Hay días que siempre serán especiales y siempre merecerán la pena ser recordados. Hoy es uno de ellos, el cumpleaños de mi pequeño (ya no tan) Bebé Pingüino. Quizás, para mí, la celebración del día más importante de mi vida, el día que di a luz a mi vida entera. Sí, puede que suene algo cursi, pero es la realidad. El día que mi hijo nació, en parte yo volví a nacer. Y es que ahora no imagino mi vida sin él a mi lado.
Bebé Pingüino llegó a mi vida, como muchos sabréis, tras varios años de búsqueda, éxitos y fracasos. Fue un camino duro e inestable por el que pasaría todas las veces que fueran necesarias hasta llegar a él. Ansiaba ser madre desde muchos años atrás pero no fue hasta finales de 2012 cuando por fin decidí tomar la decisión en firme y ponerme a ello. Pensé que no sería un camino tan difícil, total, era jóven (¡menudo disparate!, lo aprendí después) pero las cosas se fueron complicando casi desde el inicio. Sin embargo, recuerdo esos tres años de búsqueda como unos años bonitos, de aprendizaje, de conocerme y de reafirmarme cada día en que lo que más deseaba era tener un bebé. Incluso miro atrás con nostalgia porque aunque vuelva a tener otro hijo y vuelva a recorrer el mismo camino, nunca será igual. Recordar toda nuestra historia hasta el día de hoy me lleva a remover muchos sentimientos, todos ellos bonitos y especiales, como mi pequeño.
¡Bebé Pingüino tiene ya 5 años! Y me da un poco de vertigo pensar en lo rápido que ha pasado el tiempo. Desde hace como tres años me planteo seriamente el darle un hermanito o hermanita, que es algo que él también me pide. Y me resulta gracioso lo irónica que es la vida. Tener a Bebé Pingüino fue un acto de locura en sí. Quizás no lo busqué en el mejor momento de mi vida, quizás no en el más estable económicamente. Sin embargo, ahora que tengo esa estabilidad en todos los sentidos de mi vida, no encuentro el momento ideal para ponerme a ello. Porque la realidad es esa, las cosas hay que hacerlas cuando el corazón te lo pide, si esperas a que llegue el momento ideal para hacer algo es probable que nunca lo encuentres y te quedes con las ganas de haberlo hecho. Así es.
Pequeño mío, hoy es tu quinto
cumpleaños. Ya mides 117,5 cm y pesas más de 20 kilos. Apuntabas maneras
desde la barriga y lo cierto es que fuera sigues creciendo a un ritmo
asombroso. Usas un 30 de calzado y en lo que va de curso ya te he
comprado 8 pares porque los destrozas todos al jugar. Igual que los
pantalones, todos llevan rodilleras porque te gusta jugar intensamente y
que a mi me den siete ataques cada vez que llegas a casa con los
pantalones rotos. Pero siempre te digo lo mismo, ¡disfruta! Eres un niño
y es lo que te toca.
A
tus 5 años seguimos durmiendo juntos. Tu habitación lleva montada desde
que naciste pero nunca has querido dormir allí. Siempre que te lo
propongo tu respuesta es la misma, te gusta dormir conmigo y que te
abrace. Y a mi no me importa porque lo que más me gusta en el mundo es
justo eso, dormir contigo, mirarte y poder abrazarte cada noche. Algún
día, no dentro de mucho, querrás dormir solo, ser independiente y yo
sabré que habré aprovechado el máximo de tiempo a tu lado. También
seguimos con la LM en seco. Esto lo descubrí no hace demasiado. El
trabajar fuera de casa nos pasó factura en ello. A pesar de llevarme el
sacaleches para estimularme y a pesar de que cuando estábamos juntos
aprovechabas por todos esos días que no podíamos estar juntos, mi cuerpo
debió notar esa distancia. Sin embargo, a ti parece no haberte
importado y no hay quien te quite la teta de mami. Igual que con el tema
de dormir, cuando te pregunto cuándo dejarás de querer teta siempre me
dices que nunca. Y a mi tampoco me importa, porque esos instantes que
estamos juntos, piel con piel, son magia. Y no lo cambio por nada.
Por
suerte, este año he podido conseguir trabajo en un cole a 10 minutos de
casa, todo el curso, lo que nos ha hecho no perder todo el tiempo que
hemos perdido estos dos cursos de atrás. Que aunque sé que la separación
era buena porque implicaba trabajo y todo lo que ello conlleva, no dejó
de ser duro para ambos. Pero necesito verte crecer como el respirar y
estar a tu lado en los momentos más especiales se me hace muy necesario.
A
tus 5 años tienes un carácter bastante difícil. Ya se intuía cuando
empezaste a tener rabietas importantes con sólo 15 meses. Era un
adelanto de lo que vendría en el futuro. A veces es difícil hablar
contigo y hacerte reflexionar, sobre todo cuando quieres algo. No hay
quien te convenza. Pero, ¿sabes qué? me gusta que seas así, que tengas
carácter y que tengas claro lo que quieres. Tienes mucha personalidad y
eso es importante. Sin embargo, por otro lado eres dulce, muy dulce, y
cariñoso conmigo y con los abuelos. Vas a ser un niño muy sensible y,
muy a mi pesar, vas a ser un sufridor de la vida, como yo. Sólo espero
poder estar a la altura y ayudarte a gestionarlo de la mejor manera
posible.
Este año ha
estado marcado por la pandemia y varios meses confinados en casa. No
hemos podido salir lo que nos hubiera gustado y hemos tenido que dejar
de hacer muchas cosas que nos gustaban hacer, sobre todo en verano. Sin
embargo, te has portado como un campeón y te has adaptado a las
circunstancias mejor de lo esperado. Hemos aprovechado para hacer otras cosas que sí hemos podido y hemos ido mucho al cine, ¡hemos visto casi todas las películas de dibujos que estrenaban! En el cole la seño siempre me
cuenta cosas muy buenas de tí, te gusta mucho trabajar y aprender cosas
nuevas. Hace pocas semanas también tuviste que estar confinado en casa por un positivo en tu clase, fuiste a hacerte una PCR y te portaste como un campeón. No dejas de sorprenderme cada día.
Tus juguetes favoritos siguen siendo los coches, en cualquier formato y tamaño. El momento del baño sigue siendo uno de tus momentos favoritos del día y te pasas el día pintando y llenándolo todo de luz y color. Tus dibujos favoritos son La Patrulla Canina, Bob Esponja, Peppa Pig, Los PJmask, Simón y Una casa de locos. También te gusta mucho Henry Danger, Spiderman, coleccionas Superthings y te está empezando a entrar curiosidad por los dinosaurios.
Un año más, sigo pensando que la maternidad es dura, muy dura, pero que lo compensa todo. Que por muy mal que parece que vaya todo, en un momento tú llegas, me miras, me abrazas, me dices cualquier palabra y todo lo que me preocupa o me entristece se me olvida de un plumazo, porque haces magia en mí. ¡Gracias por todo lo que me das cada día!
¡Te
quiero mucho, mi pequeño pingüino!