Hoy, sobre estas horas, Bebé Pingüino decidía que ya estaba cansado de esperar y decidió adelantarse tres días para estar conmigo antes de lo previsto. Yo que ansíaba tenerlo en brazos y que lo amaba mucho antes de que él existiera dentro de mí, disfruté y exprimí el día de hoy como no he hecho con ningún otro momento o acontecimiento de mi vida. Nunca un día supuso tanto en mi vida y ninguno fue tan especial y mágico como aquel en el que supe que, por fin, después de tanta búsqueda y espera, lo tendría en mis brazos para siempre.
Durante estos tres años mi vida ha cambiado mucho. Para mejor.
A tus 36 meses ya puedo decir con total rotundidad que has dejado de ser un bebé para convertirte en un niño. Pesas 17 kilos, mides 1 metro y usas una talla 25/26 de calzado. Sigues siendo un niño muy independiente pero me buscas constantemente. Te gusta estar conmigo siempre.
Desde hace casi un año no usamos sillita cuando vamos a la calle. Lo cierto es que tampoco usamos mucho el carrito, ni cuando eras más bebé. Siempre has preferido el porteo, cosa que a mi me encantaba. Ahora, con tus 17 kilos, hemos seguido porteando en alguna ocasión más especial. Pero aunque aún te quedan unos kilos para poder dar por finalizada la mochila que tenemos, mi espalda ya se me resiente. Y es que tú no quieres ir en la posición a la espalda. A tí te gusta ir delante para ir mirándome la cara y dormirte, como siempre, en mi pecho. Esto es, precisamente, una de las cosas que más echaré de menos cuando seas grande.
Después de 3 años seguimos con LM, a demanda. Y demandas mucho. La gente se sigue sorprendiendo, no de que te siga dando el pecho, sino de que sea a todas horas. Y es que sí, me pides por la mañana, por la tarde y durante toda la noche. Y es algo que me encanta. Mi momento favorito del día es cuando nos tumbamos en el sofá, me pides la teta, me abrazas y te duermes así. Son instantes que intento capturar en mi memoria para no olvidar nunca la magia que siento en esos momentos.
Y por si esto no fuera poco, también seguimos durmiendo juntos. Y aunque alguna vez te he insinuado que tú tienes tu habitación y que puedes dormir ahí cuando tú quieras y estés preparado, tú siempre me dices que no. Y eso es otra cosa que me encanta. Porque no duermo la mitad de la noche por "culpa" de la LM pero no cambiaría el poder mirarte, besarte y abrazarte cada noche por nada del mundo
Mucha gente no entiende muchas cosas de mi forma de criarte pero no me importa porque no son ellos los que tienen que entender nada. Simplemente me basta con saber que eres feliz y que gracias a esas decisiones que tomé un día entre tú y yo se ha creado un vínculo muy especial.
Porque sí, porque ya eres mayor. Podría dejar de portearte, podría dejar de darte el pecho y podrías dormir en tu cuarto. Pero cada niño tiene un ritmo y un proceso. Y un día serás mucho más mayor e independiente, no querrás ir conmigo por la calle, puede que, incluso, te avergüence que te vean conmigo. Y ese día yo miraré atrás y ¿sabes qué? sentiré pena por el bebé que dejaste de ser pero me sentiré muy feliz de haber exprimido todos estos momentos que hacen que cuando estemos juntos sienta esa magia de la que hablo.
Y si durante tus dos primeros años de vida tuve la enorme suerte de pasar contigo casi cada uno de tus días, durante este tercer año hemos tenido que separarnos muchas más veces por cuestiones de trabajo, lo cual es lógico, pero a mi se me ha hecho muy duro. Y es que no es comparable el poder estar contigo 24 horas al día a no poder disfrutar apenas de ti.
Tienes adoración por los coches y tienes una colección bastante importante. También te gusta mucho Bob Esponja, La Patrulla Canina, Peppa Pig y, muy a mi pesar, Spiderman. Y es que me hubiera gustado que conocieras a este personaje un poco más adelante. Por fin te empiezas a entretener jugando solo, aunque sólo en pequeños ratos. Sigues queriendo que pintemos contigo. Y aunque también has descubierto la plastilina, y la disfrutas mucho, también te gusta que te hagamos nosotros las figuras.
Este año sí estás feliz en la guarde. Muy feliz. Estás muy contento con la seño y con tus compañeros. Disfrutas con todo lo que haces allí y siempre entras y sales muy contento.
Tu caracter sigue siendo bastante fuerte pero se acabaron las rabietas del principio. Aunque aún las tienes pero son más esporádicas y, sobre todo, más llevaderas. Por esta razón tu médica decidió derivarte a Atención Temprana donde no le dieron importancia al asunto. Sin embargo sí que percibieron una ausencia o retraso del lenguaje. Una sesión después te dieron el alta porque ya habías evolucionado todo lo que ellas esperaban. Yo no tenía ninguna prisa porque sé que cada niño es individual y diferente, con distintos ritmos, y no consideraba que tu ausencia o falta de lenguaje fuera significativa.
Durante este año hemos conseguido un logro muy importante en tu autonomía personal. Tú, y sólo tú, decidiste un día que querias hacer pipí en el retrete. Aproveché para comprarte un orinal que, al principio, usababas sólo ocasionalmente. Incluso había días o semanas que ni te sentabas en él. Pero poco a poco empezaste a coger la rutina de hacer pipí y caca ahí y llegó un día, antes de terminare el verano, en el que ya no necesitaste pañal durante el día. Sólo lo utilizamos por la noche y hay veces que incluso me pides levantarte a hacer pipí de noche y el pañal amanece seco.
En cuanto a sentimientos, algo que vengo experimentando durante toda la maternidad, pero sobre todo durante este último año, es la sensación de impotencia y miedo a que te pase algo o te hagan daño. Quizás ahora se hace más patente porque te haces mayor, cada vez tienes más autonomía y quieres más libertad e independencia. Dentro de poco irás al cole y conocerás gente nueva con la que vivirás experiencias y situaciones desconocidas hasta ahora. Sé que quizás me estoy adelantando mucho pero, como cualquier madre, no quiero que te hagan daño ni que sufras, y es algo que me atormenta bastante.
A pesar de todos tus logros y tus avances que me hacen ser consciente día a día de que ya has dejado lejos al bebé que un día fuiste, para mí siempre serás mi bebé. Y es ahora cuando más entiendo a tus abuelos y todas sus actitudes y comportamientos conmigo. Porque es cierto eso que dicen que uno no entiende a sus padres hasta que lo es.
Hoy es tu tercer cumpleaños. Y este año me ha tocado aprender a golpes y es que, por primera vez y por cuestiones de trabajo, estamos separados entre semana por 400km. Y me está costanto mucho entender que es por nuestro bien y por un futuro mejor para los dos. Porque sí, porque lo es. Pero yo sólo quiero estar contigo, y más en un día como hoy. Pero sé que has estado bien y que tus abuelos y tu prima Raquel te han acompañado y habéis pre-celebrado el día como me hubiera gustado. ¡Pronto estaré en casa para poder celebrarlo de nuevo!
Pequeño Pingüino, te haces mayor. Pero no hay un sólo día en estos tres años en el que no me hayas hecho feliz. Y cada día al acostarme sólo puedo dar gracias por tenerte en mi vida. Da igual que haya días que me vuelvas loca con tu comportamiento, que no pueda dormir bien o que tenga que comer tarde y frío. Al final todo me compensa por tenerte en mi vida. Y porque no hay una cosa que me guste más en la vida que poder estar contigo. ¡Gracias por ser así!
¡Te quiero mucho mi pequeño pingüino!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Al dejar un comentario en este post das tu consentimiento para el almacenamiento y gestión de tus datos por parte de Andrea Sánchez, responsable de Las aventuras de Bebé Pingüino, cuya única finalidad es gestionar los comentarios que realizas en este blog. Los datos que facilitas estarán ubicados en los servidores de Blogger (operador de web) y no serán utilizados para ningún tipo de uso comercial ni publicitario. Podrás ejercer tu derecho a modificar o eliminar tus datos enviando un email a: lasaventurasdebebepinguino@gmail.com
No olvides leer la Política de Privacidad, Aviso Legal y Política de Cookies de este sitio web para consultar todo lo relativo a Protección de Datos e información adicional (lo puedes encontrar en la parte inferior del blog)
¡Anímate a comentar! Me hará mucha ilusión leerte.