lunes, 31 de octubre de 2016

SELLO DE CALIDAD DE MADRESFERA: IOGOLINOS DE NESTLÉ

Hace unas semanas, Madresfera me comunicó que había sido una de las 100 blogueras seleccionadas para participar en su nuevo sello de calidad junto con Nestlé y poder probar sus Iogolinos! Pocos días después llegó a casa un mensajero con el paquete. ¡Y menudo paquete! Contenía un montón de Iogolinos de distintos sabores: pera, plátano, natural, melocotón, fresa y frambuesa, y, además, bolsitas de plátano y fresa y manzana. Vamos, ¡para varios días!
Sello de calidad de Madresfera: Iogolinos de Nestlé
Me hizo especial ilusión porque me venía estupendamente. Justo unas semanas antes, Bebé Pingüino había empezado con la alimentación complementaria, al cumplir los 6 meses. Dentro del menú y la forma de alimentar que estoy llevando con él, los yogures los suele tomar a media tarde. Como merienda. De forma habitual suelo hacerle purés de frutas (pera, plátano y manzada), a veces con zumo de naranja y una galleta sin gluten (para quitarle un poco la acidez de la naranja) y otras veces se lo hago con mi propia leche, que le gusta bastante más. De forma ocasional también le había dado algún yogur y le había gustado así que decidí que ese era el momento ideal del día para introducirle los Iogolinos. 


Sello de calidad de Madresfera: Iogolinos de Nestlé


Una vez los hemos probado, esta es nuestra opinión:


- Variedad de sabores (5/5)

Me parece que tienen una variedad bastante completa, al menos para el tramo de edad de Bebé Pingüino. La pediatra me indicó unas frutas que debía comer a los 6 meses y corresponde con los sabores de los Iogolinos. Tengo que decir que los hemos probado todos, salvo los indicados para 8 meses (fresa y frambuesa y las bolsitas de fresa y manzana). El resto nos han gustado bastante. Digo "nos" ¡porque yo también los he probado! Nuestro favorito ha sido el de plátano.

- Textura (5/5)

Me ha gustado mucho la cremosidad que presentan los Iogolinos. No me gustan nada los yogures líquidos y estos no lo son. Son mucho más suaves y agradables para el paladar infantil. Además, esto ayuda también a que no se escurra demasiado de la cuchara. Otro punto a favor.

- Sabor (5/5)

Como he dicho antes, los hemos probado casi todos (por el tema de la edad). A Bebé Pingüino parece que le han gustado todos bastante, sobre todo el de plátano. Lo bueno ha sido que se notaba bastante el sabor de la fruta. En el caso del Iogolino natural tengo que decir que me ha sorprendido gratamente. Normalmente suele ser un sabor más soso pero a Bebé Pingüino le ha gustado mucho!

- Facilidad de transportar y llevar fuera de casa (5/5)

El embalaje que tiene hace que sea muy fácil transportar y llevar fuera de casa. Y el hecho de no necesitar frío para su conservación facilita mucho el proceso. Es un producto estupendo para llevarlo siempre cuando vas fuera.

Otro punto extra a añadir, y que a mi personalmente me ha gustado muchísimo, es la cantidad de los envases de Iogolinos. Van de 60 a 100 ml. Otros yogures de otras marcas vienen en cantidades de 125-150 ml. A mi me parece excesivo. Cuando Bebé Pingüino empezó con la alimentación complementaria comía muy poquito de todo, pocas cucharadas que iba aumentando poco a poco. Por eso me parece que la cantidad que traen los Iogolinos es perfecta.

¡¡¡Muchas gracias a Nestlé y Madresfera por la oportunidad de poder probar los Iogolinos!!! 

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¿Has probado estos productos? ¿Qué te han parecido?

 

jueves, 13 de octubre de 2016

DE VUELTA!!!

¡Hola! ¡Después de más tiempo del previsto estoy de vuelta en el blog!

Siento mucho el abandono. Las que me seguís por las distintas redes sociales sabréis que no he dejado de escribir y contaros cosas, simplemente no veía el momento de sentarme y escribir largo y tendido, descansada y pausada, como requiere el blog.

Mi idea hubiera sido descontectar del blog, mediante aviso, un par de meses después del parto. Pero lo cierto es que meses antes de que Bebé Pingüino naciera me entró una cierta pereza unida a la sensación de que tenía mil cosas que hacer y de que no me quedaba apenas tiempo.


De vuelta!!!

Los meses previos a la llegada de Bebé Pingüino tuve que terminar el trabajo final de un máster que estuve haciendo durante todo el embarazo. Esto me quitó bastante tiempo ya que tenía la posibilidad de hacer la presentación en Febrero o en Abril. Mi única opción era hacerlo en Febrero ya que en Abril tenía la FPP y no podía arriesgarme a que no me diera tiempo a hacer la presentación después de tanto trabajo hecho. Así que como tenía dos meses menos para preparármelo tuve que aplicarme un poco más.

Una vez terminado el máster (muy bien, por cierto) aproveché para irme a visitar a mi familia materna a la otra punta del país. No podía retrasar mucho el viaje ya que apenas me quedaban dos meses para salir de cuentas, así que a finales de febrero nos fuimos. Me apetecía que me vieran embarazada ya que ellos habían vivido conmigo la búsqueda y todas sus consecuencias. Fueron unos días muy bonitos en los que también pude ver a mi mejor amiga que vive allí. ¡Me traje muchas cositas para Bebé Pingüino!

Una vez en casa, tuve un último mes bastante ocupado. Por una parte, terminar todos los detalles de su habitación, aunque realmente no quedaba mucho por hacer porque había ido haciendo cosas meses atrás: montar los últimos muebles, lavar-planchar-colocar su ropita... así que prácticamente me limité a terminar de decorarla. ¡No podía dejar de mirarla! Por otro lado, fue un mes de celebración. ¡Hice la baby shower de Bebé Pingüino! Me hizo mucha ilusión, además ¡me regalaron muchas cosas!

Ese último mes también fui a hacerme un body painting, el segundo del embarazo, ya que cuando me hice el primero apenas se me notaba la barriga y tampoco sabía el sexo del bebé, así que me hacía ilusión volver a repetirmelo. Con esta misma chica me hice también la barriga de escayola que luego me personalizó y que colgué en la habitación de Bebé Pingüino.

Como véis fue un no parar. Los pocos ratos que tenía libres me dedicaba a descansar. Cierto es que no estuve demasiado cansada en el final del embarazo, pero me apetecía tener unos ratitos de relax porque sabía que cuando naciera el bebé no tendría muchos.

Así fue. Bebé Pingüino se adelantó tres días haciéndome ¡la mujer más feliz del mundo! Es un bebé bueno, simpático y divertido. ¡Pero no me deja ni un segundo libre! Cuando nació, como todos los bebés, pasaba mucho rato durmiendo, pero en vez de aprovechar ese tiempo en hacer cosas o descansar, yo no podía dejar de mirarle todo el rato. Es una sensación maravillosa.

Y así ha sido como han ido pasando días, semanas y meses y he tenido el blog abandonado. Ahora ya me he organizado para sacar un ratito e ir publicando algún por semana porque lo cierto es que tengo muchas cosas que contar. Algunas más recientes, como mi experiencia como la LME y el parto, y otras más antigüas, como lo que llevé en el bolso para el hospital o la baby shower de Bebé Pingüino. Post sobre cosas que creo que os pueden interesar y que, además, me apetece contar. 


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¿Qué tal fueron tus últimas semanas antes de convertirte en madre? ¿Tú también necesistaste un período de reflexión tras ser mamá como yo?