miércoles, 28 de octubre de 2015

EL "DIVERTIDO" MUNDO DE LAS PRUEBAS MÉDICAS (1ª PARTE)

Cuando me planteé que estaba llegando el momento de ser madre, lo primero que hice fue informarme sobre mis opciones. Miré clínicas de reproducción por toda España, busqué opiniones, comparé precios... y buscando y rebuscando fue cuando descubrí que la Seguridad Social lo cubría. No sólo en parejas, sino también en el caso de mujeres solas. Y fue ahí cuando tomé la decisión, porque era la oportunidad perfecta. Y más aún, cuando en muchas comunidades de España ya lo estaban quitando, aunque al menos en Andalucía (lugar donde vivo) lo están manteniendo.

El divertido mundo de las pruebas médicas - primera parte

Lo primero que hice fue comentárselo a mis padres, ya que vivo con ellos y son mi principal apoyo en esta aventura y, como comenté, ya sabían de mi deseo desde hacía mucho. Luego pedí cita en mi médica de cabecera y hasta que llegó el día me inundaron los miedos. A pesar de que había leído experiencias muy buenas en estos primeros pasos, también había leído casos muy malos, en los que los médicos te decían que no por el hecho de ir sin pareja. Era todo muy contradictorio y no sabía muy bien lo que me esperaba.
 

Cuando llegó el día fui muy clara, le dije a mi médica lo que quería directamente. Ella fue muy amable, aunque estaba un poco perdida porque no sabía nada del tema para mujeres solas, pero me dijo que igual que derivaba al especialista a parejas pues me derivaba a mi también y que allí ellos me explicaran mejor, aunque según la legislación vigente no debía haber problemas ya que mi caso no se excluía en ningún momento. Así que me dió volante para la cita sin problema y me dio muchos ánimos diciéndome que si ella lo hubiera sabido también habría tenido a sus hijas siendo jóven y no hubiera esperado tanto.
 

Y más feliz que una perdiz fui al mostrador donde se pedía la cita. A obstetricia me mandó, ¿a obstetricia? os preguntaréis muchas... Pues sí. Y claro, yo que andaba perdida en estos temas no sabía que a donde me tenía que haber mandado era al ginecólogo. Pedí la cita y la chica del mostrador lo primero que me preguntó era si estaba embarazada, yo le dije que no pero que era lo que quería. Me miró raro pero me dio la cita. Y yo tan contenta porque me lo había dado para 20 días después y me pareció muy pronto porque había leído que solían tardar más.
 

Esos 20 días se me hicieron interminables. Pero, al fin, el día llegó. Fui al hospital con una mezcla de nervios e ilusión. Sentimientos que se convirtieron en rabia e impotencia cuando la enfermera de obstetricia (lógicamente) me dijo que la cita estaba equivocada porque a ellos sólo le correspondían casos de mujeres que ya estaban embarazadas, que yo donde tenía que ir era a ginecología. Y mi madre, que es una súpermamá, se plantó en la puerta de la ginecóloca que ella conocía y le contó a su enfermera lo que había pasado para ver si me podía coger al final de sus citas, pero no, no hubo suerte. Así que tuve que pedir cita de nuevo. Por suerte, no tuve que volver a la médica de cabecera, sino que la pedí allí mismo y me dieron para dos semanas después. Esta vez me pareció mucho tiempo, porque no quería esperar más. Sólo quería saber si me iban a dar luz verde o no y después esperaría mi turno sin rechistar. Eso si me decían que sí, si no tenía pensado pedir cita en todos los ginecólogos del hospital hasta conseguirlo.
 

Pero no fue necesario, porque todo fue más fácil de lo que pensaba. Llegué a la cita y le dije a la ginecóloga que quería tener un bebé. Ella me preguntó desde cuándo llevaba intentándolo y cuando le dije que no tenía pareja lo entendió perfectamente. "¿Quieres ser madre soltera, no? ¿Estás segura?" "Sí", le respondí a las dos cosas, y procedió a hacerme pruebas. Bueno, una prueba, una ecografía vaginal y poco más, ya que tenía una citología reciente y varios análisis. Me explicó que me mandaría a hacer varias pruebas más. Un par de análisis y la famosa histerosalpingografía (léase radiografía del útero y las trompas con contraste) y que luego las analizaríamos y me mandaría a la UR (Unidad de Reproducción).
 

Y aquí fue cuando comenzó mi odisea. Al ir a informarme para pedir cita para la histerosalpingografía me dieron un papel con instrucciones a seguir y me dijeron que tenía que hacerme la prueba en los primeros diez días desde que me bajase la regla pero sin estar ya manchando y que ellos, en ese hospital, sólo hacían la prueba una o dos veces al mes, con lo cual si no había citas tendría que esperar al mes siguiente y, claro, todo esto teniendo en cuenta que mi regla me coincidiese con esos días propicios. Y ese era mi mayor temor, mi regla. Porque es irregular a más no poder, cuando quiero que me baje a tiempo se me retrasa y cuando quiero que se me retrase me baja a tiempo. Yo creo que me guarda rencor porque el día que me visitó por primera vez yo me pasé el día llorando del disgusto.
 

Así que así me quedé, sin saber si esta vez nos pondríamos de acuerdo o no.
El divertido mundo de las pruebas médicas - primera parte
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¿Tuviste que recurrir a reproducción asistida para lograr ser madre? ¿Cómo fueron tus pruebas médicas? ¿Viviste una odisea como me ocurrió a mí?

2 comentarios:

  1. Me he reído con lo de tu regla porque, según me explicaron a mi, tenia que realizar la prueba en esos días para estar 100% seguros de que no estaba embarazada.No me dieron otro motivo..Y en el tuyo,si no tenías pareja ni mantenías relaciones con nadie,era obvio que no ibas a estarlo. Para pedir mi cita también fue bastante odisea, porque la tuve que pedir con meses de antelación justo, para el Día que empezaba las vacaciones.😕

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    1. Jajaja, si. Pero ellos no se fiaban de nadie. Y que una persona vaya sin pareja no significa que no tenga relaciones y puede que se hayan dado casos. De todas formas ellos no sabían que yo iba sin pareja porque las pruebas me las hicieron en otro hospital donde no estaba la unidad de reproducción. Se limitaban a las pruebas y ya.

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