Mostrando entradas con la etiqueta Maternidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Maternidad. Mostrar todas las entradas

viernes, 8 de abril de 2022

SEXTO CUMPLEAÑOS DE BEBÉ PINGÜINO

Un año más celebramos que la vida te trajo junto a mi. Y no puedo estar más agradecida de todo lo que ha pasado durante estos 6 años que llevas a nuestro lado. Hay momentos duros, muy duros, claro que si. Pero es cierto lo que dicen de que los buenos momentos lo compensan todo. No puedo ser más feliz cuando, al finalizar el día, te veo dormido a mi lado. Ahí se resume todo. 

Estos 6 años han pasado muy rápido, demasiado. Aún recuerdo el instante en que te pusieron encima de mi. Estabas calentito y húmedo. Recuerdo esa sensación cada día y parece que estuviera sucediendo en este mismo momento. Nunca podré vivir un momento más mágico y brutal que el del día que naciste. Fue, simplemente, perfecto. 

Sexto cumpleaños de Bebé Pingüino

Como digo, estos 6 años han pasado demasiado rápido. Miro hacia atrás y tengo la sensación de haber dejado muchas cosas en el tintero. Muchas cosas por hacer y vivir juntos. Imagino que todo no se puede. Ya no eres un bebé, eres un niño. Un niño grande y maravilloso. Y aunque es triste, hay cosas que ya han quedado en el pasado y no van a volver. Pero ese es el precio de crecer. Y es buena señal, porque significa que estamos juntos y estamos caminando de la mano hacia delante. Creciendo felices.
En estos seis años me has demostrado, en muchas ocasiones, que no importan los días malos. Tú sabes perdonármelo todo. Aunque eso no es justo porque tú no te mereces tener que vivir mis peores momentos. Supongo que es cierto eso que dicen de que al final uno paga sus malos momentos con las personas que más quiere. Siento que tengas que ver esa cara de mi. También me perdonas el poco tiempo que paso contigo en ocasiones. Entre el trabajo y las oposiciones a veces estoy tan agotada que no tengo ni fuerzas para jugar contigo. Y es algo que me mata, cuando me preguntas que por que nunca puedo jugar contigo. 
 
Sexto cumpleaños de Bebé Pingüino

A tus 6 años, mides más de 120 cm, pesas casi 23 kilos y ya se te ha caído tu primer diente. Eres un niño con mucha energía y un carácter muy fuerte. Tienes claro lo que quieres y lo que te gusta. Eres muy inteligente y observador. Te quedas con todo lo que decimos y hacemos. Eres generoso y bueno. En el cole, la seño y tus compañeros, están muy contentos contigo. Te gusta mucho aprender, eres una esponja.  No te gusta mucho hablar del cole cuando te pregunto. Sin embargo, cuando por la noche estamos en la cama, te da por contarme todo. Seguimos durmiendo juntos. Dices que no quieres dormir de otra forma y, ¿para qué te voy a engañar? ¡Me encanta dormir contigo! Es algo que no me preocupa porque sé que no va a ser algo eterno y quiero disfrutarlo todo el tiempo que tú me permitas. También seguimos con la LM en seco. Desde hace varios años la lactancia dejó de tener una intención nutritiva para tí, pero te calma, te relaja... hace que nos sintamos juntos. Solo la pides para dormir y, a veces, cuando te despiertas. Son muchos años, pero lo disfruto como el primer día. 

Este año, por primera vez, vamos a celebrar tu cumple con tus amigos. Siempre lo habíamos hecho en familia. Primero porque eras más pequeño, luego por la pandemia... Este año hemos tirado la casa por la ventana y nos hemos animado. Estás muy emocionado y estoy convencida de que lo vas a pasar genial. Además, para la celebración en casa, te he hecho una piñata casera de Bob Esponja que no ha quedado nada mal.
 
Este curso has empezado multideporte y natación y te encantan, sobre todo natación. Disfrutas como pingüino en el agua. El verano pasado fuimos por primera vez los dos solos de vacaciones y, todas las semanas, me preguntas cuándo vamos a volver a aquel lugar. Disfrutas mucho de estar en familia.

Cuando llegan estas fechas siempre hago un balance de todo este tiempo compartido juntos y me hago la misma pregunta: ¿merece la pena? Y la respuesta es muy rontunda: sí. Ha merecido la pena buscarte durante tantos años, llorarte durante tantos días, pincharme durante tantas noches, estar hasta arriba de hormonas y tener la cabeza llena de interrogantes. Toda lucha mereció la pena porque tras la tormenta salió mi sol, tú. Y estos 6 años que me has regalado a tu lado (más 9 meses de embarazo también maravillosos) son el mejor motivo que tengo para vivir. Tú eres mi vida y haces que todo, absolutamente todo, merezca la pena.

¡Te quiero mucho, mi pequeño pingüino!  

jueves, 8 de abril de 2021

QUINTO CUMPLEAÑOS DE BEBÉ PINGÜINO

Hay días que siempre serán especiales y siempre merecerán la pena ser recordados. Hoy es uno de ellos, el cumpleaños de mi pequeño (ya no tan) Bebé Pingüino. Quizás, para mí, la celebración del día más importante de mi vida, el día que di a luz a mi vida entera. Sí, puede que suene algo cursi, pero es la realidad. El día que mi hijo nació, en parte yo volví a nacer. Y es que ahora no imagino mi vida sin él a mi lado.

Quinto cumpleaños de Bebé Pingüino

Bebé Pingüino llegó a mi vida, como muchos sabréis, tras varios años de búsqueda, éxitos y fracasos. Fue un camino duro e inestable por el que pasaría todas las veces que fueran necesarias hasta llegar a él. Ansiaba ser madre desde muchos años atrás pero no fue hasta finales de 2012 cuando por fin decidí tomar la decisión en firme y ponerme a ello. Pensé que no sería un camino tan difícil, total, era jóven (¡menudo disparate!, lo aprendí después) pero las cosas se fueron complicando casi desde el inicio. Sin embargo, recuerdo esos tres años de búsqueda como unos años bonitos, de aprendizaje, de conocerme y de reafirmarme cada día en que lo que más deseaba era tener un bebé. Incluso miro atrás con nostalgia porque aunque vuelva a tener otro hijo y vuelva a recorrer el mismo camino, nunca será igual. Recordar toda nuestra historia hasta el día de hoy me lleva a remover muchos sentimientos, todos ellos bonitos y especiales, como mi pequeño. 

¡Bebé Pingüino tiene ya 5 años! Y me da un poco de vertigo pensar en lo rápido que ha pasado el tiempo. Desde hace como tres años me planteo seriamente el darle un hermanito o hermanita, que es algo que él también me pide. Y me resulta gracioso lo irónica que es la vida. Tener a Bebé Pingüino fue un acto de locura en sí. Quizás no lo busqué en el mejor momento de mi vida, quizás no en el más estable económicamente. Sin embargo, ahora que tengo esa estabilidad en todos los sentidos de mi vida, no encuentro el momento ideal para ponerme a ello. Porque la realidad es esa, las cosas hay que hacerlas cuando el corazón te lo pide, si esperas a que llegue el momento ideal para hacer algo es probable que nunca lo encuentres y te quedes con las ganas de haberlo hecho. Así es.


Quinto cumpleaños de Bebé Pingüino

Pequeño mío, hoy es tu quinto cumpleaños. Ya mides 117,5 cm y pesas más de 20 kilos. Apuntabas maneras desde la barriga y lo cierto es que fuera sigues creciendo a un ritmo asombroso. Usas un 30 de calzado y en lo que va de curso ya te he comprado 8 pares porque los destrozas todos al jugar. Igual que los pantalones, todos llevan rodilleras porque te gusta jugar intensamente y que a mi me den siete ataques cada vez que llegas a casa con los pantalones rotos. Pero siempre te digo lo mismo, ¡disfruta! Eres un niño y es lo que te toca. 

A tus 5 años seguimos durmiendo juntos. Tu habitación lleva montada desde que naciste pero nunca has querido dormir allí. Siempre que te lo propongo tu respuesta es la misma, te gusta dormir conmigo y que te abrace. Y a mi no me importa porque lo que más me gusta en el mundo es justo eso, dormir contigo, mirarte y poder abrazarte cada noche. Algún día, no dentro de mucho, querrás dormir solo, ser independiente y yo sabré que habré aprovechado el máximo de tiempo a tu lado. También seguimos con la LM en seco. Esto lo descubrí no hace demasiado. El trabajar fuera de casa nos pasó factura en ello. A pesar de llevarme el sacaleches para estimularme y a pesar de que cuando estábamos juntos aprovechabas por todos esos días que no podíamos estar juntos, mi cuerpo debió notar esa distancia. Sin embargo, a ti parece no haberte importado y no hay quien te quite la teta de mami. Igual que con el tema de dormir, cuando te pregunto cuándo dejarás de querer teta siempre me dices que nunca. Y a mi tampoco me importa, porque esos instantes que estamos juntos, piel con piel, son magia. Y no lo cambio por nada. 

Por suerte, este año he podido conseguir trabajo en un cole a 10 minutos de casa, todo el curso, lo que nos ha hecho no perder todo el tiempo que hemos perdido estos dos cursos de atrás. Que aunque sé que la separación era buena porque implicaba trabajo y todo lo que ello conlleva, no dejó de ser duro para ambos. Pero necesito verte crecer como el respirar y estar a tu lado en los momentos más especiales se me hace muy necesario.

A tus 5 años tienes un carácter bastante difícil. Ya se intuía cuando empezaste a tener rabietas importantes con sólo 15 meses. Era un adelanto de lo que vendría en el futuro. A veces es difícil hablar contigo y hacerte reflexionar, sobre todo cuando quieres algo. No hay quien te convenza. Pero, ¿sabes qué? me gusta que seas así, que tengas carácter y que tengas claro lo que quieres. Tienes mucha personalidad y eso es importante. Sin embargo, por otro lado eres dulce, muy dulce, y cariñoso conmigo y con los abuelos. Vas a ser un niño muy sensible y, muy a mi pesar, vas a ser un sufridor de la vida, como yo. Sólo espero poder estar a la altura y ayudarte a gestionarlo de la mejor manera posible. 

Este año ha estado marcado por la pandemia y varios meses confinados en casa. No hemos podido salir lo que nos hubiera gustado y hemos tenido que dejar de hacer muchas cosas que nos gustaban hacer, sobre todo en verano. Sin embargo, te has portado como un campeón y te has adaptado a las circunstancias mejor de lo esperado. Hemos aprovechado para hacer otras cosas que sí hemos podido y hemos ido mucho al cine, ¡hemos visto casi todas las películas de dibujos que estrenaban! En el cole la seño siempre me cuenta cosas muy buenas de tí, te gusta mucho trabajar y aprender cosas nuevas. Hace pocas semanas también tuviste que estar confinado en casa por un positivo en tu clase, fuiste a hacerte una PCR y te portaste como un campeón. No dejas de sorprenderme cada día. 

Tus juguetes favoritos siguen siendo los coches, en cualquier formato y tamaño. El momento del baño sigue siendo uno de tus momentos favoritos del día y te pasas el día pintando y llenándolo todo de luz y color. Tus dibujos favoritos son La Patrulla Canina, Bob Esponja, Peppa Pig, Los PJmask, Simón y Una casa de locos. También te gusta mucho Henry Danger, Spiderman, coleccionas Superthings y te está empezando a entrar curiosidad por los dinosaurios. 

Un año más, sigo pensando que la maternidad es dura, muy dura, pero que lo compensa todo. Que por muy mal que parece que vaya todo, en un momento tú llegas, me miras, me abrazas, me dices cualquier palabra y todo lo que me preocupa o me entristece se me olvida de un plumazo, porque haces magia en mí. ¡Gracias por todo lo que me das cada día!

¡Te quiero mucho, mi pequeño pingüino!

jueves, 9 de abril de 2020

CUARTO CUMPLEAÑOS DE BEBÉ PINGÜINO

Un año más nos toca celebrar juntos la vida. Y un año más vuelve a ser un cumpleaños atípico. Si el año pasado no podíamos estar juntos en este día porque me había tocado trabajar fuera y la celebración tuvo que postponerse, este año nos ha querido compensar teniendo que estar juntos y sin poder salir de casa. No podremos salir a celebrarlo fuera, ya lo haremos cuando podamos, pero sabes que eso no es algo importante para nosotros. Lo único que nos importa es poder estar juntos.

Ahora me siento, pienso y miro atrás. Cómo ha cambiado mi vida en estos cuatro años. Cómo tras años eternos de lucha tu llegada me colmó de felicidad pero, a la vez, hizo que las manillas de mi reloj pasaran cada vez más y más rápido. Porque es así como lo siento, cada año se me escapan los días antes.

Cuarto cumpleaños de Bebé Pingüino

Hoy es tu cuarto cumpleaños y aún no puedo creer que ya seas tan mayor.

A tus cuatro años (o 48 meses, porque yo aún, en ocasiones, sigo pensando en meses, así me parece que eres más pequeño) mides casi 1,10cm y pesas casi 20kg. Ya usas una talla 27/28 de calzado. Eres un niño muy bueno pero te cuesta obedecer mucho y eso nos genera muchos conflictos. No eres nada tranquilo, te gusta estar constantemente haciendo cosas y moverte. Eres muy activo aunque eres bastante casero, como yo. Si durante algún tiempo pensé que serías un niño independiente y no demasiado cariñoso durante los últimos dos años has demostrado lo contrario. De hecho cada vez me buscas más y siento que me necesitas más. Y no te culpo. A mi me pasa lo mismo. Por suerte, eres un niño que no se suele poner malo casi nunca, salvo resfriados comunes.

Seguimos colechando juntos. Seguimos con la lactancia materna. Y, en ocasiones, seguimos bañándonos juntos. Porque, a pesar de lo rápido que va el tiempo, a nosotros hay cosas que no nos gusta que cambien. ¡Ya lo harán cuando sea el momento! Porque no hay cosa que me gusta más que despertarme a media noche y verte ahí junto a mi.

Igual que pasó el año pasado, este año me ha tocado trabajar fuera de casa y estar separados durante la semana. Por suerte, esta vez ha sido mucho más cerca y sin tantas horas de viaje en medio por lo que el viernes después de comer yo ya estaba en casa para dormir la siesta contigo. El año pasado yo lo llevé muy mal, pero tú parecías llevarlo bastante bien. Sin embargo este año ha sido diferente. Yo lo he llevado bastante mejor, pero tú no. Has estado triste. Incluso tu seño del cole lo ha notado. 

Este año has empezado el cole de mayores. Desde el primer día fuiste muy contento. Los primeros días estaba preocupada porque, pese a que te gustaba ir, en el recreo no querías jugar y sólo estabas con tu seño. Ella me decía que no me preocupase. Pero, pese a ser yo también seño y saber que es algo completamente normal, no podía dejar de preocuparme. Sin embargo un día empezaste a correr en el patio y no has parado. Te has hecho un amigo inseparable y, aunque no estáis en la misma clase, siempre que podéis estáis juntos. Es curioso porque su mamá y yo fuimos juntas a clase de preparto.

Los primeros días tampoco hablabas con tu seño. Ella me preguntaba y yo le decía que era tu carácter. Cuando no conoces a las personas o la situación es extraña para ti sueles tener una actitud de observador hasta que te sientes cómodo. Y así fue. Un día empezaste a hablar con ella y, como ocurrió con el patio, no has vuelto a parar. Ella está muy contenta contigo. En el primer trimestre le pedí una tutoría para ver cómo te habías adaptado y como te estaba yendo durante el curso y todo fue muy positivo. Además descubrí que tu seño también era monoparental y desde ese día empezamos a tener un feeling especial entre nosotras. 

Sigues teniendo adoración por los coches y demás vehículos. Todo lo que tiene ruedas te fascina. Este año hemos introducido actividades nuevas como juegos de mesa y arena mágica, que te encanta. Te sigue gustando mucho el agua y bañarte. ¡Cómo me cuesta sacarte de la bañera! Hablas mucho. Pero mucho mucho. Y nos reímos muchísimo con tus expresiones y reflexiones. ¡Te quedas con todo! Durante el verano, y tras muchos meses sin usarlo, volvimos a practicar el porteo. Esta vez a la espalda y ¡nos encantó la experiencia! 

Cuarto cumpleaños de Bebé Pingüino

Hay veces que siento que no acabo de ser la madre que tú te mereces. El cansancio y el agotamiento hacen que, a veces, sienta que no puedo más. Tú eres un niño y no deberías pagar eso, de ninguna de las maneras. Pero, en ocasiones, me frustro o siento que no llego a todo, y lo pago contigo. No es algo de lo que me sienta orgullosa, para nada. Intento mejorarlo día a día. Tú haces que yo siempre quiera ser mejor persona. Haces que siempre quiera estar bien y ser feliz. Y da igual lo triste que pueda estar o lo mal que me pueda sentir, porque vienes, me abrazas y todo lo demás pierde la importancia que creía que tenía. Sólo me importas tú. Sólo me importa que seas feliz. Y eso es lo que intento que suceda cada día.

Es curioso porque, durante los días previos a tu cumpleaños, no ha dejado de rondar por mi cabeza el día del parto y los primeros días en casa juntos. Obviamente son momentos que no quiero olvidar jamás pero llegados estos días parece que mi mente, automaticamente, me los recuerda aún más. Y a mi me encanta revivirlos y darme cuenta de que, aunque ya hayan pasado 4 años, aún siguen ahí como si fuera el primer día que ocurrió.

¡Te quiero mucho, mi pequeño pingüino! 

lunes, 8 de abril de 2019

TERCER CUMPLEAÑOS DE BEBÉ PINGÜINO

Hoy, sobre estas horas, Bebé Pingüino decidía que ya estaba cansado de esperar y decidió adelantarse tres días para estar conmigo antes de lo previsto. Yo que ansíaba tenerlo en brazos y que lo amaba mucho antes de que él existiera dentro de mí, disfruté y exprimí el día de hoy como no he hecho con ningún otro momento o acontecimiento de mi vida. Nunca un día supuso tanto en mi vida y ninguno fue tan especial y mágico como aquel en el que supe que, por fin, después de tanta búsqueda y espera, lo tendría en mis brazos para siempre.

Tercer cumpleaños de Bebé Pingüino

Durante estos tres años mi vida ha cambiado mucho. Para mejor.

A tus 36 meses ya puedo decir con total rotundidad que has dejado de ser un bebé para convertirte en un niño. Pesas 17 kilos, mides 1 metro y usas una talla 25/26 de calzado. Sigues siendo un niño muy independiente pero me buscas constantemente. Te gusta estar conmigo siempre. 

Desde hace casi un año no usamos sillita cuando vamos a la calle. Lo cierto es que tampoco usamos mucho el carrito, ni cuando eras más bebé. Siempre has preferido el porteo, cosa que a mi me encantaba. Ahora, con tus 17 kilos, hemos seguido porteando en alguna ocasión más especial. Pero aunque aún te quedan unos kilos para poder dar por finalizada la mochila que tenemos, mi espalda ya se me resiente. Y es que tú no quieres ir en la posición a la espalda. A tí te gusta ir delante para ir mirándome la cara y dormirte, como siempre, en mi pecho. Esto es, precisamente, una de las cosas que más echaré de menos cuando seas grande.

Después de 3 años seguimos con LM, a demanda. Y demandas mucho. La gente se sigue sorprendiendo, no de que te siga dando el pecho, sino de que sea a todas horas. Y es que sí, me pides por la mañana, por la tarde y durante toda la noche. Y es algo que me encanta. Mi momento favorito del día es cuando nos tumbamos en el sofá, me pides la teta, me abrazas y te duermes así. Son instantes que intento capturar en mi memoria para no olvidar nunca la magia que siento en esos momentos. 

Y por si esto no fuera poco, también seguimos durmiendo juntos. Y aunque alguna vez te he insinuado que tú tienes tu habitación y que puedes dormir ahí cuando tú quieras y estés preparado, tú siempre me dices que no. Y eso es otra cosa que me encanta. Porque no duermo la mitad de la noche por "culpa" de la LM pero no cambiaría el poder mirarte, besarte y abrazarte cada noche por nada del mundo

Mucha gente no entiende muchas cosas de mi forma de criarte pero no me importa porque no son ellos los que tienen que entender nada. Simplemente me basta con saber que eres feliz y que gracias a esas decisiones que tomé un día entre tú y yo se ha creado un vínculo muy especial.

Porque sí, porque ya eres mayor. Podría dejar de portearte, podría dejar de darte el pecho y podrías dormir en tu cuarto. Pero cada niño tiene un ritmo y un proceso. Y un día serás mucho más mayor e independiente, no querrás ir conmigo por la calle, puede que, incluso, te avergüence que te vean conmigo. Y ese día yo miraré atrás y ¿sabes qué? sentiré pena por el bebé que dejaste de ser pero me sentiré muy feliz de haber exprimido todos estos momentos que hacen que cuando estemos juntos sienta esa magia de la que hablo.

Y si durante tus dos primeros años de vida tuve la enorme suerte de pasar contigo casi cada uno de tus días, durante este tercer año hemos tenido que separarnos muchas más veces por cuestiones de trabajo, lo cual es lógico, pero a mi se me ha hecho muy duro. Y es que no es comparable el poder estar contigo 24 horas al día a no poder disfrutar apenas de ti. 

Tienes adoración por los coches y tienes una colección bastante importante. También te gusta mucho Bob Esponja, La Patrulla Canina, Peppa Pig y, muy a mi pesar, Spiderman. Y es que me hubiera gustado que conocieras a este personaje un poco más adelante. Por fin te empiezas a entretener jugando solo, aunque sólo en pequeños ratos. Sigues queriendo que pintemos contigo. Y aunque también has descubierto la plastilina, y la disfrutas mucho, también te gusta que te hagamos nosotros las figuras. 

Este año sí estás feliz en la guarde. Muy feliz. Estás muy contento con la seño y con tus compañeros. Disfrutas con todo lo que haces allí y siempre entras y sales muy contento.

Tu caracter sigue siendo bastante fuerte pero se acabaron las rabietas del principio. Aunque aún las tienes pero son más esporádicas y, sobre todo, más llevaderas. Por esta razón tu médica decidió derivarte a Atención Temprana donde no le dieron importancia al asunto. Sin embargo sí que percibieron una ausencia o retraso del lenguaje. Una sesión después te dieron el alta porque ya habías evolucionado todo lo que ellas esperaban. Yo no tenía ninguna prisa porque sé que cada niño es individual y diferente, con distintos ritmos, y no consideraba que tu ausencia o falta de lenguaje fuera significativa. 

Durante este año hemos conseguido un logro muy importante en tu autonomía personal. Tú, y sólo tú, decidiste un día que querias hacer pipí en el retrete. Aproveché para comprarte un orinal que, al principio, usababas sólo ocasionalmente. Incluso había días o semanas que ni te sentabas en él. Pero poco a poco empezaste a coger la rutina de hacer pipí y caca ahí y llegó un día, antes de terminare el verano, en el que ya no necesitaste pañal durante el día. Sólo lo utilizamos por la noche y hay veces que incluso me pides levantarte a hacer pipí de noche y el pañal amanece seco. 

En cuanto a sentimientos, algo que vengo experimentando durante toda la maternidad, pero sobre todo durante este último año, es la sensación de impotencia y miedo a que te pase algo o te hagan daño. Quizás ahora se hace más patente porque te haces mayor, cada vez tienes más autonomía y quieres más libertad e independencia. Dentro de poco irás al cole y conocerás gente nueva con la que vivirás experiencias y situaciones desconocidas hasta ahora. Sé que quizás me estoy adelantando mucho pero, como cualquier madre, no quiero que te hagan daño ni que sufras, y es algo que me atormenta bastante.

Tercer cumpleaños de Bebé Pingüino

A pesar de todos tus logros y tus avances que me hacen ser consciente día a día de que ya has dejado lejos al bebé que un día fuiste, para mí siempre serás mi bebé. Y es ahora cuando más entiendo a tus abuelos y todas sus actitudes y comportamientos conmigo. Porque es cierto eso que dicen que uno no entiende a sus padres hasta que lo es. 

Hoy es tu tercer cumpleaños. Y este año me ha tocado aprender a golpes y es que, por primera vez y por cuestiones de trabajo, estamos separados entre semana por 400km. Y me está costanto mucho entender que es por nuestro bien y por un futuro mejor para los dos. Porque sí, porque lo es. Pero yo sólo quiero estar contigo, y más en un día como hoy.  Pero sé que has estado bien y que tus abuelos y tu prima Raquel te han acompañado y habéis pre-celebrado el día como me hubiera gustado. ¡Pronto estaré en casa para poder celebrarlo de nuevo!

Pequeño Pingüino, te haces mayor. Pero no hay un sólo día en estos tres años en el que no me hayas hecho feliz. Y cada día al acostarme sólo puedo dar gracias por tenerte en mi vida. Da igual que haya días que me vuelvas loca con tu comportamiento, que no pueda dormir bien o que tenga que comer tarde y frío. Al final todo me compensa por tenerte en mi vida. Y porque no hay una cosa que me guste más en la vida que poder estar contigo. ¡Gracias por ser así!

¡Te quiero mucho mi pequeño pingüino!

martes, 27 de noviembre de 2018

#MATERNITYTAG: 22 PREGUNTAS PARA MAMÁS BLOGUERAS

Hace varios meses que me despedí de vosotros prometiendo volver tras las vacaciones de verano. Lo cierto es que volver se me ha hecho más difícil de lo que tenía previsto pues aunque mi idea hubiera sido retomar el blog en Septiembre, han habido ciertas circunstancias que lo han hecho más complejo y al final me costaba encontrar el momento. 

Ni siquiera he podido celebrar con vosotros que a finales de Octubre, concretamente el día 27, mi blog cumplió 3 años. Pero lo hago hoy, y además también puedo celebrar que mi blog tiene ya su propio dominio, ¡por fin! ¿Qué mejor regalo de tri-aniversario que ese?

Tengo muchos temas de los que hablaros, muchos relacionados con mi maternidad en concreto y otros relacionados con la maternidad en solitario. Pero de momento doy la bienvenida a este tercer año de blog con un post en el que podréis conocer un poco sobre mi maternidad. Este #Maternitytag es una iniciativa de Ana, del blog Locas Madres Murcianas, que ha tenido un largo recorrido y ha sido compartido por muchas mamás bloggers.

Maternitytag: 22 preguntas para mamás blogueras

- ¿Tardaste mucho en quedarte embarazada? 

Un poco más de lo que me hubiera gustado. Ya sabéis que no me quedé embarazada con el método tradicional y es que al no tener pareja tuve que acudir a Reproducción Asistida sí o sí. A pesar de que yo pensé que sería algo mucho más sencillo tardé casi 3 años en conseguirlo. En el camino 7 tratamientos y 1 aborto bioquímico. Eso sí, la búsqueda fue, cuanto menos, memorable. ¡Espero tardar menos la próxima vez!

- ¿Cómo te enteraste de que habíais "dado en el clavo"? 

Cuando me hice el test de embarazo. Lo cierto es que durante toda la betaespera (periodo que va desde que te realizas el tratamiento hasta que te haces el test de embarazo) apenas tuve percepción de nada, ni sentimientos que me indicasen cual iba a ser el resultado. Eso sí, yo siempre fui muy positiva, igual que en mis 6 tratamientos anteriores. 

- ¿Lo comunicaste a tu entorno de alguna forma especial?

A mis padres se lo dije de una forma especial y original el mismo día en que lo supe. Les preparé una sorpresa para anuciarlo. Al resto de personas fue de una forma más normal. Aún así pilló de sorpresa a todos porque la mayoría no sabían que había iniciado la búsqueda para ser mamá, y las personas que lo sabían pensaban que estaba en un periodo de pausa tras mis primeros negativos.

- ¿Leiste algún libro/blog/web durante el embarazo que te ayudara a documentarte?

Leí mucho de todo. Durante el embarazo, la búsqueda... Cualquier ayuda, opinión y sugerencia era bien recibida. Me gustaba mucho leer blogs de otras mamás embarazadas y, por supuesto, de mujeres que buscaban ser mamás y estaban en tratamiento. Pero lo cierto es que cada mujer es un mundo y al final todo queda en experiencias personales.

- ¿Querías niño o niña?

Sé que es todo un clásico pero me era indiferente. Quería que estuviera sano. Tampoco tuve muchas intuiciones. Había días que tenía la sensación de que sería niño y otros que sería niña. No me preocupaba en exceso de ese tema.


- ¿Qué fue lo que más te gustó de estar embarazada?, ¿y lo que menos?

El embarazo en sí fue maravilloso y mágico. Tuve mucha, mucha suerte. Sé que no es lo más habitual. Sí es cierto que pasé un primer trimestre algo complicado por temas de sangrado. Pero quitando eso, el resto del embarazo fue genial. No tuve dolores, molestias ni, incluso, síntomas.

Lo que menos me gustó fue que me pasó muy rápido, sobre todo el último trimestre. Voló. Después de una búsqueda tan larga y difícil, el embarazo se me quedó corto. También es por lo que comento de que fue un muy buen embarazo, claro. Tengo la sensación de no haberlo exprimido al 100% pese a que en su momento sí lo creía. Son momentos muy especiales y yo los echo de menos.


- ¿Tuviste antojos raros?

No, tuve un embarazo bastante normal y no tuve gustos raros de ningún tipo. De hecho tuve bastantes pocos antojos. Yo diría que más bien eran caprichos aprovechando la situación.

- ¿Te dio por comer algo en exceso?

No demasiado. Comía de todo y variado. Aunque es cierto que durante el primer trimestre, y sobre todo las primeras semanas, me apetecían mucho las patatas fritas con sabor a jamón.


- ¿Le cogiste manía/asco a alguien/algo durante el embarazo?

No, lo cierto es que no.

- ¿Tenías claro el nombre que ibas a ponerle?

Desde mucho antes del embarazo y de la búsqueda tenía claros los nombres, tanto si era niña como si era niño. Y sobre todo tenía claro que el nombre escogido tendría que cumplir una serie de requisitos. Sin embargo, cuando tuve la ecografía de las 20 semanas en las que me dijeron que Bebé Pingüino sería un niño de repente todo cambió y me vino a la cabeza otro nombre que me estaba rondando en las últimas semanas y que además incumplía todos mis requisitos previos haciéndome ver que no siempre todo se puede planificar.


- ¿Parto natural o cesárea?

Mi parto fue un parto vaginal pero con epidural y ayuda de forceps. Pese a todo el panorama y lo duro que puede parecer, ¡no lo fue en absoluto! Es más, gracias a que mi pequeño se adelantó me libré de una cesárea a punto de programarse porque preveían que sería un bebé enorme.

- ¿Qué fue lo peor de tu postparto?

Quizás, por decir algo, lo peor fueron las grietas que tuve al principio en el pecho. Lo pasé realmente mal y de un pecho sólo podía darle de comer tumbada porque en cualquier otra postura me dolía una barbaridad. Aún así, salvo eso, tuve un post parto muy bueno en el que tampoco tuve mayor problema, Bebé Pingüino era muy bueno y yo tuve mucha ayuda.

- ¿Lactancia materna exclusiva, mixta o artificial?

 
En nuestro caso ha sido LME hasta los 6 meses aunque los primeros días tuve que darle algún bibe porque la leche no me subía y mi peque estaba ansioso. Aún seguimos con LM a los 31 meses y pienso prolongarla hasta que él, y sólo él, lo decida. He tenido mucha suerte porque fue relativamente fácil. Tuvimos un inicio un poco difícil en el que tuve grietas en ambos pechos que recuerdo más dolorosas que las contracciones. Pero fue muy poco tiempo y dio paso a una LM fácil y cómoda.


- ¿Cuna o colecho?

Colecho, siempre. Y eso que al principio era algo que me daba cierto respeto. Pero él mismo no quiso la cuna desde el primer momento y yo tampoco insistí. Ahora veo que no podía ser de otra manera. Dormir con él me hace muy feliz.

- ¿Cual es tu momento preferido del día ahora que eres madre?


Cuando nos tumbamos los dos un ratito en el sofá a relajarnos, tras el trabajo y la guarde, y me pide teta y nos quedamos abrazados. Algún día, incluso, nos dormimos. Son momentos que intento exprimir al máximo. También me gusta mucho cuando vamos a dormir y me busca la mano para que le abrace.

- ¿Qué cosas compraste/te regalaron que al final no has usado?


Mi maternidad ha sido muy atípica en todo. Y en esto también. No hemos usado la mayoría de cosas que normalmente todo el mundo usa: minicuna, cojín de lactancia, bañera, parque... Por suerte no gastamos nada en la mayoría de estas cosas.


- ¿Qué dijiste que no harías cuando fueses madre y has acabado haciéndolo?


Gritar. Y es muy triste, la verdad. Pensé que llevaría mejor ese tema. A veces no tengo demasiada paciencia y grito demasiado. Soy muy impulsiva. Pero intento trabajar en ello porque no me gusta nada de nada.

- ¿Qué es lo que mas echas de menos de tu época sin hijos?


Nada. Y lo digo con sinceridad. Yo he sido madre por decisión, en el sentido de que decidí que quería serlo porque yo sentía que ya había vivido todo lo que yo quería vivir sin tener hijos y quería ser madre. Nunca me ha gustado salir en exceso y el resto de cosas que me gustan hacer las puedo hacer con él sin problemas. También es cierto que tengo mucha ayuda y que las pocas veces que he salido sin él, para ir al cine prácticamente, mis padres se han quedado con él. Lo curioso es que, desde que fui madre, no tengo ganas de hacer cosas sin él. Y, por tanto, si se planea algo que no es apto para llevarlo conmigo, directamente no voy porque no me apetece ir sin él, a pesar de tener ayuda. 


- ¿Qué no repetirías o rectificarías si tuvieses otro hijo? 

Sé que no soy la mejor madre del mundo y que probablemente muchas cosas no las esté haciendo del todo bien. Por tanto, intentaría mejorar en estos aspectos pero no hay alguna cosa en concreto que volvería a hacer o evitaría de cara a tener otro hijo. Seguramente mi maternidad sería diferente del mismo modo que cada niño es individual y único y, por tanto, requieren otras cosas diferentes, sin más.

- ¿Qué crees que es lo más difícil hoy en día de ser madre?

 
Creo que lo peor es el tener que dejar a un bebé con 4 meses al cuidado de otras personas, por muy de confianza que sean. Yo he tenido la suerte de poder estar con él pero creo que es injusto que tenga que ser así para otras mamás. La conciliación es el gran tema a tratar y también la ampliación y mejora de las bajas. En mi caso, como familia monoparental, aún queda mucho que hacer.


- Guardería, ¿sí o no?

Sí, por supuesto. Creo que cada familia tiene que tener la opción de poder elegir. En mi caso sí, lo he llevado. Mi intención era no hacerlo hasta que tuviera 2 años pero por una serie de circunstancias lo empecé a llevar varios meses antes. Sus primeros meses fueron regular porque no acertamos con el centro. Pero este año está feliz.

- Y, la última! ¿repetirías?


¡Por supuesto! De hecho es algo que me gustaría. No lo veo como algo muy cercano porque ahora no puedo pero sí es algo que contemplo.

 - - - -

¿Cómo ha sido y/o es tu maternidad? ¿Te animas a responder tu propio #Maternitytag?

viernes, 10 de agosto de 2018

¡NOS VAMOS DE VACACIONES!

Este año blogueril ha sido muy intenso. Mi primer año fue un poco desigual. Empecé con mucha fuerza porque tenía mucho que contar (todo mi proceso en Reproducción Asistida) pero tras el nacimiento de Bebé Pingüino decidí dejar el blog un poco en stand-by porque ni podía (ni quería) separarme de él. Pero después del verano volví a retomarlo con muchas cosas que contaros. 

Este segundo año he celebrado mi 2 cumpleblog por todo lo alto gracias a marcas y artesanos increíbles y fui nominada a los premios Madresfera, ganando el premio en la categoría de Infertilidad. Eso me hizo coger más impulso e intentar ser más constante, algo que he logrado con creces. 

Pero ahora es el momento de descansar y de decir ¡hasta pronto! Porque el blog tiene mucho trabajo detrás y una se merece un tiempo para disfrutar. Porque Bebé Pingüino me necesita y yo lo necesito a él más aún. Así que ¡Nos vamos de vacaciones!

Nos vamos de vacaciones

Volveremos después de las vacaciones de verano, seguramente en Septiembre. Y lo haremos cargados de novedades. Con un diseño del blog más limpio y ordenado, con secciones (espero) y con dominio propio!

En cuanto al contenido del blog seguirá un poco la línea que estoy siguiendo. Seguiré hablando de Reproducción Asistida e Infertilidad pero ahondaré más en temas que me identifican más como la Maternidad en Solitario y las Familias Monoparentales. Os contaré más sobre por qué decidí ser madre soltera, cómo abordo el tema del no-padre de mi hijo y opiniones y ayudas que he ido encontrando durante todo el proceso. 

También os seguiré ofreciendo Reseñas porque me encantan! Me gusta mucho leer y creo que es interesante compartir historias y cuentos que nos han enamorado. Seguiré contando cómo vivo Mi maternidad. Tengo pendiente contaros mi experiencia con la LM (seguimos con ella a los 26 meses de Bebé Pingüino), con el porteo y con el colecho. Os contaré que artículos de puericultura nos han resultado imprescindibles y cuáles no. Estos dos puntos os sorprenderán bastante porque nos salimos de lo típico. 

Volveremos pronto, como digo, con muchas cosas que contar. Y no os preocupéis porque seguiré al día en las Redes Sociales, especialemente en Twitter e Instagram donde sabéis que suelo estar más activa.  

Así que disfrutad de estas vacaciones y... ¡Hasta pronto! 

 - - - -

¿Cómo ha sido tu año blogueril? ¿También necesitas tomarte un descanso de vez en cuando?

lunes, 2 de julio de 2018

PRIMEROS MESES EN LA GUARDERÍA

Si algo tenía claro clarísimo es que no quería que mi hijo fuese a la guardería hasta que tuviese dos años, es decir, un curso antes de empezar educación infantil. Y teniendo en cuenta que él nació en Abril y que la escuela empieza en eptiembre él tendría ya 29 meses por lo que ya sería algo más mayor y menos bebé. Y no quería que fuese a la guardería porque realmente no tengo necesidad. Por suerte puedo estar con él todo el tiempo y cuando no, mis padres pueden (y quieren) quedarse con él sin problema. Así que, como digo, lo tenía claro.
Primeros meses en la guardería

Sin embargo, cuando Bebé Pingüino cumplió 14 meses su comportamiento empezó a cambiar mucho. Siempre ha sido un niño con carácter pero, de repente, empezó a tener rabietas por todo. La teoría en estos casos me la sé muy bien pero la realidad es bien distinta. A mí no me funcionaba nada. Mi paciencia empezaba a agotarse por momentos. A esto tenemos que sumarle que Bebé Pingüino, aunque es un niño muy independiente, no deja de demandar atención, lo cuál es lógico. Pero yo, estando con él en casa, no podía ni encender el ordenado ni casi coger el móvil para hacer cosas o trabajar. La situación era bastante compleja. 

Coincidió que lo llevé a un pediatra a una revisión general y al ver su comportamiento me sugirió que lo llevase a una guardería. Lo cierto es que ya me lo habían dicho más personas pero eso de llevarlo a la guardería para "solucionar" comportamientos no me parecía adecuado. Más que nada porque no creo que esa sea la solución. Sin embargo sí que es cierto que necesitaba algo de tiempo en el día para hacer mis cosas y tampoco quería saturar a mis padres, así que pensé que quizás sería buena idea para todos llevarle unas horas. Mi intención era llevarlo sólo 2 o 3 horas por la mañana. Lo justo para que me diera tiempo a hacer lo mínimo de lo que tenía que hacer.

Teniendo en cuenta que estábamos en Noviembre, todas las escuelas ya habían comenzado un par de meses atrás. En mi pueblo sólo hay dos guarderías, una pública y una privada. Aunque no tenía problema en desplazarme. Mi primera opción fue visitar la pública. Pero estaba llena. Aún así me dieron los papeles para que los rellenase por si quedaba alguna plaza libre, pero al salir me pasé por la privada, que está justo enfrente, y concerté una cita con la dueña (directora) para conocer el centro y la metodología.

Aún no estaba del todo convencida de la decisión. Pero todo cambió cuando fui a esa visita. Para empezar no era una guardería al uso. Era una casa que ella había comprado y la había adaptado de forma que fuese una escuelita. De hecho, ella vive en la parte de arriba. En la parte de abajo estaban las tres aulas (una por edad), la cocina, los baños... Todo estaba conectado y en medio había un patio enorme que daba a un patio inferior donde había otro patio con huerto, árboles, conejos y gallinas. Era una escuela con una metodología respetuosa en la que, a pesar de haber tres aulas, todos los niños trabajaban juntos. De hecho no había demasiados niños. Trabajaban por proyectos y todo lo realizaban a través de trabajos manuales y murales en los que colaboraban todos, incluidos bebes, cada uno en la medida de sus posibilidades. Se basaba en pedagogías alternativas y ella tenía su propio método. Me gustó mucho todo lo que me explicaba y pensé que era un buen sitio para Bebé Pingüino. El horario, en nuestro caso, sería de 9-13 porque sacarlo antes era romper las rutinas y ritmo de trabajo. Me pareció bien, además comería en casa, eso sí que lo tenía claro. Allí almorzaría algo a media mañana que siempre sería fruta de temporada, salvo alguna excepción en cumpleaños o algún día ocasional que les daría alguna galleta o cereales. 

Empezamos en Diciembre. El primer día fui con cierto miedo. Lo comenté con muchas amigas mamás y casi todas me dijeron que era un día importante a nivel emocional, tanto para él como para mí. Me avisaron que seguramente ambos lloraríamos. Me conciencié todo lo que pude y, a pesar de que le había explicado que iba a ir a una escuela y que conocería a muchos niños y aprendería mucho, Bebe Pingüino se quedó llorando. Me pareció lo más normal del mundo puesto que habíamos estado 20 meses sin separarnos ni un sólo día. Yo también me fui un poco tocada pero por suerte la mañana pasó bastante rápido. Al recogerle también estuvo llorando y luego tuvo una tarde con mucha mamitis. 

Desde ese día y hasta el día de hoy la trayectoria de Bebé Pingüino en la guardería ha sido bastante irregular. Como es normal, de no ponerse ni un sólo día malo en casi 2 años, durante estos meses se puso malito varias veces. Por suerte, nada importante. Lo que pasaba es que como yo estaba en casa me permitía dejarlo conmigo a la mínima. En teoría sólo debía dejarlo en casa cuando tuviese fiebre alta o enfermedades importantes, pero a mi no me apetecía llevarlo si lo encontraba algo decaído, aunque sólo fuese un resfriado. Además también faltamos bastante en Navidad y en otros periodos vacacionales. 

¿Ha mejorado el comportamiento de Bebé Pingüino en estos meses? No. Así de rotundo. Es cierto que durante un tiempo pareció estar más tranquilo, pero de un par de meses hacia ahora vuelve a tener un comportamiento difícil y rebelde. Por tanto, no, la guardería no ayuda. Alguna amiga ya me lo había comentado. A su hijo le pasó igual. Y es que cada niño tiene un carácter y una forma de ser y el hecho de ir o no a la guardería no va a hacer que cambie. Ni se debería pretender que cambie.

Soy maestra de educación infantil y primaria y también soy madre. Sé que no es necesario que los niños vayan a la guardería y que el mejor sitio, el sitio natural para que se desarrollen, es estando con su familia. Pero también es cierto que cada familia tiene sus propias circunstancias. Y luego también depende de cómo sea cada niño. Sé que hay mucha controversia respecto a si llevarlos o no a la guardería, e incluso a educación infantil. Son etapas educativas no obligatorias. Pero aunque como madre sé que lo mejor para mi hijo es estar juntos el mayor tiempo posible, como maestra sé que es muy bueno para ellos el tiempo que están en la escuela y/o guardería. 

Mi opinión al respecto es que cada madre sabe cuáles son sus propias circunstancias y lo que es mejor para ella y su hijo y yo nunca voy a juzgar lo que cada una haga porque considero que cada una lo hace lo mejor que sabe y puede. En mi caso también era importante para mi que Bebé Pingüino socializase con otros niños. En nuestro entorno no tenemos muchos niños alrededor, prácticamente ninguno. Y a él le encantan. En el parque se vuelve loco y cuando estamos en la calle y vemos niños también. Me parecía importante que tuviese ese contacto que a él le hacía feliz.

El curso que viene aún no sé que haré. Aún está todo un poco en el aire. No hemos salido muy contentos de esta guardería. A nivel metodológico me ha parecido una pasada pero a nivel personal siento que ha dejado mucho que desear. Han sido muchas pequeñas cosas que han ido sumando y, por tanto, no quiero que mi hijo siga ahí. Sé que el mejor sitio para que Bebé Pingüino se desarrolle feliz es conmigo y sus abuelos, pero viene un año muy ajetreado y necesito tiempo para poder hacer todo mi trabajo y estudiar oposiciones. Es probable que se quede en casa pero ¡voy a necesitar aprender a hacer malabares!
 - - - -

¿Ha ido tu hijo este curso a la guardería? ¿Ha sido por cuestiones de estudio, trabajo o por necesitar un poco de tiempo para ti? ¿Has tenido una buena experiencia?

lunes, 11 de junio de 2018

PRIMERA VISITA AL ODONTOPEDIATRA: MI BEBÉ TIENE CARIES

¿No os ha pasado alguna vez que a pesar de estar muy informados sobre algún tema luego no lo aplicáis? Pues eso me ha pasado a mi. Y muy mal.
 

Siempre he sabido la importancia de una buena higiene bucal y dental para todos, incluso para los más pequeños. Yo he tenido la suerte de tener una boca sana y a mis 31 años no he tenido ni una sola caries. Y eso que en ocasiones reconozco que he sido un poco vaga y me he limpiado los dientes muy por encima y no de la forma adecuada.

Sabía que se recomendaba que los bebés se limpiaran la boca aún cuando no tuvieran dientes. Que era recomendable usar una gasita o una cepillo dedal. Y luego, ya con el primer diente, usar cepillos para bebés. La teoría me la sé a la perfección, como veis. Pero la realidad es que lo fui dejando. No le di importancia. Me parecía demasiado pequeño. Y me equivoqué.


Primera visita al odontopediatra: Mi bebé tiene caries

Sobre el primer año de edad de mi hijo empecé a ver qué algunos de sus dientes superiores (principalmente los incisivos centrales y laterales de arriba) estaban cambiando de color. Era como un amarillo sucio. Al principio pensé que eran restos de comida o suciedad por ese tema. De hecho me daba la sensación de que algunos días estaban más blancos que otros. Tampoco él me daba pie a que pudiera mirarle bien la boca.

Tengo que decir que a sus 12 meses mi hijo ya tenía casi todos los dientes y muelas. Habíamos estado con LME hasta los 6 meses y a partir de ahí iniciamos la alimentación complementaria aunque nunca dejé de darle el pecho a demanda. Y demandaba mucho, pese a la comida. No se saciaba del pecho en ningún momento, y mucho menos por la noche.

A los 18 meses le llevé a un Pediatra a que le hiciese una revisión general. Para ese momento los dientes que he comentado antes ya tenían un tono más marrón. Marrón clarito, diría yo. Y ya tenia muy claro que no eran restos de comida sino algo más. Efectivamente. El Pediatra, que con mucho esfuerzo pudo verle algo mejor que yo la boca, me confirmó que parecía ser falta de pigmento, es decir caries. Me dijo que solían salir por tres razones principales: uso de biberón, ingesta de dulces o de zumos azucarados industriales. En nuestro caso no cumplíamos ninguno de los tres puntos. Algún dulce le había dado en alguna ocasión pero era algo muy puntual como para que derivase en aquello. Me mandó un suplemento de calcio pero ya me avisó que eso no tenía vuelta atrás sino que, en todo caso, ralentizaría el proceso.


No me quedé tranquila, lógicamente. Así que me puse a buscar en mi ciudad un buen Odontopediatra. En cosas importantes no me la juego. Hay que tener en cuenta que muchas clínicas aunque revisan a los niños y los tratan, no tienen especialistas para ello. Yo buscaba que lo tuviera. Un Odontopediatra es un dentista especializado en niños y bebés. Y consideraba que era el más indicado para tratar a mi hijo.

Me estuve informando por si la SS ofrecía este servicio. Y no. En Andalucía el Dentista es gratuito en niños de entre 6-14 años, pero no antes. Así que busqué y rebusqué en internet todas las clínicas de mi ciudad que ofrecían este servicio. Me llamaron la atención varías de ellas así que busqué información más concreta y opiniones. Una de ellas era perfecta porque el especialista en odontopediatria estaba muy formado y, lo más importante, en constante renovación y actualización. Me pareció un punto muy destacable. Llamé para pedir cita y en cuestión de pocos días acudimos.

Me gustó mucho que, pese a ser el típico centro que se encuentra ubicado en un piso, estaba muy cuidado. Se notaba que estaban acostumbrados a tratar con niños por su decoración y la sala de espera que tenían. Estaba llena de recursos para ellos: juegos, pinturas... Aunque no pudimos aprovechar nada porque enseguida nos llamaron.

El médico se veía muy serio pero se notaba que estaba acostumbrado a tratar con niños pequeños. Me hizo tumbarme en la camilla y poner a Bebé Pingüino sobre mi. Le conté lo que pasaba y pasó a observarlo. Para mi sorpresa Bebé Pingüino se portó bastante bien. Pese a la incomodidad que suponía la situación, ya que todo era nuevo para el.

Cuando lo miro me dijo que, efectivamente, eran caries. Y me dijo, igual que el otro médico, por las tres razones que solía ocurrir. Le dije que en nuestro caso no se cumplían. Entonces me preguntó si le daba el pecho. Al decirle que sí me dijo que entonces ese debía ser el motivo, unido a otros factores como puede ser el hereditario o genética. Me explicó que no era el pecho en sí sino la falta de higiene. Al no lavarle los dientes diariamente, los restos de comida y azúcares permanecían en los dientes y, al contacto con la leche materna, se producía una especia de corrosión. Esto ocurría generalmente con la lactancia de por la noche ya que él solía dormirse al pecho por lo que no tragaba toda la leche y los restos podían producir todo esto.

Me gustó mucho su trato y su forma de explicarme las cosas. Me dijo que debía iniciar la limpieza bucal. Al menos dos veces al día. Principalmente por la noche. Me dijo que no usase crema porque se la iba a tragar y no era bueno. Me mandó un colutorio con un poco de flúor para compensar. Pero no para que él se enjuagase, porque se lo tragaría también, sino para que mojase un poco en una gasa y le frotase los dientes un poco con ella. Después debía dejar pasar 30 minutos antes de darle el pecho o cualquier otro alimento. Me dio cita para 6 meses después pero me dijo que si veía que iba a peor lo volviese a llevar.

Me tranquilizó cuando me dijo que aunque los dientes de leche estuviesen así no implicaba que los siguientes fuesen a sufrir la misma suerte. Y también me comentó que salvo que la cosa fuese a peor no recomendaba empastar porque era muy pequeño aún.

No me gustó que me propusiese dejar de darle el pecho. Me dijo que principalmente por la noche. Para que así, después de la limpieza bucal, no hubiese restos por la noche que provocasen más de lo mismo.

Me fui a mi casa con una sensación agridulce. Contenta porque ya estaba en buenas manos y sabía lo que tenía que hacer pero frustrada porque no quería tener que dejar de darle el pecho. Me había propuesto a mí misma que, salvo que algo realmente me lo impidiese, le iba a dar le pecho hasta que él y sólo él quisiese. ¿Era éste un motivo para quitárselo?

Tras esto, estuve comentando lo sucedido y hablando con varios grupos de amigas y fue todo un poco caos. Muchas me dijeron que tenía que hablar con asociaciones de apoyo a la lactancia, que si el médico no sabía de lo que hablaba, que si el pecho no provocaba caries, que buscara otra opinión... Otras me dijeron que hiciese caso a lo que me habían dicho. E incluso alguna que pertenecía a alguna asociación pro lactancia, me mandó información de cómo lo que me había dicho mi médico era cierto. Todo era muy confuso. Busqué información al respecto y sí es cierto que la mayoría de asociaciones de apoyo a la lactancia defendían que la LM no provocaba caries. Pero es que en realidad el médico no me dijo que las caries fueran provocadas por la LM en sí. Él me comentó que pasaba por un cúmulo de cosas, como he dicho antes y si, encima, había falta de higiene e ingería algo, los azúcares ahí presentes hacían de las suyas. Eso era así.

Entre tanta búsqueda me acorde de Lydia, del blog "Una madre en el dentista". La seguía por las redes y leía su blog, sabía que daba muchos y muy buenos consejos sobre higiene dental en los niños así que me dispuse a releer su blog buscando una teoría al respeto. Y lo encontré. En su post, Lydia venía a confirmar palabra por palabra lo que mi médico nos había dicho. Pero para estar más tranquila me animé a escribirle un email explicándole la situación y exponiéndole mis dudas. Ella muy amablemente me respondió e hizo que me quedase mucho más tranquila.

Tengo que decir que la primera noche, tras la visita al odontopediatra, y después de lavarle los dientes a mi hijo por primera vez, decidí iniciar el destete nocturno. ¿Con éxito? No. Él siempre se había dormido con el pecho y, además, hacemos colecho. Todo indicaba que no iba a ser fácil. Intenté aguantar lo máximo posible pero al final acabamos los dos llorando. Él porque quería teta y yo porque quería dársela. No volví a intentarlo más.

Entre otras cosas, la conclusión que saqué de todo esto es que siempre va a haber opiniones para todos los gustos pero al final una tiene que quedarse con lo que más le interese o más confianza le de. Tras consultarlo con Lydia también pedí opinión en el dentista al que iba mi madre. Es un centro de mucho prestigio en Málaga, que también tiene servicio de odontopediatría. Las respuestas fueron las mismas. Un dentista puede no estar en lo cierto pero tres ya eran demasiados, ¿no?

Los primeros días, tras la primera visita al odontopediatra, la higiene bucal no se nos daba del todo mal. Obviamente era muy difícil lavarle bien los dientes pero al menos estábamos cogiendo la rutina. Se dejaba poco, no nos vamos a engañar. Lo más fácil era pasarle luego la gasa. Sin embargo al cabo de pocos días la situación se complicó. Entre su intensidad y su (mi) poca paciencia no había mucho que hacer. Quería lavarse él solo, no me daba pie a nada, y lo único que hacía era chupar el agua del cepillo. Sólo quería mojarlo para chupar. El dentista de mi madre, que sabía la situación, nos regaló dos cepillos-dedal que me parecieron muy útiles pues, aunque Bebé Pingüino ya tenía muchos dientes, podía ayudarme a limpiárselos mejor. Esto funcionó varios días. Hasta que me dio un mordisco.

Le compré una crema sin fluor (por si se la tragaba) para ver si le motivaba más pero lo que hacía era comérsela, claro. La gasa con fluor tampoco funcionaba, porque aunque al principio lo íbamos llevamos mejor, luego me pedía teta antes de que pasasen los 30 minutos de espera.

Sin embargo, poco a poco y con mucha paciencia, parecía que la cosa iba mejor y casi nos habíamos plantado en los dos años. Quedaba poco para la revisión de los 6 meses que habíamos acordado con el Odontopediatra.

Y cuando quedaba poco para eso me empecé a dar cuenta de que uno de los dientes estaba muy feo. Casi diría que fue algo de la noche a la mañana. Así que decidí adelantar esa cita varias semanas. Efectivamente ese diente estaba casi insalvable. Ni siquiera podía empastarlo porque no podía ni limpiarlo. Me dijo que era mejor dejarlo así, salvo que yo notase que le doliese. En ese caso tendría que sacarlo. Pero eso implicaría anestesia y demás, por eso lo de dejarlo tal cual de momento. Sin embargo sí que me recomendó empastar otros 3 dientes y una muela.

Así que estuvimos yendo varios días. Le empastó los dos incisivos centrales superiores, uno lateral y una muela, aunque ésta me dijo que estaba mejor de lo que él había pensado, que sólo era superficial. También empastó la puntita del incisivo lateral que tenía más afectado. Bebé Pingüino se portaba muy bien. Y cada vez que iba, mejor aún. Sólo protestaba un poquito pero lo llevaba bastante bien. 


Desde ese día hemos intentado reforzar la limpieza bucal pero hay días que es realmente difícil, la verdad. Los empastes le han salvado la mayor parte de la boca, cosa de la que me alegro. Pero, a sus dos años, ya le falta casi un diente. Y es que, el incisivo lateral que estaba tan mal, acabó partiéndosele y sólo le queda un mini trozo que, salvo que le duela, se quedará ahí hasta que se le caiga (espero que) dentro de unos años.

Así que sí, la higiene dental es muy importante. Y lo es desde el inicio. A veces no nos damos cuenta o pensamos que no les va a afectar siendo tan pequeños pero siempre es mejor prevenir que pasar por todo esto, os lo aseguro. Aunque obviamente cada niño es un mundo y a todos no les afectan las mismas cosas de la igual forma. Probablemente en el caso de Bebé Pingüino hubo un cúmulo de cosas encabezadas por la genética o por tener mayor predisposición a ello. Sin embargo, hemos tenido la gran suerte de que nada de ello ha venido acompañado de dolor y eso, al menos, ha sido un gran alivio.


 - - - -

¿Os habéis visto en una situación similar? ¿Habéis llevado a vuestros hijos, tan pequeños, al odontopediatra? ¿Desde qué tiempo habéis iniciado el cuidado bucal?

lunes, 9 de abril de 2018

SEGUNDO CUMPLEAÑOS DE BEBÉ PINGÜINO

Dicen que cuando eres madre el tiempo pasa más deprisa. Y es verdad. Aunque reconozco que hasta hace poco no me había dado cuenta. Mientras estuve buscándote el tiempo pasaba muy despacio. Al menos así me lo parecía. Los días no pasaban así que las semanas y los meses se me hacían eternos. ¡Pero te encontré! Y tuve un embarazo muy bueno en el que no me diste ningún trabajo extra. Me lo pusiste todo muy fácil, incluso en el parto. Cuando te tuve en brazos por primera vez, ahí, justo en este instante, quise aprender a hacer que el tiempo fuese más despacio. Pero no se puede. Y lo cierto es que durante tu primer año de vida no me hizo demasiada falta. Los días me resultaban largos, productivos... Sentía que los exprimía a máximo. Vivimos numerosas primeras veces, te llevaba a lugares especiales para mí, te presentaba a miembros de la familia a los que no conocías... Y siempre estábamos juntos. Tuve mucha suerte de poder pasar ese primer año contigo y no tener que separarnos salvo en contadas ocasiones. Pero cumpliste un año y todo cambió. 

Segundo cumpleaños de Bebé Pingüino

Como por arte de magia el tiempo empezó a acelerase. Parecía que me estaba castigando por todo lo despacio y calmado que había ido ese primer año y me estaba restando ese tiempo ahora. 

Ayer cumpliste dos años. Tu segundo cumpleaños. Y me ha entrado vértigo de pensar en que el tiempo siga acelerándose más. Cada año más. ¡Porque yo quiero vivirte cada segundo de vida!

A tus 24 meses ya pesas más de 13 kilos, mides más de 93 centímetros y tienes todos los dientes fuera. Eres un niño muy independiente. Desde hace tiempo ya no quieres tu carrito si no es para jugar y no recuerdo la última vez que te porteé. ¡Con lo que nos gustaba! Pero ya quieres andar, investigar, descubrir, experimentar... ¡Vivir! Tienes un carácter bastante fuerte, algo que se intuía desde que eras un bebé bien pequeñito. Tienes mucho genio y decisión. Y hemos pasado por varias fases de rabietas importantes. Aún no está cerrada esa fase pero ya son menos intensas y más puntuales. Hace unas semanas que has decidido que ya quieres comer solito. Y yo comprendo, cada vez que te miro, que hace mucho que dejaste de ser un bebé para convertirte en un niño.

Adoras los coches, camiones, bicicletas, motos y todo tipo de vehículos con ruedas. Te gusta el agua, ¡te encanta mojarte! Y adoras la luna, en todas sus versiones. Hablas mucho. Aunque casi no te entendemos. Pero cada día dices palabras nuevas y hasta has dicho alguna palabra-frase que me ha hecho muy feliz. Y eres muy gracioso y muy pillo. Y sabes qué hacer para que te comamos a besos.

Y a mí me encanta dormir contigo cada noche. Porque sí, a tus 24 meses aún colechamos y lo haremos hasta que tú decidas que es suficiente. Tienes tu cuarto y tu cama para cuando llegue ese momento pero mientras tanto ambos disfrutamos de nuestra compañía mutua. Y no hay nada que me haga más feliz. A pesar de que apenas puedo dormir porque el colecho junto con la teta me hacen disponer de poco tiempo. A pesar de que te cuesta mucho dormirte y haya noches que casi me duerma yo antes que tú... No hay nada como verte dormido a mi lado para sentir paz. Y mucha mucha felicidad.

Y también me encanta que sigas queriendo el pecho. Y es que a tus 24 meses seguimos con Lactancia Materna. Podría decirse que he cumplido con la OMS. Pero eso no es lo que me importa. Lo que me importa es el hecho de todo lo que ha conllevado, para nosotros, poder darte el pecho. No sólo en tema de alimentación sino más bien de todo lo afectivo. Te encanta tumbarte conmigo en el sofá, coger la teta y abrazarme. Siempre con tus piernas encima mía. Y yo me muero de amor. Y es que tú lo adoras y no veo el momento en que quieras dejarlo, ni me importa. Como con el colecho, tú y sólo tú decidirás cuando se acaba.

Segundo cumpleaños de Bebé Pingüino

Hoy es tu segundo cumpleaños. Y desde el día en que llegaste a mi vida todo cambió. Cosas que importaban dejaron de hacerlo para dar paso a todo un mundo nuevo. Haces que todo tenga otro valor, das sentido a mis días. Desde que llegaste no han habido días malos o tristes porque cuando hay un atisbo de ello me basta con mirarte para que todo eso se esfume y darme cuenta de que nada es importante, sólo tú. Gracias por elegirme. Gracias por quedarte. ¡Gracias por ser tú!

¡Te quiero mucho, mi pequeño pingüino!

martes, 17 de octubre de 2017

DE CACHETES Y ENFERMERAS SINVERGÜENZAS

El miércoles fui a mi Centro de Salud a ponerle a bebé pingüino la vacuna de los 18 meses. Como ya he comentado en alguna ocasión, está en una fase de rabietas importantes y su comportamiento a veces no es bueno. Cuando le da por portarse mal, da igual donde estemos: en casa, en la calle o, como el miércoles, en el Centro de Salud.


Cuando entramos en la consulta de la enfermera, bebé pingüino gritaba, quería cogerlo todo y no quería que yo lo tuviera en brazos. Mientras ella preparaba la inyección me preguntó si estaba así todo el día. Le dije que últimamente sí y medio en broma me preguntó si sabía cuál era la solución para ese tipo de comportamientos. Le dije que no. Y ella me respondío haciendo con la mano el gesto de pegar.

Y digo medio en broma porque no puedo creer que una profesional me diga, en serio, que debo pegar a mi hijo para que se comporte bien. Aún así, este es un tema con el que no se debe ni bromear.

¿Cuál fue mi respuesta? Os preguntaréis. Ninguna. No. Lo cierto es que me quedé helada y un poco descolocada con eso. Porque jamás pensé que una profesional de ningún tipo me dijese algo así. Yo soy maestra, trabajo con niños y he visto de todo, pero jamás se me ocurriría decirle a una madre cómo debe educar a sus hijos y mucho menos pegarles para ello.

El miércoles, tras salir de la consulta, lo puse en Twitter y muchos me contestásteis indignados con la situación, con las cosas que vosotroso hubiérais dicho, que hubiérais puesto una reclamación y pedido cambio de enfermera. En este caso no puedo porque no es mi enfermera habitual, ni la de mi hijo. Tenemos asignados un enfermero mucho menos entrometido y bastante más amable, pero a veces se rotan y ayer, creo, fue la primera vez que nos atendió ella.


A posteriori todo es más fácil y ahora se me ocurren muchas cosas que decirle, pero como digo, en aquel momento me quedé bloqueada y no supe qué decir.

No comparto en absoluto que deba pegar a mi hijo un cachete para lograr que se porte bien. Mi hijo tiene 18 meses, es un niño que está dejando de ser un bebé. Está aprendiendo, explorando y buscando sus límites. Yo soy la única responsable en reconducirlo y hacer que sea una buena persona, pero eso no lo voy a lograr gracias a "un cachete a tiempo". No es esa la forma en que quiero educarlo. Y sí, a todos nos puede pasar fruto del estrés, la ansiedad o los estragos de la maternidad/paternidad, y en un momento puntual podemos explotar, reaccionar así y darle un cachete a nuestros hijos. Es algo que no está justificado de ninguna de las maneras pero nadie está libre de ello. Aún así, llevarlo a cabo como tónica habitual, no. Ni lo comparto ni lo entiendo.

Aunque, por supuesto, no voy a meterme en la forma de educar de cada padre o madre. Bastante tengo yo con mis cosas, y de igual forma que no me gusta que me juzguen como madre ni me digan cómo debo educar a mi hijo, yo intento no juzgar ni meterme en la forma de educar de nadie, aunque sus ideas sean contrarias a las mias. El respeto está por encima de todo. 

Me molesta y me entristece encontrarme con una profesional que me diga eso. Yo soy una persona que tiene clara las cosas, sé cómo quiero educar a mis hijos, las cosas que quiero y puedo hacer y las que, bajo ningún concepto, quiero llegar a hacer. Pero puede que mañana esta situación se repita con otros padres que, haciendo caso a lo que le dice alguien a quien se considera una profesional, crean y se convenzan en que tiene razón y que para que su hijo madure y se enderece deben darle algún cachete a tiempo. 

La violencia no está justificada e incitar a ella tampoco. Y mucho menos cuando estamos hablando de bebés y niños pequeños. Creo que cada uno, como madres y padres, hacemos con nuestros hijos las cosas de la mejor forma que sabemos o que podemos, y no debe venir nadie, ni nosotros permitirlo, a darnos lecciones y decirnos cómo debemos hacer para que nuestros hijos sean de tal o cual forma, por muy profesional que sea o por mucha experiencia que tenga.

Si te pasa igual que a mi, reacciona, habla y di todo aquello que yo no supe decir, pero no permitas que nadie, absolutamente nadie, te diga cómo debes educar a tu hijo, y mucho menos así.

- - - -

¿Vosotros os habéis encontrado con alguna situación similar? ¿Qué pasó? ¿Os quedásteis en blanco como yo o supísteis reaccionar a tiempo?

lunes, 2 de octubre de 2017

PAPELEO TRAS EL PARTO

Cuando nació bebé pingüino y nos dieron el alta también nos dieron un montón de papeles. Que si certificado de nacimiento, certificado de parto, recetas para mí, recetas que debía pedir para él a su pediatra, su cartilla de salud, mi cartilla de embarazo... Organizar todo el papeleo que nos hacía falta era un poco caos cuando lo único que quería era irme a casa y estar tranquila con mi bebé durante muchos días. Pero no, había que formalizar su nacimiento. Y en eso, como en otras muchas cosas, la sociedad no espera.

Siempre que hablaba o leía a otras mamás hablar sobre el tema del papeleo tras el parto notaba cierto agobio sobre ello. Que si los plazos son muy cortos, muchas cosas que entregar, bebés que lloran y demandan... Así que, como comprenderéis, me enfrentaba a ello de la misma manera. Sin embargo, mi experiencia fue muy positiva.



  • ASIGNACIÓN DE PEDIATRA Y PRIMERA CITA EN EL CENTRO DE SALUD.

Cuando estaba embarazada a iba a las consultas de mi Centro de Salud, me insistieron mucho para que, en cuanto mi hijo naciese, pidiese cita para la primera visita con la pediatra y para hacerle la prueba del talón, que debía hacerse allí entre el 3-5 día (salvo que se hiciese en el hospital directamente, por estancia prolongada o por cesárea). Me insistieron mucho en que no lo dejase de más porque en mi Centro de Salud había muchos niños y las citas estaban satudadas. 

Así que en cuanto nació bebé pingüino, mientras esperaba a que me dieran el alta, mi padre se acercó a pedir la cita. Como es un pueblo pequeño y nos conocen, no hizo falta nada más. Le dieron un papel donde constaba su número de la seguridad social, su fecha de nacimiento, el domicilio habitual, la pediatra que se le había asignado y algunos datos sobre el tipo de cobertura sanitaria que le correspondía. Con este papel podía ir sin ningún problema a su primera cita a la pediatra, aunque lógicamente aún tenía que ir al INSS a formalizar su nacimiento.

  • REGISTRO CIVIL => LIBRO DE FAMILIA.

Cuando mi hijo nació aún no estaba vigente en todos los hospitales el tema del registro, aunque sí que me dieron un papel con la información de nacimiento de mi hijo para facilitar el papeleo cuando fuera al Registro Civil.

Un par de días después de recibir el alta, un amigo vino a casa y nos comentó que algún amigo suyo había tenido que ir dos o tres veces al Registro sobre las 6 de la mañana porque daban muy pocas citas y se quedaban sin ellas. Aquí me entró un poco de desesperación y es que para hacer todo esto hay unos días de plazo que, entre unas cosas y otras, vuelan. Y además, al ser monoparental, tengo que acudir yo sí o sí, no puedo delegar en otra persona. Aunque sí para pedir la cita. Y aquí fue, otra vez, mi padre. El pobre estuvo desde las 7 de la mañana esperando a que abriesen. Lo hicieron sobre las 8 y le tocó la última cita de la mañana para inscripción de nacimiento. No repartieron más de 4 citas para eso. Desde que me llamó hasta que llegué ahí pasó una hora! Era la primera vez que salía de casa con bebé pingüino y ya sabéis: vestirlo, teta...

Cuando llegué acudí al mostrador y me dieron un papel que debía rellenar. Allí había una encargada con cara de amargada. Le pregunté si me hacía falta algún papel en el que constase que no había padre, y le expliqué que mi hijo era de FIV. En ese momento la chica me miró con mala cara y gritando me dijo que no y que a ella le daba igual si era por FIV o no. Fue muy borde. Me fui a otro lado a rellenar el papel que me habían dado y un rato después fue mi turno para entregarlo. Por suerte, me atendió otro hombre más amable. Y me dijo que, efectivamente como yo pensaba, tenía que firmar una declaración jurada en la que constara que no había padre. También me informó, aunque yo ya lo sabía, que podía invertir los apellidos de mi hijo si quería. Una vez lo tuvo todo, me hizo repasar muy bien todos los papeles. En resumen, los papeles que necesité fueron: mi DNI, el certificado de nacimiento expedido en mi hospital, el formulario que me proporcionaron allí y la declaración jurada en la que constaba que no había padre.

Salí de allí súper feliz con mi libro de familia!

  • INSCRIPCIÓN EN LA SEGURIDAD SOCIAL.

Cuando salimos del Registro Civil fuimos a desayunar porque bebé pingüino pedía teta. Como estaba tranquilo y al lado estaba el Instituto de la Seguridad Social, decidimos acercarnos para informarnos de lo que necesitábamos, aunque realmente ya lo sabíamos e incluso llevábamos todos los papeles, que básicamente eran el libro de familia, mi tarjeta sanitaria para incluirlo como beneficiario y un impreso de afiliación del bebé en la SS, que era igual que el papel que le habían dado a mi padre en el Centro de Salud el día que fue a decir que había nacido. Para nuestra sorpresa no sólo nos informaron sino que nos dieron cita para ese momento. Me dieron un papel que debía presentar en mi Centro de Salud, un documento acreditativo del derecho a asistencia santaria, para que me enviaran a casa la tarjeta sanitaria que llegaría en unos 15 días. Efectivamente, llegó en un par de semanas. Con este papel también se regulaba su derecho a recibir asistencia sanitaria en ese Centro y la asignación de pediatra que me hicieron al nacer.

Allí también aproveché para informarme sobre las ayudas a familias monoparentales y me informó sobre una ayuda que había de 1000€ directos. Una prestación por nacimiento que se daba en casos de familia numerosa, hijo de madre discapacitada o familia monoparental. Me dió el formulario y me dijo todos los documentos que me hacían falta. También me dió cita para otro día. Fue también un trámite muy rápido. Esta ayuda tiene un límite de ingresos, en mi caso estaba en paro y no estaba cobrando así que me lo dieron sin problemas. 

  • EMPADRONAMIENTO.

Nuestro Ayuntamiento está al lado del INSS así que mi madre y yo nos envalentonamos aprovechando que bebé pingüino seguía durmiendo. Decidimos aprovechar para empadronarlo, que era el último papeleo gordo que quedaba. Allí fue todo un poco más lento porque había mucha cola pero una vez nos atendieron fue muy rápido también. Me dieron un volante conforme estaba inscrito en el domicilio familiar pero para otros trámites, como el DNI, tuve que volver para solicitar un certificado de empadronamiento. Ahora, no sé por qué, ya no dan directamente el certificado si no que se tiene que solicitar expresamente. Para inscribirlo es únicamente necesario en DNI de la madre o padre pero para solicitar un certificado (cuya validez es mayor) tienes que aportar los DNI de todos los miembros de la unidad familiar.

  • DNI Y PASAPORTE.

Hacer el DNI y el pasaporte no es algo obligatorio, pero aproveché que yo tenía que renovarme el DNI para hacérselo a él. Una vez allí, pensé que por qué no hacerle el pasaporte también. No tenía cita pero me dijeron que no había problema, que me lo hacían igual. 

Para el DNI de bebé pingüino hacía falta una foto de carnet, un certificado de empadronamiento y un certificado literal de nacimiento expedido por el Registro Civil. Con este último documento tuve una mala experiencia. Lo solicité por internet, para ahorrarme las colas, y aseguraba que llegaría en 15 días. Nunca llegó, así que tuve que ir yo misma al Registro Civil a solicitarlo. No le tomaron ninguna huella al ser tan pequeño pero el policía encargado sí que comprobó físicamente que bebé pingüino correspondía al bebé de la foto. En el caso del pasaporte me pidieron una fotocopia del libro de familia, por el tema de no tener padre, me dijeron que tenían que constatar que era cierto. Imagino que ese tema está ahora muy controlado. Si se hace el pasaporte de forma aislada hay que llevar una foto de carnet y el DNI del bebé.

Yo vivo en un pueblo pequeño y aún así había bastante demanda para hacer tanto el DNI como el pasaporte, por eso se suele aconsejar que se coja cita con bastante tiempo previo. De hecho, no lo hice en mi pueblo sino que fui a la capital porque adelantaba varias semanas el papeleo. La forma más cómoda es a través de la plataforma digital, es bastante fácil de usar y tiene la ventaja de que puedes optar por la localidad que tú prefieras y en el horario que más te interese. Además, puedes solicitar hacer sólo el DNI o ambas cosas y también puedes escoger si sólo quieres una cita para ti o si quieres una cita múltiple, para algún acompañante, como fue mi caso. 

Tengo que reconocer que para mi, todos estos trámites, fueron algo sencillo y bastante rápido. Pero antes de ello tuve mucho agobio pensando en que pasaría días y días para poder tenerlo todo. Me daba miedo que bebé pingüino llorase, lo pasase mal de aquí para allá, porque tenía muy poquitos días de vida y lo que menos merecía era estar de oficina en oficina. Es algo que hay que hacer, lógicamente, pero deberían permitirnos plazos algo más amplios. En mi caso fue un parto muy bueno y, a pesar de la episotomía, con una recuperación aún mejor, pero puedo entender una mamá con una cesárea, por ejemplo, lo mal que debe pasarlo en estos momentos. Además, como he dicho, al ser monoparental, me obligan a ir sí o sí a todo y creo que habría que poner un sistema en el que se pudiese delegar con algún tipo de documento en algún otro familiar. Yo reconozco que a mí me hacía ilusión ir a todo, porque eran los primeros pasos en la vida de mi hijo, pero no todas estamos en las mismas circunstancias ni nos encontramos igual de bien y los plazos nos limitan mucho.

En mi caso, al final resultó que el tema de los papeleos no fue para tanto. Pude hacerlo todo en una mañana. Salvo en DNI y el pasaporte pero, como digo, esto no era un trámite obligatorio sino optativo. Bebé pingüino se portó genial. Estuvo todo el rato durmiento y sólo se despertó a media mañana para desayunar. Lo que parecía un día de prisas y estrés se convirtió en un día especial en el que, por fin, presentaba a mi hijo al mundo! 

- - - -

¿Y tú, cómo llevaste el tema de los papeleos? ¿Se te hizo un momento especialmente duro o fue más fácil de lo que pensabas?