que nuestros hijos lo memoricen de una forma fácil y divertida.
Nuestra biblioteca: Mimoceronte 2


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lunes, 11 de junio de 2018

PRIMERA VISITA AL ODONTOPEDIATRA: MI BEBÉ TIENE CARIES

¿No os ha pasado alguna vez que a pesar de estar muy informados sobre algún tema luego no lo aplicáis? Pues eso me ha pasado a mi. Y muy mal.
 

Siempre he sabido la importancia de una buena higiene bucal y dental para todos, incluso para los más pequeños. Yo he tenido la suerte de tener una boca sana y a mis 31 años no he tenido ni una sola caries. Y eso que en ocasiones reconozco que he sido un poco vaga y me he limpiado los dientes muy por encima y no de la forma adecuada.

Sabía que se recomendaba que los bebés se limpiaran la boca aún cuando no tuvieran dientes. Que era recomendable usar una gasita o una cepillo dedal. Y luego, ya con el primer diente, usar cepillos para bebés. La teoría me la sé a la perfección, como veis. Pero la realidad es que lo fui dejando. No le di importancia. Me parecía demasiado pequeño. Y me equivoqué.


Primera visita al odontopediatra: Mi bebé tiene caries

Sobre el primer año de edad de mi hijo empecé a ver qué algunos de sus dientes superiores (principalmente los incisivos centrales y laterales de arriba) estaban cambiando de color. Era como un amarillo sucio. Al principio pensé que eran restos de comida o suciedad por ese tema. De hecho me daba la sensación de que algunos días estaban más blancos que otros. Tampoco él me daba pie a que pudiera mirarle bien la boca.

Tengo que decir que a sus 12 meses mi hijo ya tenía casi todos los dientes y muelas. Habíamos estado con LME hasta los 6 meses y a partir de ahí iniciamos la alimentación complementaria aunque nunca dejé de darle el pecho a demanda. Y demandaba mucho, pese a la comida. No se saciaba del pecho en ningún momento, y mucho menos por la noche.

A los 18 meses le llevé a un Pediatra a que le hiciese una revisión general. Para ese momento los dientes que he comentado antes ya tenían un tono más marrón. Marrón clarito, diría yo. Y ya tenia muy claro que no eran restos de comida sino algo más. Efectivamente. El Pediatra, que con mucho esfuerzo pudo verle algo mejor que yo la boca, me confirmó que parecía ser falta de pigmento, es decir caries. Me dijo que solían salir por tres razones principales: uso de biberón, ingesta de dulces o de zumos azucarados industriales. En nuestro caso no cumplíamos ninguno de los tres puntos. Algún dulce le había dado en alguna ocasión pero era algo muy puntual como para que derivase en aquello. Me mandó un suplemento de calcio pero ya me avisó que eso no tenía vuelta atrás sino que, en todo caso, ralentizaría el proceso.


No me quedé tranquila, lógicamente. Así que me puse a buscar en mi ciudad un buen Odontopediatra. En cosas importantes no me la juego. Hay que tener en cuenta que muchas clínicas aunque revisan a los niños y los tratan, no tienen especialistas para ello. Yo buscaba que lo tuviera. Un Odontopediatra es un dentista especializado en niños y bebés. Y consideraba que era el más indicado para tratar a mi hijo.

Me estuve informando por si la SS ofrecía este servicio. Y no. En Andalucía el Dentista es gratuito en niños de entre 6-14 años, pero no antes. Así que busqué y rebusqué en internet todas las clínicas de mi ciudad que ofrecían este servicio. Me llamaron la atención varías de ellas así que busqué información más concreta y opiniones. Una de ellas era perfecta porque el especialista en odontopediatria estaba muy formado y, lo más importante, en constante renovación y actualización. Me pareció un punto muy destacable. Llamé para pedir cita y en cuestión de pocos días acudimos.

Me gustó mucho que, pese a ser el típico centro que se encuentra ubicado en un piso, estaba muy cuidado. Se notaba que estaban acostumbrados a tratar con niños por su decoración y la sala de espera que tenían. Estaba llena de recursos para ellos: juegos, pinturas... Aunque no pudimos aprovechar nada porque enseguida nos llamaron.

El médico se veía muy serio pero se notaba que estaba acostumbrado a tratar con niños pequeños. Me hizo tumbarme en la camilla y poner a Bebé Pingüino sobre mi. Le conté lo que pasaba y pasó a observarlo. Para mi sorpresa Bebé Pingüino se portó bastante bien. Pese a la incomodidad que suponía la situación, ya que todo era nuevo para el.

Cuando lo miro me dijo que, efectivamente, eran caries. Y me dijo, igual que el otro médico, por las tres razones que solía ocurrir. Le dije que en nuestro caso no se cumplían. Entonces me preguntó si le daba el pecho. Al decirle que sí me dijo que entonces ese debía ser el motivo, unido a otros factores como puede ser el hereditario o genética. Me explicó que no era el pecho en sí sino la falta de higiene. Al no lavarle los dientes diariamente, los restos de comida y azúcares permanecían en los dientes y, al contacto con la leche materna, se producía una especia de corrosión. Esto ocurría generalmente con la lactancia de por la noche ya que él solía dormirse al pecho por lo que no tragaba toda la leche y los restos podían producir todo esto.

Me gustó mucho su trato y su forma de explicarme las cosas. Me dijo que debía iniciar la limpieza bucal. Al menos dos veces al día. Principalmente por la noche. Me dijo que no usase crema porque se la iba a tragar y no era bueno. Me mandó un colutorio con un poco de flúor para compensar. Pero no para que él se enjuagase, porque se lo tragaría también, sino para que mojase un poco en una gasa y le frotase los dientes un poco con ella. Después debía dejar pasar 30 minutos antes de darle el pecho o cualquier otro alimento. Me dio cita para 6 meses después pero me dijo que si veía que iba a peor lo volviese a llevar.

Me tranquilizó cuando me dijo que aunque los dientes de leche estuviesen así no implicaba que los siguientes fuesen a sufrir la misma suerte. Y también me comentó que salvo que la cosa fuese a peor no recomendaba empastar porque era muy pequeño aún.

No me gustó que me propusiese dejar de darle el pecho. Me dijo que principalmente por la noche. Para que así, después de la limpieza bucal, no hubiese restos por la noche que provocasen más de lo mismo.

Me fui a mi casa con una sensación agridulce. Contenta porque ya estaba en buenas manos y sabía lo que tenía que hacer pero frustrada porque no quería tener que dejar de darle el pecho. Me había propuesto a mí misma que, salvo que algo realmente me lo impidiese, le iba a dar le pecho hasta que él y sólo él quisiese. ¿Era éste un motivo para quitárselo?

Tras esto, estuve comentando lo sucedido y hablando con varios grupos de amigas y fue todo un poco caos. Muchas me dijeron que tenía que hablar con asociaciones de apoyo a la lactancia, que si el médico no sabía de lo que hablaba, que si el pecho no provocaba caries, que buscara otra opinión... Otras me dijeron que hiciese caso a lo que me habían dicho. E incluso alguna que pertenecía a alguna asociación pro lactancia, me mandó información de cómo lo que me había dicho mi médico era cierto. Todo era muy confuso. Busqué información al respecto y sí es cierto que la mayoría de asociaciones de apoyo a la lactancia defendían que la LM no provocaba caries. Pero es que en realidad el médico no me dijo que las caries fueran provocadas por la LM en sí. Él me comentó que pasaba por un cúmulo de cosas, como he dicho antes y si, encima, había falta de higiene e ingería algo, los azúcares ahí presentes hacían de las suyas. Eso era así.

Entre tanta búsqueda me acorde de Lydia, del blog "Una madre en el dentista". La seguía por las redes y leía su blog, sabía que daba muchos y muy buenos consejos sobre higiene dental en los niños así que me dispuse a releer su blog buscando una teoría al respeto. Y lo encontré. En su post, Lydia venía a confirmar palabra por palabra lo que mi médico nos había dicho. Pero para estar más tranquila me animé a escribirle un email explicándole la situación y exponiéndole mis dudas. Ella muy amablemente me respondió e hizo que me quedase mucho más tranquila.

Tengo que decir que la primera noche, tras la visita al odontopediatra, y después de lavarle los dientes a mi hijo por primera vez, decidí iniciar el destete nocturno. ¿Con éxito? No. Él siempre se había dormido con el pecho y, además, hacemos colecho. Todo indicaba que no iba a ser fácil. Intenté aguantar lo máximo posible pero al final acabamos los dos llorando. Él porque quería teta y yo porque quería dársela. No volví a intentarlo más.

Entre otras cosas, la conclusión que saqué de todo esto es que siempre va a haber opiniones para todos los gustos pero al final una tiene que quedarse con lo que más le interese o más confianza le de. Tras consultarlo con Lydia también pedí opinión en el dentista al que iba mi madre. Es un centro de mucho prestigio en Málaga, que también tiene servicio de odontopediatría. Las respuestas fueron las mismas. Un dentista puede no estar en lo cierto pero tres ya eran demasiados, ¿no?

Los primeros días, tras la primera visita al odontopediatra, la higiene bucal no se nos daba del todo mal. Obviamente era muy difícil lavarle bien los dientes pero al menos estábamos cogiendo la rutina. Se dejaba poco, no nos vamos a engañar. Lo más fácil era pasarle luego la gasa. Sin embargo al cabo de pocos días la situación se complicó. Entre su intensidad y su (mi) poca paciencia no había mucho que hacer. Quería lavarse él solo, no me daba pie a nada, y lo único que hacía era chupar el agua del cepillo. Sólo quería mojarlo para chupar. El dentista de mi madre, que sabía la situación, nos regaló dos cepillos-dedal que me parecieron muy útiles pues, aunque Bebé Pingüino ya tenía muchos dientes, podía ayudarme a limpiárselos mejor. Esto funcionó varios días. Hasta que me dio un mordisco.

Le compré una crema sin fluor (por si se la tragaba) para ver si le motivaba más pero lo que hacía era comérsela, claro. La gasa con fluor tampoco funcionaba, porque aunque al principio lo íbamos llevamos mejor, luego me pedía teta antes de que pasasen los 30 minutos de espera.

Sin embargo, poco a poco y con mucha paciencia, parecía que la cosa iba mejor y casi nos habíamos plantado en los dos años. Quedaba poco para la revisión de los 6 meses que habíamos acordado con el Odontopediatra.

Y cuando quedaba poco para eso me empecé a dar cuenta de que uno de los dientes estaba muy feo. Casi diría que fue algo de la noche a la mañana. Así que decidí adelantar esa cita varias semanas. Efectivamente ese diente estaba casi insalvable. Ni siquiera podía empastarlo porque no podía ni limpiarlo. Me dijo que era mejor dejarlo así, salvo que yo notase que le doliese. En ese caso tendría que sacarlo. Pero eso implicaría anestesia y demás, por eso lo de dejarlo tal cual de momento. Sin embargo sí que me recomendó empastar otros 3 dientes y una muela.

Así que estuvimos yendo varios días. Le empastó los dos incisivos centrales superiores, uno lateral y una muela, aunque ésta me dijo que estaba mejor de lo que él había pensado, que sólo era superficial. También empastó la puntita del incisivo lateral que tenía más afectado. Bebé Pingüino se portaba muy bien. Y cada vez que iba, mejor aún. Sólo protestaba un poquito pero lo llevaba bastante bien. 


Desde ese día hemos intentado reforzar la limpieza bucal pero hay días que es realmente difícil, la verdad. Los empastes le han salvado la mayor parte de la boca, cosa de la que me alegro. Pero, a sus dos años, ya le falta casi un diente. Y es que, el incisivo lateral que estaba tan mal, acabó partiéndosele y sólo le queda un mini trozo que, salvo que le duela, se quedará ahí hasta que se le caiga (espero que) dentro de unos años.

Así que sí, la higiene dental es muy importante. Y lo es desde el inicio. A veces no nos damos cuenta o pensamos que no les va a afectar siendo tan pequeños pero siempre es mejor prevenir que pasar por todo esto, os lo aseguro. Aunque obviamente cada niño es un mundo y a todos no les afectan las mismas cosas de la igual forma. Probablemente en el caso de Bebé Pingüino hubo un cúmulo de cosas encabezadas por la genética o por tener mayor predisposición a ello. Sin embargo, hemos tenido la gran suerte de que nada de ello ha venido acompañado de dolor y eso, al menos, ha sido un gran alivio.


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¿Os habéis visto en una situación similar? ¿Habéis llevado a vuestros hijos, tan pequeños, al odontopediatra? ¿Desde qué tiempo habéis iniciado el cuidado bucal?

viernes, 8 de junio de 2018

CICLOS DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA: LA HISTORIA DE MY BABY COMES

No hay mejor manera de comprender una Técnica de Reproducción Asistida que conocer la historia de alguien que haya pasado por ella. Estas historias pueden ayudarte a entender, no sólo la parte técnica, sino también la emocional, que es la menos visible y la que más cuesta afrontar. Por ello, hoy he querido contar con Ainhoa, del blog My Baby Comes. Alguien con quien tengo una relación muy especial. Conocí a Ainhoa gracias a la #Infertilpandy en Twitter, enseguida me sentí muy identificada y unida a ella. Ambas buscábamos ser madres solteras. Cuando empezamos a hablar yo ya estaba embarazada, poco tiempo después ella lo consiguió. No sin antes haber pasado por varios Tratamientos de Reproducción Asistida y realizarse diferentes pruebas.
 

Gracias Ainhoa porque siempre has estado, desde el principio. Porque pienso en mi búsqueda y te recuerdo con cariño. Porque aunque no me hice visible hasta que estuve embarazada de tres meses, antes ya os leía, te leía. Y tu blog me acompañó desde tu primer post. Nos hemos visto crecer y hemos visto crecer a nuestros pequeños. Gracias por dejarme compartir tu historia en mi pequeño espacio.

Ciclos de reproducción asistida: La historia de My Baby Comes

Cuando decidí ser mamá, madre soltera por elección, sabía entre poco y nada sobre reproducción asistida. Recuerdo una época en la que incluso mezclaba lo que era una inseminación con una fecundación in vitro… madre mía. Ojalá hubiera sabido sobre este mundo todo lo que sé ahora.

Me adentré en este mundo porque, obviamente, era necesario en mi caso, pero nunca, nunca imaginé lo mucho que me iba a costar y mucho menos que la infertilidad llamaría a mi puerta.

Tenía 38 años, físicamente todo parecía estar bien y de nuevo mi ignorancia me hizo creer que con esto bastaba. Al inicio me realizaron las pruebas “básicas” (¡ja!, mentira… hacen falta muchas más), analíticas, la histerosalpingosonografía… mi útero resultó ser “arcuato”, primer susto. Directamente fui a IAD (inseminación artificial con donante). Qué ilusión tenía, cuantas esperanzas. Mi primera IAD tuvo que ser cancelada, entre los folículos que me veían en cada control (crecieron demasiados) y mis niveles de estradiol, así me lo acosejaron y me comentaron que en las siguientes, me reducirían la dosis hormonal que me pinchaba. Ese fue el primer aviso de que esto no iba a ser sencillo.
 

En total me realizaron cinco IAD, no tuve éxito en ninguna de ella, fueron negativas todas. Mi calidad ovocitaria ya comenzaba a ser preocupante. Yo a esas alturas ya estaba hecha polvo. Lo estoy resumiendo mucho, pero habían pasado muchos meses, muchos problemas y estaba realmente mal anímicamente y fatal económicamente. La Seguridad Social jamás cubrió ninguno de mis tratamientos y, hacer esto sola, es muy duro económicamente también. Era una situación que me mataba de impotencia y rabia. Cuando me aconsejaron pasar a una FIV o ICSI, no supe como encontrar la manera de costearlo. Me daba miedo entrar en un préstamo que me tuviera años pagando y que, en el mejor de los casos, tuviera ese gasto con un bebé que mantener y, en el peor de los casos, que esto no funcionara y me viera ya definitivamente sin recursos para poder continuar. Era angustioso.

Un día escuché hablar sobre la Embriodonación (Adopción de Embriones) y una ventana se abrió de golpe para mi. Ya tenía 40 años y mis óvulos parecían llevar un camino muy diferente al que yo hubiera deseado. Cuando te dicen eso de “infertilidad de origen desconocido” se te vuelve la cabeza del revés. Hablábamos de embriones donados, de buena calidad y mejores resultados que estaban esperando a alguien como yo, con unas ganas locas de ser mamá y mil impedimentos por el camino. He de reconocer que nunca tuve ni he tenido duelo genético, no pensé en ello. Quería ser madre, todo lo que encontrara en el camino para ayudarme a ello sería positivo. Durante cinco intentos había utilizado un donante masculino, pues ahora, esos embriones serían maravillosamente adoptados. Leí mucho sobre Epigenética, eso sí que lo digo, y eso no hizo más que tranquilizarme todavía más. El intercambio genético que se produce durante el embarazo entre madre e hijo es asombroso y, hoy por hoy, puedo confirmarlo.

Me lancé de cabeza a la Embriodonación. Todo era positivo y, encima, muchísimo más económico, pero mucho más. Mi sexto intento fue una transferencia de dos embriones, dos blastos. No hubo suerte… siempre dudé porque no me lo realizaron en mi clínica “de siempre” y nunca me gustó. Hundida de nuevo seguí negándome a tirar la toalla y volví a mi clínica. 

Uní mi séptimo y más desesperado intento a una histeroscopia quirúrgica con scratching endometrial el ciclo anterior a la transferencia y al comienzo de un tratamiento con heparina (Clexane 60) tras descubrir unos problemas de trombofilias. Esta vez seleccionaron dos embriones de +3 días, de 8 células y calidad grado 1 y 2. Y uno, el más bonito del mundo, se quedó conmigo. 

La Embriodonación me hizo mamá, la mamá más feliz del mundo. Tengo la niña más bonita, perfecta y maravillosa que puede existir. Tuve un embarazo y parto perfectos. Mi niña tiene ya 20 meses, la tuve con 41 años y no existe día en el cual no de las gracias por la decisión que tomé. 

Nunca se olvida la lucha, ni las lágrimas, ni el dolor, pero hoy por hoy siento que todo fue por algo, todo fue por ella, todo tuvo sentido. Hay opciones, alternativas… esto no es sencillo, pero tampoco imposible. Y esta felicidad termina curándolo todo. Todo. 

Nunca dejéis de luchar, los sueños pueden hacerse realidad.

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¿Conocías la historia de Ainhoa? ¿Y su blog? ¿Si has pasado por un proceso similar, cómo lo has vivido?

CICLOS DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA

- Inseminación Artificial
- La historia de Madre Solterona
- Fecundación in Vitro 
- La historia de Una Madre Legal
- Adopción de Embriones- Ovodonación
- La historia de Mi Nube Violeta 

miércoles, 6 de junio de 2018

NUESTRA BIBLIOTECA: ASÍ TE QUIERO, MAMÁ

Hay cuentos que son, emocionalmente, especiales. Hace tiempo os reseñé "Mi amor", un cuento que para mí era muy especial y significativo. Muy sencillo pero que, a su vez, transmitía mucho. 

El cuento que voy a reseñar hoy es del mismo estilo: "Así te quiero, mamá", de la editorial SM. Escrito por Gabriela Keselman y con ilustraciones de Lucía Serrano. Precisamente son estas ilustraciones las que hacen que el libro sea tan atractivo y diferente.

Nuestra biblioteca: Así te quiero, mamá 1

Este cuento cuenta la historia de una madre y el infinito amor que siente hacia su hijo. Amor que va exponiendo a través de cada página a través de diferentes frases.
"Te echo de menos cuanto no estás"
"Te consuelo siempre que el mundo te lastima"
"Estoy cerca siempre que intentas ir a la luna"
"Te busco cuando ni tú mismo sabes donde te encuentras"
Frases que todas las que somos madres decimos en ocasiones y sentimos siempre. Porque una madre es esa persona que está cerca, comprende, consuela, aplaude, escucha, impulsa, salva y acompaña a su hijo. 


"Así te quiero y así te querré siempre. Pase lo que pase"

¿Qué hace más especial aún a este libro? Las ilustraciones. Son muy originales.  Están hechas originariamente en blanco y negro y sobre ellas hay muchísimos dibujos de colores infantiles, parece que hechas por un niño. Esto le da al cuento, sin duda, un toque mucho más especial y divertido. 

Muy recomendable si, como a mí, te gustan este tipo de libros amorosos y sentimentales. Porque a veces parece que no sabemos cómo expresar más nuestro amor y con estos cuentos encontramos una forma más sencilla de hacerlo a diario. ¡Y a nuestros hijos les encantan!

Nuestra biblioteca: Así te quiero, mamá 2

Si te ha gustado la reseña y el libro te parece interesante, no dejes de visitar la página del libro en su web! Además, también podrás comprarlo si quieres!!!
http://libros.fnac.es/a1345821/Patrulla-Canina-Cuaderno-de-vacaciones-6-anos#

lunes, 4 de junio de 2018

CICLOS DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA: ADOPCIÓN DE EMBRIONES (ADE)

Tras las dos primeras partes de esta mini sección en los que os he ido hablando de los distintos Tratamientos de Reproducción Asistida podríamos decir que llegamos a la segunda mitad. Si antes habíamos hablado de las dos principales técnicas de reproducción asistida ahora es el momento de hablar de otras dos que son también muy importantes. Porque, como ya os dije, no todas las mujeres somos iguales y cada una necesitamos que nuestro tratamiento sea personalizado y adecuado a nuestras características y a las de nuestra pareja, en caso de haberla. Eso hace que a veces las IA y FIV no sean suficientes y haya que recurrir a otras técnicas, menos conocidas por la población general, pero muy efectivas. 

Hoy vamos a hablar de la Adopción de Embriones, una técnica que me gustaría que tuviese mucha más visibilidad por todas las posibilidades que ofrece.

Ciclos de reproducción asistida: Adopción de embriones (ADE)

La Adopción de Embriones (ADE) tiene el inconveniente de ser la gran desconocida pese a sus grandes porcentajes de éxito. Esta técnica implica donación. Es la peculiaridad que tiene. El proceso es muy sencillo. Se trata de transferir a una mujer un embrión donado por otra mujer o pareja. 

Para ello, previamente habrá que preparar el cuerpo de la mujer a la que se le va a transferir. Eso es importante porque se han de reunir una serie de condiciones para que el embrión logre implantarse. La parte positiva es que, al contrario que una FIV, esta técnica no requiere, de forma habitual, grandes dosis de hormonas. Es un proceso muy parecido al de una IA.

Esta técnica está siendo muy utilizada por madres solteras, ya que la parte del donante masculino la tienen asimilada y si ellas necesitan una donante femenina esta técnica resulta bastante económica, en comparación con otras. El precio es un poco superior al de una IA pero bastante inferior que el de una FIV.

El problema de esta técnica está, como digo, en su desconocimiento y en la creencia errónea de que al ser embriones sobrantes de otras mujeres o parejas son de peor calidad. Eso no es cierto. En muchas clínicas directamente no se congelan embriones de mala calidad (incluso de calidad media) porque no suelen evolucionar bien a la descongelación. Cuando una mujer o una pareja dona sus embriones suele hacerlo porque no quieren, o no pueden, tener más hijos. Las clínicas deben garantizar una buena calidad de esos embriones.

Esta técnica está indicada para madres solteras, parejas con problemas de esterilidad de larga evolución y fracasos repetidos en FIV, parejas con abortos de repetición... 

Aunque, como digo, es una técnica muy utilizada por mujeres que desean ser madres en solitario, cada vez está siendo más utilizada también por parejas que, por problemas de fertilidad, no consiguen o no pueden serlo, de otra forma.

Al tener que pasar por esta técnica para lograr tener un hijo debemos tener mucho tacto porque en la mayoría de las ocasiones implica pasar por un duelo genético por parte de las mujeres o parejas que se enfrentan a ello, y no es un tema fácil de abordar para ellas. 

No te pierdas el próximo post de los Ciclos de Reproducción Asistida en el que Ainhoa, del blog My Baby Comes, nos contará su historia para ser mamá soltera y cómo al final, recurrió a la Adopción de Embriones para lograrlo. ¡Os encantará!
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¿Conocías ésta ténica? ¿Te has realizado alguna o conoces a alguien que lo haya hecho? ¿Ha sido efectiva?

CICLOS DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA

- Inseminación Artificial
- La historia de Madre Solterona
- Fecundación in Vitro 
- La historia de Una Madre Legal
- La historia de My Baby Comes
- Ovodonación 
- La historia de Mi Nube Violeta

viernes, 1 de junio de 2018

PRIMERA REVISIÓN GINECOLÓGICA TRAS EL PARTO

Cuando estaba embarazada leí y escuché muchas cosas sobre el post parto, un periodo que me preocupaba especialmente. Y si alguna conclusión saqué es que era importante una revisión ginecológica a los seis meses del parto, aproximadamente, porque era importante saber que todo había quedado bien. 

Primera revisión ginecológica tras el parto

Así que cuando tuve a mi hijo y, a la semana, fui a mi médica de cabecera a presentarle a bebé, entregarle todos los papeles del parto y contarle como había ido todo, le pregunté por esa revisión. Me dijo que no se solía hacer, que no era un protocolo a seguir. Que ella me podría hacer una citología si yo quería, pasados unos meses, pero que no me podía derivar a la Ginecóloga por ese motivo. La verdad es que me quedé sorprendida. Muchas amigas sí habían tenido esa primera revisión. Claro que todas ellas iban por privados y no sé si eso tuvo algo que ver, imagino que sí. Mi médica se limitó a mandarme una analítica completa, cosa que agradezco porque parece ser que tampoco es demasiado habitual tras el parto.

Sin embargo yo seguía empeñada en que quería que me hiciesen una revisión y saber que todo iba bien, que mi útero estaba perfecto y lo demás también. Fui de las no afortunadas y la regla me bajó en el quinto mes tras el parto. A pesar de dar Lactancia Materna en Exclusiva hasta los seis meses. A pesar de seguir con ella después de dos años. Incluso en el tercer y cuarto mes tras el parto ya me hizo un amago de querer asomar. Por suerte mis reglas siguieron su curso normal, algún mes mejor que otro pero en su línea, y sin dolor.

Un año y pico después de haber tenido a mi hijo volví a comentárselo a mi médica. Salió el tema del SOP (Síndrome de Ovarios Poliquísticos) y accedió a derivarme a Ginecología alegando que las personas con SOP deberíamos tener una revisión continuada. ¡Menos mal!

Cuando llegó el día de mi primera revisión ginecológica habían pasado 17 meses desde el parto. Al llegar al hospital e ir a la zona de Ginecología vi que la habían cambiado. Ahora estaba junto a la zona de Puérperas. Habían modificado todo. Estaba Ginecología y Obstetricia en una zona apartada, también habían otros servicios de control de embarazo y bebés. Incluso habían puesto un Lactario (luego descubrí que habían puesto varios por todo el hospital). Me gustó mucho ese cambio que habían hecho en todo ello porque daba más intimidad. Antes las zonas de Ginecología y Obstetricia estaban en otro espacio, con mucho más ruido y por donde las personas que iban a otras especialidades pasaban una y otra vez. Esta nueva zona, además de que todo el mobiliario y las instalaciones eran nuevas, también tenía una decoración acorde al lugar en el que nos encontrábamos. Consejos de cuidado del bebé, de inicio y mantenimiento de la LM... Me pareció un espacio muy cuidado.

Tras esperar un poquito llegó mi turno. Me atendió una enfermera muy amable que me invitó a pasar. Mi sorpresa fue enorme al ver a la ginecóloga con la que tenía la cita. ¡Era la misma ginecóloga-cirujana que me atendió en mi parto! Ella me reconoció y yo le di varios detalles del parto que hizo que me identificase mejor. Aproveché también la ocasión para darle las gracias por todo, lo cierto es que estoy muy contenta del trato recibido en mi parto.

Pasamos al tema de la revisión y le expliqué lo sucedido. Me dijo que no se suelen hacer revisiones tras el parto de manera habitual, como me había dicho mi médica. Procedió a hacerme una exploración y aprovechó para extraerme una muestra para hacerme una citología. Mientras me hacía la exploración me comentó que todo estaba en orden y que tenía el endometrio en 7 mm. Os podrá parecer una tontería pero aquello me hizo muy feliz. Durante mis Tratamientos de Reproducción Asistida siempre tuve que tomar medicación de ayuda para hacerlo crecer. Digamos que soy de endometrio "vago". Y ver que en un ciclo normal, de forma natural, mi cuerpo lo había hecho crecer hasta 7 mm era fabuloso. ¿Y por qué es genial ese tamaño? Pues porque 7 mm es el mínimo necesario que se considera indicado para que un embrión pueda anidar en él. Y además, aún me faltaban un par de semanas para la regla por tanto aún podía crecer un poquito más y ser más "perfecto" todavía. ¿No me digáis que no era una buena noticia?

Tras eso nos sentamos a comentar algunas cosas. Me dijo que todo lo que veía estaba en orden y me preguntó por la regularidad (o irregularidad) de mis reglas tras el parto y con anterioridad. Le comenté que me solía tener ciclos de 28-50 días, aunque solía ser bastante regular. Casi todos los ciclos rondan los 30 días aproximadamente aunque algún mes se cuele algún ciclo más largo. También le dije que, antes del parto, tuve varios episodios de estar 2-3 meses sin regla. Todos ellos coincidieron con periodos de estrés por exámenes de final de curso y asumí que era por eso. Y durante mi paso por Reproducción Asistida tuve también varios episodios de ese tipo. En esos casos resultó que eran por quistes (folículos que no se rompen y que impiden la ovulación)

Me comentó que el SOP en sí no requiere de unas revisiones más continuadas, simplemente las normales que pueda tener cualquier otra persona. Y más en mi caso que, aunque tenga algún ciclo más irregular, tengo unas reglas bastante más normales que las de un SOP "tradicional". Me explicó también que sería distinto si tuviera ausencia de reglas durante varios meses, como me había sucedido en alguna ocasión, pero de forma más continuada. Que en ese caso sí era necesario llevar un control. Así que nos despedimos, no sin antes avisarme de que sí me sucedía así, entonces sí tenía que volver. 

Días después supe que mi citología estaba bien y que no tenía nada de qué preocuparme. Lo cierto es que a mí esta visita me dejó mucho más relajada y tranquila. El embarazo y el parto no son procesos sencillos, se mueven muchas cosas por ahí dentro que pueden verse afectadas. Mi parto, además, fue algo difícil, y saber que todo estaba bien me hizo sentirme mejor conmigo misma. Además, el reencontrarme con esta médica me hizo una ilusión especial, fue como volver a recordar todo lo vivido. Y eso fue muy especial.

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¿Para ti también era importante esta primera revisión ginecológica tras el parto? ¿Cuándo te la realizaste? ¿Fue en la SS o en un privado?