Hay libros que sólo a través de un título y una portada ya sabes que van a gustarte. Y así fue con éste. Una vez lo tuve en mis manos y lo leí una sola vez, se convirtió en un imprenscindible en nuestra biblioteca.
Este cuento "Siempre te querré" de la editorial Andana, está escrito por Robert Munsch e ilustrado por Noemí Villamuza. Unas ilustraciones muy bonitas porque parece que estuviesen hechas a mano.
Este cuento narra la historia de amor de una madre y su hijo, a lo largo de los años y durante toda la vida. Un amor que comienza con el nacimiento, cuando la madre ya le cantaba una nana a su hijo mientras lo arrullaba.
"Siempre te querré,
siempre tendrás mi cariño.
Mientras yo esté contigo,
siempre serás mi bebé,"
El cuento trata sobre cómo ese amor se va manteniendo y creciendo a través de los años, mientras el niño y su madre se van haciendo mayores.
Un amor eterno. Incluso cuando el niño, con dos años, se comportaba de forma rebelde y destructiva. Su madre le quería igual. Cada noche iba a su cama, mientras el pequeño dormía, lo cogía para mecerlo y le cantaba la misma nana.
Un amor sin límites. Incluso cuando el niño, con nueve años, no obedecía y decía palabrotas. Su madre le quería igual. Cada noche abría la puerta de su habitación, lo cogía para mecerlo y le cantaba la misma nana.
Un amor infinito. Incluso cuando el niño se convirtió en un adolescente, vestía ropas extrañas y escuchaba música rara. Su madre le quería igual. Cada noche, mientras él estaba dormido, ella entraba en su habitación, lo cogía para mecerlo y le cantaba la misma nana.
Pero el adolescente creció. Se hizo un hombre adulto y se fue a vivir a otra casa, a la otra punta de la ciudad.
Aún así, algunas noche, su madre cogía el coche y conducía hasta allí, se asomaba por la ventana de la casa y se acercaba a la cama, lo cogía para mecerlo y le cantaba la misma nana.
Y con el paso del tiempo el niño, que ya no era niño, siguió creciendo. Pero también lo hizo su madre. Un día llamó a su hijo y le dijo que fuese a verla, que no se encontraba bien. Así fue. Cuando su hijo llegó, ellá intentó cantarle la nana que siempre le cantaba pero no podía seguir. Estaba muy enferma.
Entonces el hijo se acercó a su madre, la cogió en brazos para mecerla y le cantó la misma nana que ella le había cantado tantas veces
"Siempre te querré,
siempre tendrás mi cariño.
Mientras yo esté contigo,
siempre serás mi mamá."
Esa noche, cuando el hijo llegó a su casa, y después de permanecer un rato en las escaleras, fue a la habitación donde dormía su hija recién nacida. La cogió en brazos para mecerla y le cantó la nana que su madre siempre le había cantado.
Un cuento muy emocionante. Porque la vida y la muerte están unidas siempre y es importante también trabajar este aspecto con nuestros hijos, aunque sea muy difícil. Me gusta mucho porque el libro muestra cómo todo el amor que esa madre le dio a su hijo, día tras día, le es devuelto, sin condiciones, cuando ella ya es mayor. Siempre que lo leo acabo emocionada y eso es lo que hace que sea tan especial.
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