lunes, 11 de enero de 2016

SANGRADOS DURANTE EL PRIMER TRIMESTRE

Después de casi 3 años desde que tuve mi primera cita para conseguir quedarme embarazada, como os conté aquí, por fin lo había logrado. Durante todos esos largos y duros meses soñaba con que llegase este momento. Un momento que, yo creía, sería de paz y tranquilidad por haberlo conseguido. Pero nada más lejos de la realidad. Mi primer trimestre fue un sinvivir. Miedos, dudas, preocupaciones... No pude evitarlo. Quería llevarlo lo mejor posible, pero no pude. Y la razón era muy sencilla: sangrados. 

Sangrados durante el primer trimestre

Cinco días después del positivo y la beta, un domingo, fui a pasar el día con unas amigas. A la noche, cuando volví y fui al baño me encontré algo que nunca hubiera querido ver. Una mancha bien grande. Por suerte, no era roja. Era una mancha marrón, de un color café oscuro que nunca jamás había visto. Me asusté pero intenté mantener la calma porque sabía perfectamente que manchar marrón no era preocupante, debía ser sangre seca, quizás de la implantación, pensé.

No manché apenas más, fueron sólo un par de manchas al ir al baño. Al día siguiente, Lunes, todo estaba perfecto. Así que me tranquilicé. Sin embargo esa noche, otra vez al hacer pipí y limpiarme, me pareció ver una pequeña mancha rosa, como un hijo, casi imperceptible. Pero yo la veía. Sólo quedó ahí así que pensé que quizás era un poco de sobra de lo de la noche anterior. No volví a manchar más. Hasta la noche siguiente, Martes, que ocurrió exactamente lo mismo, a la misma hora aproximadamente, al ir al baño volví a percibir una mancha rosa, un hilo, que era casi imposible ver. Este hecho se repitió las noches del Lunes al Miércoles. Pensé que quizás me estaba obsesionando y veía manchas donde no las había, que quizás era un reflejo de la luz del baño... o yo que se! He de decir que desde el domingo por la noche, cuando manché por primera vez marrón, miraba y remiraba el papel cada vez que iba al baño, como si esperase encontrar algo. Pero el Jueves todo fue distinto. Después de cenar fui al baño. Me senté, hice pipí y oí un "plof" que no me sonó nada bien, sentí que no era líquido lo que había caído. Y efectivamente así era. Miré el retrete y estaba todo rojo. Me limpié y estaba manchando. Esta vez no era marrón, ni siquiera rosa. Era rojo puro. Sangre limpia. Me asusté muchísimo, lógicamente. Salí, se lo comenté a mis padres y salimos para urgencias. Afortunadamente el hospital está a 10-15 minutos de casa.

Una vez allí todo fue rapidísimo. Reconozco que iba con la idea de que tendría que esperar horas hasta que me atendieran pero no fue así. Nada más llegar fui a recepción donde me identifiqué y conté lo que me sucedía. Ese día yo estaba de 5 semanas + 3 días. Me hicieron pasar a la sala de espera donde había bastante gente. Unos 5 minutos después me llamaron de triaje, que es como una pre-consulta, donde me volvieron a tomar datos, a preguntarme qué había sucedido y me tomaron la tensión que estaba bastante bien (yo soy de tensión baja). Me dieron un bote para que hiciera orina ya que la analizarían. Hice pipí en ese momento y pude comprobar que manchaba pero apenas ya nada.

Pensé que, ahora sí, tendría que esperar bastante para pasar a consulta. Pero en unos 10-15 minutos me llamaron. En la consulta el enfermero que me atendió fue muy amable. Me preguntó, otra vez, lo mismo que las dos veces anteriores (¿pero no está todo informatizado?). Me preguntó si me dolía la barriga, si tenía cólicos... Nada, sólo manchado. Me dijo que me iban a sacar sangre y ponerme una vía por si hacía falta volverme a sacar o incluso ingresarme. También me comentó que me pasaría a paritorios (ole ahí, yo pensando que había perdido a mi bebé y me mandan a paritorio, muy indicado todo) ya que sólo había ginecólogos disponibles en esa planta. También me pidió que dijese que llevaba manchando más días y fuerte, porque por un simple manchado no le dan importancia. Salí fuera a esperar a que vinieran a por mí. Y empecé a encontrarme mal, rara... Y me mareé. Me bajó la tensión. Me pasa a veces en situaciones así, se me pone la vista nublada y luego todo blanco y me entra mucho frío. Lo mismo me pasó cuando me hicieron la histero, como os conté aquí. Por suerte, llevaba azucarillos en el bolso y me tomé uno que me hizo efecto muy rápido. Justo cuando la enfermera venía a por mí para llevarme a paritorios. Fue a por una silla de ruedas para llevarme mejor. Estuvo a punto de dejarme allí abajo, en la sala de enfermería, pero empecé a encontrarme mejor y subimos arriba.

En paritorios sí que tuve que esperar en la sala de espera. Calculo que unos 20 minutos. Al menos a mí se me hizo bastante largo. En ese rato volví a sentir que se me bajaba la tensión otra vez así que me recosté un poco como pude y, como llevaba en el bolso toallitas limpiadoras con olor a limón me estuve refrescando y la verdad es que me sentí un poco más aliviada, supongo que el olor a limón-alcohol ayudó. Justo en ese momento salió una enfermera. No dejó que entrase nadie conmigo, sólo podía entrar yo, ya que al ser zona de paritorios y zona quirúrjica no era recomendable. Una vez dentro me atendió una ginecóloca que curiósamente fue la que me atendió la primera vez que fui al hospital para pedir que me derivasen a RA. Fue ella la que me mandó la analítica y la histero, como os conté aquí. Me estuvo preguntando, otra vez más, lo mismo. Le conté que venía de FIV, que me habían hecho una transferencia de un embrión de 5 días de calidad blasto, que me había hecho test y beta, ambos positivos, y la medicación que estaba tomando. Me pasó a la camilla y me llamó muchísimo la atención que lo primero que hizo fue hacerme un tacto vaginal. Primero comprobó que, efectivamente, había manchado. Me imagino que desconfían porque mucha gente lo finge para que le hagan una eco, yo misma tengo amigas que han usado ese "truco" para quedarse tranquilas. Luego me dijo que tenía el cuello del útero cerrado. Cosa que no sabía que significaba aunque luego supe que era bueno. Y posteriormente pasó a hacerme la eco. Al principio estaba nerviosa porque ella no hablaba y yo no veía la pantalla. Luego la giró y me dijo que veía el saco, que estaba bien. Y que veía otro que parecía no estar evolucionando. Que parecía que eran dos. ¿Cómo? Al principio me invadió como una mezcla de alegría y sorpresa pero, rápidamente, me di cuenta que no podía ser, que sólo me había puesto un embrión y podía darse la circunstancia de haber gemelado pero en ese caso no serían dos sacos independientes. Se lo comenté. Volvió a mirar la pantalla y me dijo que entonces lo otro no era un saco sino lo que ella suponía: un hematoma retrocorial.

La palabra hematoma me aterraba. Conocía varias chicas con hematomas, muchas de ellas no habían tenido suerte y habían perdido el bebé así que me asusté un poco. Me dijo que el saco estaba bien, que se veía el embrión y se apreciaba latido (por las imágenes que ponen ellos de contraste azul-rojo donde se ve la frecuencia sanguínea) pero que no podía escucharse por el aparato, que era viejo, pero que las medidas correspondían al tiempo que estaba y que todo estaba perfecto. Me hizo bajar de la camilla, vestirme y volver a consulta. Allí me estuvo explicando que no debía preocuparme, que sí es cierto que a veces el hematoma al irse expulsa con él al embrión pero que lo normal era que no fuese así. Que hiciese reposo absoluto durante unos días. Me dio un informe donde venía anotado todo y me puso "riesgo de aborto" que me dio un miedo leer... Pero me tranquilizó diciéndome que lo ponían siempre por protocolo pero que no iba a pasar nada. Que volviese sólo si manchaba en duración y cantidad como una regla pero no si manchaba menos, que sería muy probable.

Me fui de allí súper tranquila. Como si me hubieran quitado 5 kilos de encima. Me hizo foto de la eco pero no me la dio, la adjuntó al informe. Tampoco me dio los resultados de la analítica porque como me habían atendido tan rápido no había dado tiempo ni siquiera a tenerlos listos. En total estuve en urgencias 1 hora y 30 minutos. ¡Me pareció genial!

Cuando llegué a casa apenas manchaba ya. Y al día siguiente, Viernes, no volví a manchar. Estuve todo el fin de semana en reposo en la cama. Absoluto. Hasta me subían la comida a la cama. Sólo me movía para ir al baño. Estaba tranquila. Además me habían dicho que lo importante es que no tuviera ni dolores ni cólicos. Así que perfecto. Sin embargo el Sábado
volvió a empañarse todo. Me levanté sobre las 10 de la mañana y cuando fui al baño, sin ni siquiera hacer pipí, vi que estaba toda manchada: braguitas, pijama y hasta un poco la sábana. Volvía a ser rojo puro, como el Jueves anterior. Como la médica me había avisado que podía pasar y que sólo fuera en caso de cantidad y duración como una regla, quise esperar. Hice bien puesto que sobre las 12 (dos horas después) ya no manchaba más.

El fin de semana terminó con normalidad. Ese Lunes tenía mi primer control en la clínica de Málaga. Estaba de 6 semanas justas. Cuando llegué y se lo conté a mi médico se preocupó. Me dijo que tendría que haberle llamado porque me hubiera retrasado un poco la cita. La verdad es que no había caído en ello. Pasó a hacerme eco. No hablaba. Me miraba y remiraba. Todo estaba bien. El saco y el embrión habían crecido desde el jueves y ¡¡¡pude escuchar su corazón!!! Qué alivio sentí. Me siguió mirando como un rato largo y él no vio hematoma. Me dijo que sólo veía una pequeña mancha pero que era algo que yo siempre había tenido, que a veces se forman manchas en el útero como el que tiene un lunar en el brazo, son señales sin importancia y que, desde luego, no era una mancha de sangre como son los hematomas. Me pareció raro todo. Porque yo en urgencias vi en el monitor la mancha que supuestamente era el hematoma. Era tan grande como el saco del embrión, así constaba en el informe también. Sin embargo allí, en el privado, es cierto que no se veía nada grande donde estaba el otro día, sólo una pequeña mancha, más pequeña y más clara que la vez anterior. Pensé que quizás lo había expulsado ese fin de semana y de ahí el haber vuelto a sangrar, aunque me pareció rarísimo que se fuese en tan poco tiempo. El médico me dijo que la mayoría de las mujeres solían sangrar en el primer trimestre y que en un gran número de casos no había un motivo real, no se sabía. Podían ser mil cosas: irritación del cuello del útero, hematomas... Pero no siempre se podía dar un diagnóstico certero. También me dijo que lo del tema de haber tenido dos sacos podía haber sido posible, pero esto no lo entendí bien porque ¿cómo iba a ser posible con un único embrión tener dos sacos independientes? Digo yo que podría haber gemelado, pero mellizos era imposible. Me dijo que siguiese con los parches de estradiol, Evopad, y la Progesterona y que ya podía dejar la Vitamina E que estaba tomando y cambiar el Seidivid por Natalbén Supra. Y me dio el alta, ¡por fin! Me dijo que en verdad debería verme otra vez sobre la semana 8 pero que como tenía que viajar hasta allí y con el tema del sangrado prefería que no fuera. Me hizo un informe para que en la SS intentaran verme entre la semana 8-10. Después de un año allí, la despedida fue un poco fría, supongo que todo fue un poco raro por la situación. Me iba de allí con miedo por si no prosperaba y creo que ellos también se quedaron un poco preocupados. Me dio la enhorabuena, aunque me dijo que por él hubiera seguido con las IAD, que lo hubiera logrado seguro. Al salir, todas las enfermeras y recepcionistas estaban fuera para darme la enhorabuena también. Reconozco que me fui de allí con la sensación de que esperaba otro tipo de despedida. Supongo que fue la situación en sí, que no acompañó.

Esa semana estuve perfecta. Ni manchados ni nada de nada. Ya no hacía reposo absoluto pero si parcial. Intentaba no pasarme demasiado. Sin embargo justo al Lunes siguiente cuando me desperté vi que manchaba marrón. Pero no una mancha marrón como la primera. Esto eran como hilos mezclados con el flujo. Estuve así toda la semana 7 de embarazo. No llegaba a manchar el salvaslip. Sólo manchaba al limpiarme después de hacer pipí y era poca cantidad. Como digo, hilos marrones. A veces más oscuros, otros más claros, algún mini coágulo marrón. Supuse que serían restos de los sangrados anteriores.

Al cumplir la semana 8, justo el Lunes, el manchado marrón había desaparecido. Ni rastro. Esta vez sí, se fue para siempre. Aún así yo me obsesionaba mirando el papel después de ir al baño, como quien busca un tesoro. Pero nunca apareció nada más. Sólo un día, cuando estaba de 9 semanas y 4 días, a media mañana al limpiarme en el papel había una mancha grande rosa. Me asusté, pensando que el tema volvía a repetirse. Pero no, se quedó ahí. Fueron un par de manchas más ese día y aquello se desvaneció, desapareció.

Afortunadamente todo salió bien. En la eco de la semana 11 (que tenía que haber sido en la 12 pero conseguí que me la adelantaran por el tema del sangrado, aunque no quisieron o no podían adelantarla más, como había pedido mi gine del privado) vieron que todo estaba perfecto. No había rastro de hematoma o de lo que fuese que había habido allí. Mi bebé estaba enorme (en comparación con antes, claro) había evolucionado perfectamente, su corazón latía a la perfección y se movía muchísimo, tanto que hasta les costó tomar las medidas para el triple screening. Ese día me fui feliz, porque mi bebé estaba bien y porque las medidas que me dieron (a falta del contraste con la analítica de sangre) parecía indicar que sería un bebé sanote.

Ahora estoy en mi semana 27 de embarazo. Fue un primer trimestre muy malo, siempre digo que hubiera preferido pasarme el día en el baño: con nauseas, mareos, vómitos... que el haber tenido sangrados. Cuando sangras, sea del color que sea, todo se te revuelve. Piensas que no va a salir bien, te entran miedos, dudas, preocupaciones... Se pasa realmente mal porque no sabes cómo va a acabar la cosa. A estas alturas del embarazo aún sigo mirando el papel con miedo a encontrar algo que no deba. Y es inevitable. Y me da pena. Tanto tiempo luchando para lograrlo y no pude disfrutar del primer trimestre como debía. Eso hizo también que retrasase a esa primera eco en la SS en la semana 11 para contárselo a todo el mundo. Digamos que a partir de ese día pude respirar y asumir que, de verdad, estaba embarazada y que todo iba a salir bien.

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¿Os ha sucedido algo así en vuestro embarazo? ¿Cómo reaccionasteis?

martes, 29 de diciembre de 2015

MI NONABOX DE DICIEMBRE

Este mes Nonabox se ha vuelto a renovar. Primero se unieron a Mamuky, luego cambiaron el diseño de las cajitas (a mi gusto para mejor) y ahora ¡han modificado el diseño de la web! Para mi tristeza han anulado la suscripción semestral que es la que yo tengo ahora y la que me interesaba para volver a renovar, pero no pasa nada, si todo sigue así renovaré con otro de los planes ahorro que tienen.

Mi nonabox de Diciembre

En cuanto a la Nonabox de este mes, ha venido muy puntual, casi una semana antes de lo normal, debido a las fechas festivas en las que nos encontramos. Este mes, otra vez más, la esperaba con muchísima ilusión porque, como suelen hacer siempre, habían publicado las marcas que formarían parte de la cajita de este mes y me encantaban todas! Estaba deseando ver qué me había tocado a mí! Y tengo que decir que desde que estoy suscrita las cajas van a mejor cada mes. 

Todos estos productos son los que traía mi Nonabox de Diciembre:

Mi nonabox de Diciembre


Como podéis ver, casi todos son productos para Bebé Pingüino y eso es algo que, como digo todos los meses, me encanta! 

Mi nonabox de Diciembre

1 - Biberón Natural Feeling, de Chicco

Tres cajas recibidas y tres productos Chicco en ellas. Si habéis leído mi opinión de las otras dos cajas habréis visto que adoro esta marca así que me encanta recibir sus productos. Estos biberones siempre me han gustado muchísimo y aunque, en principio, tengo pensado darle a Bebé Pingüino lactancia materna en exclusiva, nunca se sabe cómo puede ir la cosa. Este biberón es a partir de 0 meses, hasta los 4, y tiene una capacidad de 150ml. 

2 - Cremita protectora, de Bepanthol

De esta cremita ya tenía varias. Algunas de la misma marca y otras de distintas. Está bien para comparar. Aunque aún no la he usado sí que he oído a mamás decir que es muy buena. En concreto esta que viene este mes es una nueva versión de la clásica, a la que le han incorporado aceite de oliva y vitamina B3. El tamaño del producto también es un plus añadido ya que puedes transportarla con facilidad.

3 - Pulsera corazón, de Detopos

No conocía esta tienda. Aunque la estuve "cotilleando" cuando supe que podía venir en mi cajita de este mes. Tienen productos muy bonitos. La pulsera me gusta mucho. Reconozco que no soy demasiado de complementos. Llevo pocas cosas y muy a menudo. Esta pulsera me gusta porque es muy sencilla y el color es ¡mi favorito! Así que no podían haber acertado más.

4 - Body, de Mothercare

En la cajita del mes pasado recibí un body de C&A y comentaba que, a pesar de tener ya varios en casa, siempre se agradece recibir algún producto como este, ya que los bebés manchan mucho y hay que cambiarles varias veces al día. Mothercare es una tienda que me gusta mucho y de la que tengo varias cositas para Bebé Pingüino. Este body que me ha tocado este mes es muy bonito, me gusta mucho el diseño de las vaquitas y la talla es la adecuada. Además, como siempre que incluyen productos de Mothercare, incluyen un vale de 5€ para canjear en su tienda, sin mínimo de compra, lo cual es de agradecer. Con el vale de la primera cajita (que recibí un gorrito) compré ¡Purelán!

5 - Patucos, de Bblandia

Conocía de web de Bblandia, aunque desconocía que también tuviesen ropita. Estos patucos son preciosos. Me han gustado mucho y son muy suaves. Además, añaden un vale de 5€ para descontar en una compra realizada en su web. En ella puedes encontrar artículos de puericultura muy diversos y con muy buenos precios.

6 - Sábana bajera, de Adén+Anais

De tres cajas recibidas, en dos de ellas he recibido productos de esta marca y he de decir que me encantan y que no me importaría recibir más. El mes pasado fue una estupenda muselina con su funda y éste ¡una sábana bajera para la cuna! Me encanta porque no conocía este producto, me ha parecido muy original. Además debido a su textura y suavidad puede ser utilizada tanto en verano como en invierno. En mi caso tardaré algo en usarla porque he decidido, por falta de espacio, no comprar la cuna hasta que Bebé Pingüino deje de usar la minicuna. Por supuesto, me la guardo para cuando llegue ese momento. 


7 - Golosinas, de Oomuombo

Este producto ha sido el descubrimiento del mes. ¿Cómo algo tan sencillo puede hacer tanta ilusión? Creo que porque se sale de lo esperado, de lo normal en estas cajitas. Sí que había recibido chocolatinas y té, y había visto que otras mamás, meses anteriores, habían recibido otros productos de alimentación, pero ¿esto? ¡Nunca! Conocía esta marca porque una amiga es una apasionada de las golosinas suecas. Siempre me hablaba de ellas y cuando quedábamos, siempre teníamos que ir a alguna tienda a que ella se aprovisionase de ellas. Reconozco, y no sé porqué, que a mi no me llamaban la atención... ¡Menudo error! Venían dos bombones y una selección de distintas golosinas, ¡todo buenísimo! Vamos, no me importaría recibir otro bote de estos en la próxima cajita.

8 - Cupón gratuito, de SmileBox

Estas cajitas ya las conocía pero nunca había tenido la oportunidad de probarlas. Me gusta mucho la idea de recibir productos sorpresa en casa, de alimentación también. Lo bueno que tienen en SmileBox es que tú puedes elegir una serie de productos y otros ¡son sorpresa! Me parece una gran idea. Aún no he canjeado mi cupón porque la cajita de este mes no me llama demasiado la atención y los productos que más me gustan ya se han agotado, voy a esperar al mes que viene a ver si tengo más suerte.
 

Tengo que reconocer que, otro mes más, han cumplido mis expectativas. Sobra decir que sólo con la sábana bajera de Adén+Anais superan el valor de la cajita mensual, así que si sumáis el resto de productos ¡imagináos! Todas las cosas para Bebé Pingüino son muy útiles y van a ser muy buen aprovechadas y las mías ¡también me gustan mucho!
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¿Y a ti, te gusta la cajita de Diciembre? ¿Qué productos te han tocado? 

¿Queréis ver algunas de las cajitas Nonabox que yo recibí?

- Nonabox: Cajitas llenas de ilusión.
- Nonabox: Octubre
- Nonabox Noviembre
- Nonabox Express

jueves, 24 de diciembre de 2015

MI LISTA DE DESEOS PARA BEBÉ PINGÜINO (2015)

Como sabéis, Bebé Pingüino aún no ha nacido. Aún me quedan casi 4 meses. Y a pesar de que ya tengo casi todo lo que me hace falta para él aún me quedan bastantes detalles que comprar. Al ser madre primeriza todo lo quiero y todo me gusta. Por eso he hecho una lista con los básicos que necesita un bebé, de lo que tengo ya casi todo. Y luego, tengo otra lista en la que anoto las cosas, que no son básicas pero que me gustan y pueden serme últiles, como por ejemplo: una trona portatil, como ésta, de Jané, y es que como suelo viajar bastante sé que me irá muy bien.
 

Lista de deseos 2015

Ahora, de cara a la Navidad, he hecho una lista de deseos con una serie de productos que he ido viendo y que me encantan! Todos estos productos son cosas que voy a ir comprando poco a poco. He tenido que reducir la lista y dejar las cosas más significativas y que más me gustan porque sino hubiese sido excesivamente larga. Es que todo lo de bebé es tan bonito!!! 

Lista de deseos 2015
1 - Body de algodón orgánico con estampado de pingüinos, de Kutuno
2 - Pelele con diseño de pingüino, de Bóboli
3 - Pijama con estampado de erizos, de Econicebaby
4 y 5 - Faldón convertible en saco y pijama que crece, de BeeBeeBabies
6 y 7 - Polaina con estampado "demin" y pijama de algodón modelo "stars", de K'acha
8 y 9 - Pantalón con estampado "arcoiris" y leotardos con estampado de pingüinos, de Koolbee

Lista de deseos 2015
1 - Espejo de coche Baby Mirror Oly, color verde, de Benbat
2 - Colonia de bebé, Musti, de Mustela  
3 - Organizador de coche de tela, de Imaginarium 
4 - Bolso, color aguamarina, de Suavinex
5 y 6 - Muselina con estampado "mi abu presume de mi" y BabyMoments Cards, de Mimuselina
7 - Bolsa termoaislante, color amarillo, y biberón, de Difrax (Freefarma)
8 - Organizador caddy, modelo cerdo, de 3 sprouts 
9 - Alfombra salva rodillas, de Skip Hop

Lista de deseos 2015

1 - Osito Nuco Dancing, de Nenuco Baby
2 y 3 - Cerdito hucha de aprendizaje y proyector musical de pingüino, de Fisher Price
4 - Erizo colgante, de Lamaze
5 - Libro "Siempre te querré", de Andana Editorial
6- Twilight Buddies-Hedgehog, de CloudB
7- Tabla de altura animal, de Plan Toys
8 - Encajable de erizo de madera para aprender los números, de Janod
9- Correpasillos cerdito, de Wheely Bug


Sí, reconozco que tengo predilección por todo lo que tenga que ver con cerditos, erizos y, lógicamente, pingüinos y que he abusado de productos de Tutete, pero es que es una tienda donde puedes encontrar de todo, tanto puericultura, ropa, juguetes... Aunque mi sección favorita es ésta última porque tiene gran variedad de productos y a muy buenos precios.
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¿Os gustan los productos que he seleccionado? Si habéis tenido alguno de ellos, ¿Cómo os ha resultado la experiencia?

Otras listas de deseos:

- Mi lista de deseos para Bebé Pingüino (2016) 
-
Mi lista de deseos para Bebé Pingüino (2017)   
-
Mi lista de deseos para Bebé Pingüino (2018)   
- Mi lista de deseos para Bebé Pingüino (2019) 

- Mi lista de deseos para Bebé Pingüino (2020)

- Mi lista de deseos para Bebé Pingüino (2021)

miércoles, 23 de diciembre de 2015

MI FIV: TRANSFERENCIA EMBRIONARIA

Como ya sabéis, el día 6 de Abril fue mi gran día: el día de mi punción. Por el tema de estar al borde de la sobre estimulación, como ya os conté aquí, decidimos que sería mejor vitrificar los embriones y transferir en un ciclo posterior. El mismo día de la punción, el médico me mandó tomar 200mg de Progesterona para hacer que la regla bajase cuanto antes.


Mi FIV: Transferencia embrionaria

 

Y así fue. Él había previsto que bajaría en 15 días pero lo hizo en 10. No me dieron cita para ese momento sino para el día 12 de ciclo, más o menos. Me comentó el médico que me atendió que al ir de fuera y al tener previsto hacer un ciclo natural para transferir el embrión, era una tontería hacerme ese viaje para un simple control en el que sólo se trataba de ver si había quistes residuales o no, pero que si los había no se podría hacer nada y que a veces a principio de ciclo los hay y luego se van solos. Con lo cual, la fecha que ellos me daban era perfecta. Mirarían ese tema, los quistes residuales, y el endometrio, y en caso de que no hubiera crecido lo suficiente me darían unas pastillas para que estuviera perfecto. Además me confirmó que el tema de los embriones no era importante porque sólo se desvitrifican cuando el cuerpo está listo y preparado para su recepción, nunca antes.
 

Sin embargo cuando llegó el día de la cita las noticias no fueron buenas. No sólo tenía un folículo residual como ya me había ocurrido en otras ocasiones. Sino que tenía bastantes. Se sabía porque el tamaño del endometrio era muy pequeño para el momento del ciclo en el que me encontraba. Esto es debido a que para la punción tenía más de 30 folículos entre las dos trompas, me sacaron 23, pero siempre quedan algunos que no se pueden sacar. En el caso de sobre estimulación, además, tengo entendido que es conveniente no sacarlos todos porque eso hace que el riesgo de sobre estimulación sea aún mayor. Así que a pesar de haber tenido la regla (en parte provocada por la Progesterona) no se habían "roto" todos los folículos. Además, el ovario de la trompa izquierda, que era donde más folículos tenía, se veía aún inflamado. Mi médico me dijo que aún así, si yo quería, podíamos intentar transferir ese ciclo. Lo que implicaría ir un poco a contracorriente y medicarme con varias cosas, es decir, forzar un poco el cuerpo. La situación ideal no era esa, sino estar limpia de todo, sin quistes residuales y con los ovarios normales. Así que como quería que todo fuera perfecto decidí esperar al siguiente ciclo para que todo estuviera en orden, además tanto el médico como yo preferíamos hacerlo en ciclo natural. Me avisó de que era probable que la siguiente regla se retrasase debido a tantos quistes. Él calculó unos 10 días más de mi fecha habitual.

Pero como me venía ocurriendo en todas las fechas importantes la regla se retrasó bastante más de esos 10 días que él preveía. Me bajó muy a finales de Mayo de 2015. Yo me había puesto un margen de fecha, porque resultaba que en Junio/Julio de ese mismo año me presentaba a unas oposiciones y no quería que ambas cosas (oposiciones y transferencia) se cruzaran, más que nada porque quería tener la cabeza "limpia" y tranquila y el cuerpo relajado para ambos procesos. Si me hacía la transferencia cuando me había bajado la regla iba a ir muy pillada de tiempo para estudiar (recuerdo que tardo 2 horas en ir y otras 2 en venir de Málaga) además del "come-come" de la cabeza por el resultado y la betaespera. Así que decidí que era mejor esperar e ir paso a paso. Lo intentaría con la regla posterior a las oposiciones y así sería mejor para mí.

Por suerte la regla me bajó unos días antes de terminar el último examen. En Julio, y pedí que la cita me la dieran para un día después de ese examen. Perfecto. El día de la eco por fin me dijeron que estaba todo bien para poder empezar. No había quistes residuales y además los ovarios tenían el tamaño adecuado. Mi cuerpo ya estaba recuperado de todo el proceso anterior. El médico me dijo que iba a hacer un ciclo natural pero que prefería mandarme unos parches de Estradio, Evopad, para controlar el endometrio. Ya sabéis que en mis dos IAD anteriores tuve problemas con el endometrio porque iba muy lento y tuve que medicarme. Así que él prefería que me pusiera los parches para evitar que el endometrio me jugara una mala pasada en estos momentos tan importantes. Me mandó un parche de Evopad 75 cada 48 horas. Me dio cierta pena porque me hacía ilusión no medicarme nada. Aún así tengo amigas que han tenido que pincharse bastantes cosas y total, un parche ¿qué molestias me iba a causar?


Mi FIV: Transferencia embrionaria
(Medicación utilizada en mi FIV)

¡Qué ingenua! ¡Esos parches eran un horror! ¡Cómo costaba quitarlos! El médico me había dicho que podía ponerlos en la espalda o por delante, todo a la altura del ombligo más o menos. El primer día me lo puse en la espalda, creí que sería más cómodo. Pues no. Vivo en un pueblo del sur de España, con unas temperaturas fuera de lo normal. Imagináos en pleno Julio. Me pasé dos días re-pegándome el parche porque de la calor y el sudor se despegaba, además me rozaba con el límite del pantalón y hacía que se despegase más. Resumen: nunca más me los volví a poner detrás, siempre delante.

Pocos días después tuve mi siguiente control. Todo iba perfecto. El endometrio estaba ya en 7.7mm. Me dijo que siguiese con los parches pero que doblase cantidad. Es decir, 2 parches de Evopad 75 cada 48 horas. También me mandó a partir de un día concreto empezar a ponerme 400mg de Progesterona, 2 óvulos por la mañana y 2 por la noche. Y también me mandó tomar durante una semana Urbasón. Ésto se me olvidó preguntar para qué era. Sé que es una medicación que se toma cuando se tienen reacciones alérgicas y cosas así. Algunas amigas que lo habían tomado también en sus TRA me dijeron que era para hacer que ayudase con las defensas en la implantación del embrión. No me quedó muy claro. El primer día que las tomé lo pasé fatal. Me dejaba la boca con un sabor horroroso. Al final le fui cogiendo el truco para tomarlas sin que me supieran a nada, menos mal. También me hizo una analítica de sangre para ver el nivel de Estradiol. Todo estaba bien. Me dijo que la bióloga me llamaría en unos días para que habláramos del tema del embrión y que, a más tardar, la transferencia sería el Jueves 23 de Julio. Qué curioso. Ese día hacía justo un año de mi primer test de embarazo positivo, fruto de mi 5ª IAD. Sería una buena fecha. Por otro lado me confirmó que mis 2 embriones que se habían quedado en observación porque iban más lentos habían sido desechados al final. ¡Pobres!

Como me había dicho el médico, pocos días después me llamó la bióloga. Me dijo que los 10 embriones los había vitrificado en 4 packs (3-3-2-2) y que había desvitrificado un pack de 3 embriones. De esos, 2 estaban intactos, habían desvitrificado perfectamente. El otro había perdido células (era un embrión de 9 células y ahora tenía 7). Aún así no era un gran problema porque podía evolucionar perfectamente. Me dijo que dejaría los 3 un par de días, para llevarlos a blastos, como ya habíamos acordado el día de la punción. Me comentó que ahora podía pasar de todo: que llegaran los 3, que no llegara ninguno... Aunque lo normal era que al menos uno de ellos llegase. Si no llegase ninguno habría que empezar otra vez el ciclo para transferir. De todas formas, como aún teníamos un pequeño margen, me comentó que si ella veía que para el día siguiente los embriones no evolucionaba bien, desvitrificaría otro pack, esta vez de 2. Quedamos en que me llamaría el Jueves 23 a primera hora de la mañana. Si todo había ido bien ese mismo día, a media mañana, sería la transferencia.

Estuve esos días muy nerviosa, pensando que no iba a llegar ninguno. No sé porqué siempre nos ponemos en lo peor. Supongo que tenemos tantas ganas de que todo salga bien y estamos tan acostumbradas a negativos y malas noticias que se hace un poco inevitable.


Al contrario de lo que pensaba, la noche anterior a la transferencia dormí genial. Me levanté temprano esperando la llamada. Fue puntual. Me dijo que un embrión estaba perfecto y que había llegado a ser un blasto muy bonito. Me citó a media mañana (para que me diera tiempo a hacer el viaje) y me indicó que fuera con ganas de hacer pipí. Le preguté si debía ponerme la Progesterona esa mañana y me dijo que sí, que no interfería para nada. Cuando llegué a la clínica con mis padres nos hicieron pasar enseguida a la sala de la bióloga. Allí nos explicó que mi embrión era un blasto temprano, es decir, aún no había logrado el desarrollo total para estar 100% desarrollado, le faltaban unas horas. Debido a eso lo había catalogado como calidad B, me dijo que si hubiera estado unas horas más habría conseguido su desarrollo total y sería calidad A, pero que no le diera importancia porque era perfecto. Había tenido una evolución perfecta e inmejorable desde el primer día. Me dijo que de los otros dos uno podía seguir adelante, el otro no tenía pinta. Igualmente dejaría ambos hasta el día siguiente a ver si podía volver a vitrificarlos porque sí, se podía volver a hacer. Era algo que yo no sabía pero parecía ser que no había problema en ello. No me explicó mucho más sobre los embriones, pero encima de la mesa tenía el informe de mis 10 embriones y cómo los había vitrificado por packs y pude ver que este pack de 3 que había desvitrificado para la transferencia eran de calidades A, A y B. También me dio el test de embarazo que debía hacerme el 3 de Agosto. ¡Sólo 11 días de espera! Me comentó que debía seguir con la medicación (Evopad y Progesterona) y añadir 4 supositorios de Artrinovo Débil durante 4 noches y tomar una pastilla de Vitamina E, Auxina E, al medio día. Esta última sería, al menos, hasta el día del test. Me dijo que ese día y al día siguiente hiciera reposo y que luego vida normal, evitando ejercicio, grandes esfuerzos y coger peso. También me dijo que la llamase al día siguiente para ver cómo había ido el desarrollo de esos 2 embriones y si se habían podido vitrificar. 



Mi FIV: Transferencia embrionaria
(Medicación utilizada en mi FIV)

Después de darme las indicaciones nos llevó a la habitación. Una distinta de la de la punción. Esta vez no nos hizo ponernos uniformes para entrar. Una vez en la habitación sí que me dio el uniforme que me tendría que poner para la transferencia. El mismo de la otra vez. Mi madre iba a entrar conmigo en el quirófano, así que a ella también le dieron uno. Me preguntó que cómo iba el tema del pipí. Le dije que no aguantaba mucho más, me dijo que hiciera un poquito, que tampoco era cuestión de que estuviera incómoda y que antes de la transferencia me harían una eco para ver cómo estaba la vejiga y si era necesario me darían ellos agua. Así que nos pusimos los uniformes, hice un poquito de pipí y llamé al timbre para que vinieran a por nosotras, como hice el día de la punción.

Entramos en el quirófano y allí, esta vez sí, estaba mi médico. Además de él, la bióloga y un par de enfermeras. Mi madre se sentó a mi lado, lo que me daba más confianza. Creo que tenía más miedo que el día de la punción. Efectivamente lo primero que hizo fue una eco para ver que la vejiga estuviese lo suficiente llena. Así fue. Luego procedió a la transferencia. Se me hizo muy larga. Pensé que sería como en las IAD que duraba poco más de 1 minuto, pero no. Él hacía cosas que yo no sabía muy bien qué era, notaba cosas y me ponía nerviosa. Miraba todo el rato la pantalla pensando que en cualquier momento vería a mi embrión entrar. Él me iba explicando algunas cosas, como cuando noté como un chorro frío que me dijo que era que estaba desinfectando. ¡Qué cosas! No sé cuánto tiempo pasó hasta que le pidió a la bióloga que trajese el embrión. Me pareció una eternidad. Y tengo que reconocer que de la tensión y los nervios que tenía encima me estaba empezando a marear. Me pasa cuando me baja la tensión, imagino que de los nervios. La bióloga entró en una habitación que había en el quirófano, era el laboratorio, que lo tenían al lado. Trajo mi embrión en su cánula. El médico le dijo a la enfermera que me pusiera el ecógrafo para poder visualizar dónde iba a dejar el embrión. Seleccionó la zona que el consideró más adecuada e introdujo el catéter. Lo vi aparecer en la pantalla, justo en la zona que él había indicado, y de repente... ¡una estrella! Tal y cómo me habían dicho todas mis amigas. El embrión hace acto de presencia en la pantalla como si fuera una estrella que se ilumina! Fue súper bonito. Me dio una eco de ese momento. ¡Del primer momento en que mi bebé estuvo dentro de mi! La bióloga volvió al laboratorio para comprobar que, efectivamente, la cánula estaba vacía y el embrión había entrado y luego me dejaron en la camilla reposando unos 10 minutos. El médico me repitió lo que me había dicho la bióloga respecto a la medicación. Y me dio una palmadita de ánimo en la pierna. Una enfermera nos llevó de vuelta a la habitación. Esta vez me llevé todo el uniforme de recuerdo.

Al día siguiente, como había quedado con la bióloga, la llamé para saber el estado de los dos embriones. Me dijo que no habían evolucionado bien así que los había desechado. Pobrecitos. Ya sólo me quedaban 7 embriones. Me sorprendí con la facilidad con la que bajaban de cantidad.

Mi betaespera fue diferente a las anteriores. Tengo que reconocer que abusé del reposo. También me coincidió en época de vacaciones y estaba agotada después de las oposiciones así que sólo me apetecía descansar. Ni la bióloga ni el médico me dijeron nada respecto a la alimentación, sé que a muchas chicas le dicen que es bueno que beban Acuarius y más cosas. Yo lo bebí también, por propia iniciativa. Me gustaba y me apetecía por la calor que hacía pero sino, no lo hubiera tomado. La espera fue muy larga, la más larga de todas. Y eso que sólo eran 11 días y en todas las IAD tuve que esperar 15 días. Además, no tuve ningún síntoma de nada o al menos yo lo percibí así.

Justo cuando ya me estaba volviendo loca llegó el día señalado. Pensé que esa noche no dormiría nada de nada. Pero no fue así. Dormí del tirón. Eso sí, a las 5 me desvelé. Dudé si levantarme o no. Me parecía muy pronto. Quería esperar al menos un par de horas más. Pero ya no podía dormir. Quería salir de dudas, para bien o para mal. Fui al baño y me hice el test. Y lo que vi era increíble. Nada más poner el pipí en el test apareció la raya rosa que confirmaba el positivo. No tuve que esperar ni 1 minuto para verlo. Eso me encantó, me pareció una buena señal. Tan poco me lo creía que me hice otro que tenía guardado. Me pareció muy raro que me saliese tan pronto. Claro, no estaba acostumbrada a ver muchos positivos. Y el que me hice en la 5ª IAD que fue positivo tardó unos 3 minutos en salir. Pero sí, este otro test volvió a salir de inmediato. Estaba claro. Estaba embarazada!!!

Volví a acostarme y, a pesar de los nervios, logré dormir algo. Por la mañana llamé a la clínica para dar la noticia. Me dieron la enhorabuena y me dijeron que siguiera con la medicación pautada (Evopad, Progesterona y Vitamina E) y que debía hacerme una analítica en sangre, una beta, para conocer el valor de la hormona de embarazo. Me dijeron que podía ir allí, a Málaga, o bien hacérmela en el pueblo donde vivo y que, en ese caso, debía llamar con el resultado. En un principio tenía pensado ir a Málaga porque además el resultado me lo darían en pocas horas, pero luego pensé que era más cómodo hacerlo aquí, aunque en la clínica que conocía tardaban 24 horas. Casi no llego a tiempo porque habían terminado el horario de extracciones de sangre, pero insistí y me la hicieron. Un día después tuve el resultado, mi beta era de 270ml. Ya no había dudas. Volvía a llamar a la clínica y me volvieron a dar la enhorabuena, me dijeron que era muy buen valor para ser a 11 días post transferencia. También me dieron cita para mediados de Agosto, para la primera eco, que confirmaría que todo iba bien.

Tal fue mi incredulidad que decidí hacerme test de embarazo durante esos días hasta la siguiente eco. Tenía uno normal y un clearblue. Y me compré un pack económico de esos test de tiras. Estaba en juego mi tranquilidad, más que mi obsesión. Y es que después del aborto bioquímico quería ver cómo ese rosa del positivo se iba manteniendo y no desaparecía.

Todo fueron momentos mágicos. Decidí que no diría nada a nadie (salvo un par de amigas cercanas) hasta no confirmarlo con la eco, porque no quería sorpresas. De todas formas, después de mis 4 IAD en la Seguridad Social, dejé de contárselo a la mayoría de gente que lo sabía, incluso mi familia, porque se preocupaban, preguntaban... y no había necesidad. Además también agobiaba tener que contar negativo tras negativo a todo el mundo. Salvo mis padres y 2-3 amigas nadie sabía que había decidido ir a un privado, todos pensaron que estaba esperando a la lista de espera de la SS.
 

Afrontar la FIV no fue fácil. No tenía las mismas expectativas que con las IAD, sino muchas más. Con una IAD sabes que puede ser sí o puede ser no. Pero en la FIV entran muchas cosas en juego: que haya una cantidad razonable de folículos, que sean viables para fecundar, que fecunden, que tengan buena calidad, que la punción vaya bien, que no te deje secuelas dolores, sangrados... Y luego que el embrión se agarre bien. Aprendí que la calidad no era tan importante. Me explico. Tengo amigas que han ido con dos blastos y no se han quedado, otras que han ido con uno de calidad C o D y se han quedado. Influyen muchos factores. Como digo, tenía muchas esperanzas y muchas expectativas en este proceso. En parte por lo que me decían los médicos, las altas probabilidades, mi edad y no tener nada grave e importante que perjudicase el proceso. Aún así el miedo es inevitable. Miedo al negativo, a otro aborto bioquímico. Miedo a tener que volver a empezar, aunque sólo fuera para transferir otro de mis 7 embriones. Me horrorizaba sólo de pensar en ese "volver a empezar", no quería, me sentía sin fuerzas ya.
 

Por suerte, todo salió bien. A día de hoy estoy de 24 semanas y aunque el primer trimestre fue un poco difícil, por temas de sangrado que ya os contaré, puedo afirmar que, salvo eso, estoy teniendo un embarazo de 10. No he tenido ni un sólo síntoma ni molestia. Me encuentro genial. Más cansada, eso sí, pero es normal. Y por fin, sé que dentro de pocos meses tendré a mi bebé en brazos y todo, absolutamente todo, lo que he pasado habrá merecido la pena. Y ya sólo importará el presente con él y el futuro que construyamos juntos. 

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¿Tuviste que recurrir a reproducción asistida para lograr ser madre? ¿Te realizaste alguna fecundación in vitro? ¿Cómo fue? 

Si quieres, puedes seguir leyendo cómo fue mi FIV:

- Mi FIV: Consentimiento y pasos previos.
- Mi FIV: Desarrollo folicular.
- Mi FIV: Punción folicular.

martes, 22 de diciembre de 2015

MI FIV: PUNCIÓN FOLICULAR

El 6 de Abril era el gran día. El día de mi punción. Como ya os conté aquí, yo iba a una clínica en Málaga que estaba a dos horas de mi casa. Al tener que ingresar en la clínica ese lunes a las 8:30 de la mañana decidí quedarme la noche anterior en un hotel de Málaga para evitar el viaje y, por tanto, el madrugón, ya que sino hubiera tenido que levantarme sobre las 5 ¡de la mañana! Y quería estar tranquila y relajada. Mi madre no pudo venir, así que mi padre y yo nos fuimos el domingo al medio día para Málaga, comimos allí y pasamos la tarde entretenidos para evitar que yo pensase más de la cuenta en la punción (¡y sobre todo en la vía!), aunque no podía evitar pensar en que había ovulado, no sé porqué. Estuvimos paseando por el puerto, cenamos pronto y a las 11 ya estábamos durmiendo. Me tomé el trankimazin que me dieron en la clínica para intentar dormir relajada, pero no me hizo demasiado efecto. Dormí a ratos. Supongo que en el fondo estaba bastante nerviosa. 


Mi FIV: Punción folicular

A las 8:30 del gran día, el 6 de Abril, ya estaba en la clínica. Nos sentamos en la sala de espera y en poco rato una enfermera (la que me sacaba sangre) vino a por nosotros para llevarnos a la habitación. Nos dieron un mini uniforme porque no podíamos entrar en esa zona sin ellos, por el control de higiene y demás. Y nos llevó a la habitación. Allí me dio el uniforme para la punción: bata, gorro y zapatillas. Me dijo que lo único que podía dejarme era el sujetador. ¡Hasta los calcetines me quité! Obviamente me habían avisado previamente que nada de joyas, maquillaje, uñas pintadas, perfume... Así lo hice. Me hizo las preguntas rutinarias: si había ayunado (incluso de agua), si había dormido bien, si estaba nerviosa... Cuando le dije que sí, pero no por la punción sino por la vía, se puso a reír. Me dijo que me había tocado un anestesista muy bueno y que no me preocupase. Me dejó para que me pusiera el uniforme y me dijo que una vez estuviera lista que tocara al timbre que tenían en la cama. Me puse el uniforme tranquila, a mi ritmo, para relajarme. Y toqué al timbre.
 

Pocos minutos después la misma enfermera vino a por mí. Justo enfrente de la habitación estaba el quirófano. Me pareció enorme y lleno de aparatos. Me tumbé en la camilla y vino el médico. Me sorprendió ver que no me iba a hacer la punción mi médico, sino el médico que me había atendido dos días antes. Supongo que mi médico libraría ese día. También estaban dos enfermeras, la que me había atendido todo el rato y otra más, y una bióloga. Y vino el anestesista... Me cogió el brazo y lo apoyó sobre un apoya brazos. Estaba muy nerviosa pero de repente pude relajarme cuando vi que me ponía la vía en el antebrazo!!! Ahí fue cuando empecé a respirar. Sin embargo volví a ponerme nerviosa cuando me cogió el otro brazo, concretamente la mano. Pensé que me iba a poner una vía en esa mano, pero no, lo que hizo fue ponerme un aparato en el dedo para controlar las constantes vitales. Veía que todos revoloteaban a mi alrededor. El médico empezó a trastearme y una enfermera tuvo que decirle que aún estaba despierta. De repente miré al techo y vi que todo me daba vueltas. Le pregunté al anestesista si lo que me había puesto era anestesia y me dijo que no, que sólo era un relajante. Le pregunté si era normal que me estuviera mareando y me dijo que si. No recuerdo más.

Cuando me desperté estaba en la habitación, tapada con una sábana y con un gotero con suero puesto. Mi padre estaba allí. Le pregunté si ya había terminado y me dijo que sí, que habían sido sólo 5 minutos. Le dije que tenía sueño pero él me dijo que las enfermeras habían dicho que me tenía que ir espabilando. Es curioso porque recuerdo oírlas decirle eso a mi padre. A mi me dio por reírme. Llamó a mi madre para decirle que todo había ido bien y que yo estaba perfecta. Y yo no podía parar de reírme. ¡Me dio por ahí! También tenía la boca pastelosa, me costaba hablar.

Al poco rato vino la bióloga. Me dijo que habían podido sacar 23 ovocitos! Me pareció una gran cantidad, mucho más de lo que esperaba. Me dijo que los iba a analizar en el laboratorio y los que fueran viables los fecundaría mediante ICSI, que al día siguiente me llamaría a primera hora para contarme cómo había ido. Me dijo que me cuidase mucho por el riesgo de sobre estimulación. Se la veía muy seria pero también muy profesional. Me gustó.

Un rato después vino el médico. Me trajo el informe de la punción. En él aparecían mis datos personales y mis 23 ovocitos. También venía qué hacer en caso de tener algún problema posterior (fiebre, sangrados, dolores...) con un teléfono de urgencias 24horas. Además, ese informe también estaba bien redactado por si tuviera que acudir a urgencias, a la Seguridad Social, y así poder llevarlo para que los médicos vieran qué me habían hecho.
 

Con el informe de la punción me trajo el alta. El médico me dijo que debido a la punción y a la sobre estimulación podía tener dolores de ovarios, como de regla, e incluso sangrado. Que si no era fuerte y abundante que no debía preocuparme porque era normal por la intervención. También me dijo que era bastante probable que me hinchase algo. Y me aconsejó que ese día comiese alimentos suaves, de ligera digestión. Aunque en eso no fui muy obediente porque me cené ¡dos pizzas! ¡Estaba antojosa! Me mandó tomar 200mg de Progesterona durante 8 noches para hacer que la regla bajase pronto, ya que, debido a la cantidad de folículos que tenía (y que muchos obviamente no se habían podido sacar), podía tener folículos residuales, y, de esa forma, facilitaríamos la tarea de que se rompiesen y adelantasemos la transferencia. Calculó que la regla me bajaría en 15 días. Ese día debía llamar para que me hicieran una eco y ver si los ovarios habían recuperado su tamaño y no tenía folículos residuales.

Un rato después de irse el médico vino otra enfermera distinta. Me trajo un zumo y me quitó la vía. Me dijo que cuando me bebiese el zumo podía levantarme y vestirme. Que cuando estuviera lista tocase el timbre y vendría a por mí para que pudiera irme ya. Tengo que reconocer que pensé que además del zumo me traerían también un pastelito, ¡estaba muerta de hambre! Me bebí el zumo y me vestí tranquilamente. Me puso un apósito enorme donde tenía la vía y claro, al vestirme y tener que hacer movimientos con ese brazo, empecé a sangrar. Me guardé las zapatillas de recuerdo. Y toqué al timbre. Enseguida vino a por nosotros y salimos fuera, esta vez no nos hizo ponernos ningún uniforme.

Ese día lo pasé tranquila. En el sofá y relajada. Aunque me encontraba muy bien y no tenía ningún tipo de molestias pero no quería hacer nada, ya que no dejaba de ser una intervención importante y más con el riesgo de sobre estimulación.

Al día siguiente, muy temprano, me llamó la bióloga. Esas llamadas siempre te ponen nerviosa porque no sabes qué puedes esperar. Empezó interesándose por mí. Qué tal estaba, si me dolía algo, si estaba hinchada... Le dije que estaba perfecta, que me encontraba muy bien y que no me notaba hinchada. Me dijo que me cuidase. Luego pasó a comentarme que había ido muy bien. De los 23 ovocitos que habían sacado, 17 eran buenos. ¡Toma! Esos 17 los habían fecundado mediante ICSI y de esos 17 había 12 embriones fecundados. Me pareció un muy buen porcentaje. No contaba con tener 12 embriones en un principio ya que, como os conté aquí, mi médico ya me había avisado que los ovarios poliquísticos eran imprevisibles y que cabía la posibilidad de tener muchos folículos y pocos viables. La bióloga quedó en que me llamaría dos días después. Los embriones ya tendrían 3 días y se podría hablar ya con propiedad de los resultados. Ese día se decidiría si se vitrificarían a día 3 o si los dejarían un par de días más y los llevarían a estado de blastocisto, que es un embrión de 5 días.
 

Dos días después, a media mañana, la bióloga me volvió a llamar. Volvió a interesarse por mi y me preguntó cómo estaba, si me dolía algo, si estaba hinchada... Cada vez que le decía que no estaba molesta ni hinchada parecía que se sorprendiera. Me lo preguntó varias veces. Luego pasó a darme el informe de mis embriones. Me dijo que había ido genial. De los 12 fecundados, 10 eran muy buenos embriones, de calidades A y B. Los otros 2 se habían quedado un poco atrás y no tenían tan buena calidad. Me dijo que los 10 embriones buenos los iba a vitrificar ese mismo día. Y los otros 2 los iba a dejar un par de días más, a ver si lograban recuperarse y llegar a blastos y sino los desecharía. Ya quedamos en que no volvería a llamarme, que el informe de los esos dos me los daría cuando fuera a consulta. Me comentó que los vitrificaría en packs y que para la transferencia desvitrificaría 3-5 y los llevaría a blastos para escoger el de mejor calidad.
 

Mi experiencia de la punción fue muy buena. A día de hoy aún siento como si no me hubieran hecho ninguna punción. No tengo ningún recuerdo traumático ni doloroso. Me "dormí" al poco de llegar al quirófano y me desperté tan fresca poco después. Los días posteriores no tuve ningún sólo síntoma. Ni dolores, ni sangrado, ni hinchazón... Como si la cosa no hubiera ido conmigo. Y además puedo decir que tuve muy buen resultado, 10 embriones de las máximas calidades y eso que sólo me había hormonado durante 8 días. ¡Estaba entusiasmada! Lo único que podía recordarme que había sido intervenida era el morado enorme que me salió en el antebrazo, pero eso fue porque nada más quitarme la vía me vestí e hice muchos movimientos con ese brazo y como consecuencia de eso me salió. Pero no me importaba, ¡¡¡era mi señal de guerra!!!

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¿Tuviste que recurrir a reproducción asistida para lograr ser madre? ¿Te realizaste alguna fecundación in vitro? ¿Cómo fue? 

Si quieres, puedes seguir leyendo cómo fue mi FIV:

- Mi FIV: Consentimiento y pasos previos.
- Mi FIV: Desarrollo folicular.
- Mi FIV: Transferencia embrionaria. 

lunes, 21 de diciembre de 2015

MI FIV: DESARROLLO FOLICULAR

Como comenté en la anterior entrada sobre mi FIV, quedé con el médico en que llamaría con la regla de Enero de 2015 para comenzar. El problema fue el mismo de siempre. La regla se retrasó. En Enero no hizo acto de presencia y en Febrero tampoco. Así que decidí llamar y me dio cita para hacerme una eco y ver qué pasaba, aunque presuponíamos que habría folículos residuales, como ya me había pasado otras veces. Así fue. Tenía un folículo residual que hacía que no me bajara la regla. Me mandó tomar 2 óvulos de 200mg de Progesterona durante 5 días (mañana y noche). Al dejarla, la regla debía hacer acto de presencia. En ese momento debía empezar a tomar pastillas anticonceptivas. En mi caso tomé Drosure, ya que tenía una caja entera en casa y él me dijo que daba igual una que otra, que lo que importaba era la función de controlar que ese ciclo no hubiera actividad ovárica. El día que empezara a tomarlas también debía llamar a la clínica para que el médico me dijera cuántos días debía tomarla. Fijamos unas fechas provisionales. Si la regla me venía el día que el médico calculaba tendría que ir a control a mediados de Marzo. 


Mi FIV: Desarrollo folicular


Después de tomar esos 5 días la Progesterona la regla me bajó. Pero no en la fecha que él tenía prevista sino varios días después. Empecé con las anticonceptivas y llamé a la clínica para informar de que me había bajado y para retrasar la fecha de la cita debido al retraso. En esa cita él debería ver cómo iba y si las dejaba para provocar que bajase la regla y empezar los pinchazos o si seguía con las pastillas más tiempo. El día de la cita me hizo eco y vió que todo estaba bien. Las pastillas habían hecho su efecto y habían cumplido su función y, por tanto, la actividad ovárica está parada. Me dijo que tomase la caja entera de anticonceptivas y cuando me bajase la siguiente regla que llamase para pedir cita. Me mandó Puregon para que a partir del 2º día de regla empezase a pincharme 200IU cada día. Nunca me había pinchado Puregon. Me gustaba porque tenía un mecanismo muy similar al Gonal, era una pluma precargada muy fácil de preparar y con una aguja casi imperceptible, lo que lo hacía más cómodo. Tampoco me habían mandado nunca tantísima cantidad, nunca más de 75IU, claro que para FIV la cantidad es bastante superior que para IAD.


Mi FIV: Desarrollo folicular
(Medicación utilizada en mi FIV)

Como quedamos, una vez me bajó la regla llamé para pedir cita y me la dieron para pocos días después. Mientras, yo tenía que pincharme, como os he dicho, 200IU de Puregon todos los días. El día de la cita me hizo, como siempre, una eco. Y la verdad es que se sorprendió bastante porque decía que no esperaba la respuesta que estaba teniendo, que iba demasiado bien. Mi endometrio estaba en 5,7mm, aún era pequeño, pero llevaba pocos días de ciclo con lo que aún tenía que crecer bastante más. Y los folículos no pude ni contarlos. Eran una barbaridad. Más de 10 en cada ovario, de entre 6-14mm. Me pareció que era una buenísima cantidad. Tengo que reconocer que hasta ese momento tenía mucho miedo de no tener una buena respuesta y desarrollar pocos folículos y que no sirviesen. Aún así hasta el final una no puede estar tranquila porque hasta el día de la punción no se puede saber si realmente son buenos o no. Ese mismo día también me hizo una analítica para ver mi nivel de Estradiol. Me dieron cita para el próximo control y me dijo que en el caso de haber un resultado raro en la analítica me llamarían por teléfono para cambiar la cita. Mientras, debía seguir pinchándome 200IU de Puregón durante 4 noches y añadir a las tres últimas noches un vial de Orgalutran, otra medicación que tampoco me habían mandado nunca, y me avisó que me podía picar un poco después de pincharme e incluso ponérseme la piel algo roja. Así fue, aunque no demasiado.



Mi FIV: Desarrollo folicular
(Medicación utilizada en mi FIV)

A principios de Abril de 2015 tuve el siguiente control. Esta vez me vio otro médico porque me tocó la cita en sábado y mi médico libraba. El endometrio estaba perfecto, ya medía 10mm. Y los folículos habían crecido como churros. Empecé a contar pero perdí el control. Más de 30 folículos entre ambos ovarios. Incluso, al final, el médico dejó de contar y dijo que ya era suficiente, que había más pero más pequeños. Ese mismo día me programaron la punción para el 6 de Abril. Y me hicieron también una analítica para ver niveles de Estradiol y Progesterona. Además el médico quería saber también si estaba al borde de la sobre estimulación debido a la cantidad de folículos que tenía, ya que, en ese caso, la transferencia no podría hacerse seguido, por los riesgos que podría conllevar, y habría que dejarlo para el siguiente ciclo. Cosa que ya había contemplado con mi médico, aunque en parte quería terminar ¡ya! Efectivamente estaba al borde de la sobre estimulación, había un márgen mínimo pero el médico consideraba que era mejor no arriesgarse porque podría tener efectos negativos como hincharme demasiado, tener hemorragias que perjudicaran la implantación, en caso de embarazo podría ser de riesgo... Lógicamente, quería que todo saliera bien y total, con todo lo que había esperado ¿qué más me daba esperar un mes más o menos? Esa noche debía pincharme Decapeptyl, ya que los embriones iban a ser congelados. Si la transferencia hubiera sido seguida hubiera tenido que pincharme Ovitrelle. En mi caso, debía mezclar dos viajes de polvo de Decapeptyl en uno sólo de líquido. Me dieron indicaciones sobre qué hacer para el día de la punción y también me dieron un Trankimazin para que me lo tomara, si quería, la noche anterior a la punción para ir relajada.

Mi FIV: Desarrollo folicular
(Medicación utilizada en mi FIV)

Sólo había un día entre ese último control y el día de la punción. Estuve muy nerviosa pensando que habría podido ovular. Esa era mi mayor preocupación. También reconozco que tenía miedo al día de la punción. No por la punción en sí, sino por la vía. Sí, soy así. Me daba más miedo la aguja de la vía que la propia intervención. Esto tiene una explicación y es que hace años me operé de los ojos, operación de la que ni me enteré, pero me pusieron una vía en la mano y ¡aún recuerdo aquel dolor! Pero bueno, ya quedaba menos y lo único que realmente me importaba era lograr mi sueño de una vez.

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¿Tuviste que recurrir a reproducción asistida para lograr ser madre? ¿Te realizaste alguna fecundación in vitro? ¿Cómo fue? 

Si quieres, puedes seguir leyendo cómo fue mi FIV:

- Mi FIV: Consentimiento y pasos previos.
- Mi FIV: Punción folicular.
- Mi FIV: Transferencia embrionaria. 

miércoles, 16 de diciembre de 2015

MI FIV: CONSENTIMIENTOS Y PASOS PREVIOS

Después del último intento de IAD que parecía tan exitoso pero al final acabó mal, decidí que ya estaba bien de IAD y que quería pasar a FIV como tenía pensado desde un principio. Tengo que decir que no me arrepiento de haberme hecho estos dos últimos intentos. Sí, es cierto que perdí ese dinero, pero también es cierto que la 5ª IAD fue exitosa, aunque terminó mal, pero eso me hizo darme más fuerzas y esperanzas en que lo podía conseguir. Y la última, mi 6ª IAD, me sirvió para ver cómo podía reaccionar mi cuerpo si se le estimulaba de la manera correcta y no de forma protocolaria. Por tanto, me hizo confiar en mi médico mucho más, y eso que yo ya confiaba en él totalmente.

Mi FIV: Consentimientos y pasos previos

En Noviembre de 2014, unos días después de mi último negativo tuve cita en la clínica para hablar con el médico. Me coincidió con el comienzo de regla así que pensé que quizás podría empezar ya. El médico no estaba muy conforme, la verdad. Por él hubiera hecho más IAD, porque consideraba que por mi edad, y aunque tuviera algún problema, no era impedimento para conseguirlo con esa técnica. Para él la FIV era bastante más agresiva. Y claro que lo es, pero yo necesitaba ya respuestas. Muchas de vosotras lo entenderéis. Necesitaba un porcentaje mayor, más expectativas de éxito. Y si mi hormonación para FIV salía bien podría tener varios intentos, al tener varios embriones.
 

Lo primero que me dio fue el consentimiento para que me lo leyera y lo firmaba. En él aparecía todo lo que era la FIV, en qué consistía, qué ocurría con los embriones... Y también me dio el consentimiento para la anestesia. Estuvimos hablando de cómo sería el proceso. Probablemente no sería muy largo, sino más bien corto. Es decir, no tomaría un mes pastillas anticonceptivas sino sólo unos 15 días, y a la siguiente regla empezaría a hormonarme. Lo de la transferencia seguida aún estaba en dudas. No sabía si sería así o preferiría esperar a transferirme en otro ciclo. El argumento era que así mi cuerpo no estaría tan saturado y si los embriones conseguidos eran buenos (y siempre y cuando descongelaran bien) se me sumaba un 10% de éxito a la transferencia, de la cual yo ya partía (por edad y no tener ningún problema realmente importante) con un 60%, es decir, tendría alrededor del 70% de éxito de conseguirlo en la primera.
 

Para FIV iba mucho más tranquila. Mis preocupaciones con los tratamientos eran dos: la trompa obstruida, que en FIV no jugaba ningún papel, con lo cual un problema menos, y los ovarios poliquísiticos. El médico me dijo que con unos ovarios poliquísiticos nunca se sabe cómo va a reaccionar un cuerpo, aunque me dijo que lo más habitual era que respondiese bien. Me comentó que podían pasar varias cosas: que desarrollara muchos ovocitos, de los cuales muchos fueran buenos, que desarrollara muchos y que hubiera de todo, lo cual sería la peor situación porque en estos casos suele haber mucha "basura" (folículos vacíos, otros grandes, otros pequeños... y pocos que sirven de verdad) y también me dijo que podía darse la situación ideal que ellos buscaban: que desarrollase entre 8-12 folículos para que al fecundarlos mediante ICSI quedaran entre 4-6 embriones de buena calidad. También me comentó lo mismo que hablamos el día que nos conocimos, y que ya os conté aquí, que él sólo me iba a poner un embrión. Yo me reboté un poco, la verdad. Le dije que prefería dos porque así tendría más posibilidades. Él fue bastante cortante y tajante, me dijo que tenía un porcentaje de éxito muy alto y que no merecía la pena arriesgarse a un embarazo gemelar con los riesgos que ello conlleva, tanto para mí como para los bebés (por el tema de partos prematuros y demás). La verdad es que pensándolo fríamente tenía razón. Con 28 años, ¿qué necesidad tenía de ello sin haber probado al menos un intento? Quedamos en que todo dependería de los embriones, lógicamente. Si conseguía alguno muy bueno pondríamos sólo uno. Y si me ponían uno muy bueno y el resultado era negativo, para la segunda transferencia contemplaríamos la idea de poner dos. Me quedé más conforme. Además, él siempre me hablaba de una forma bastante contundente, seria y profesional, al menos así me lo parecía, lo cual me hacía confiar bastante en él y en su criterio.
 

Estuvimos mirando el calendario y por coincidencia de fechas no podía empezar ese ciclo, ya que después de las anticonceptivas y las hormonas, problamente me tocaría la punción para fechas de Navidad y claro, cierran laboratorio. Igualmente me hizo una eco para ver cómo estaba después del negativo. Todo bien. Así que quedamos en eso, volver en Enero, después de las fiestas. También me dijo que dejase de tomar Natalbén y me recomendó Seidivid.

Mi FIV: Consentimientos y pasos previos
(Medicación utilizada en mi FIV)

Me dijo que era una medicación que había salido hacía relativamente poco, que llevaba ácido fólico, como el Natalbén que yo tomaba, pero que además también llevaba otros componentes que ayudaban a mejorar la capacidad ovocitaria, es decir, mejoraban la calidad y cantidad de ovocitos, y para FIV eso era genial. Me dio varias cajas de muestras y me dijo que tomara sólo un sobre cada noche, después de cenar. Al principio me dio un poco de mal rollo, porque los sobres siempre suelen ser difíciles de tomar, pero me lleve una grata sorpresa cuando comprobé que no sabían a nada!
 

Así que en esas quedamos. Me fui de ahí con muchas esperanzas y mucha ilusión. Deseando pasar esas fiestas lo más tranquila posible y recargando las pilas para volver en Enero con fuerzas renovadas. Pero como siempre me pasa, en los momentos importantes, la regla se hizo de esperar y Enero se alargó más de la cuenta.
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¿Tuviste que recurrir a reproducción asistida para lograr ser madre? ¿Te realizaste alguna fecundación in vitro? ¿Cómo fue? 

Si quieres, puedes seguir leyendo cómo fue mi FIV:

- Mi FIV: Desarrollo folicular.
- Mi FIV: Punción folicular.
- Mi FIV: Transferencia embrionaria.