Como por arte de magia el tiempo empezó a acelerase. Parecía que me estaba castigando por todo lo despacio y calmado que había ido ese primer año y me estaba restando ese tiempo ahora.
Ayer cumpliste dos años. Tu segundo cumpleaños. Y me ha entrado vértigo de pensar en que el tiempo siga acelerándose más. Cada año más. ¡Porque yo quiero vivirte cada segundo de vida!
A tus 24 meses ya pesas más de 13 kilos, mides más de 93 centímetros y tienes todos los dientes fuera. Eres un niño muy independiente. Desde hace tiempo ya no quieres tu carrito si no es para jugar y no recuerdo la última vez que te porteé. ¡Con lo que nos gustaba! Pero ya quieres andar, investigar, descubrir, experimentar... ¡Vivir! Tienes un carácter bastante fuerte, algo que se intuía desde que eras un bebé bien pequeñito. Tienes mucho genio y decisión. Y hemos pasado por varias fases de rabietas importantes. Aún no está cerrada esa fase pero ya son menos intensas y más puntuales. Hace unas semanas que has decidido que ya quieres comer solito. Y yo comprendo, cada vez que te miro, que hace mucho que dejaste de ser un bebé para convertirte en un niño.
Adoras los coches, camiones, bicicletas, motos y todo tipo de vehículos con ruedas. Te gusta el agua, ¡te encanta mojarte! Y adoras la luna, en todas sus versiones. Hablas mucho. Aunque casi no te entendemos. Pero cada día dices palabras nuevas y hasta has dicho alguna palabra-frase que me ha hecho muy feliz. Y eres muy gracioso y muy pillo. Y sabes qué hacer para que te comamos a besos.
Y a mí me encanta dormir contigo cada noche. Porque sí, a tus 24 meses aún colechamos y lo haremos hasta que tú decidas que es suficiente. Tienes tu cuarto y tu cama para cuando llegue ese momento pero mientras tanto ambos disfrutamos de nuestra compañía mutua. Y no hay nada que me haga más feliz. A pesar de que apenas puedo dormir porque el colecho junto con la teta me hacen disponer de poco tiempo. A pesar de que te cuesta mucho dormirte y haya noches que casi me duerma yo antes que tú... No hay nada como verte dormido a mi lado para sentir paz. Y mucha mucha felicidad.
Y también me encanta que sigas queriendo el pecho. Y es que a tus 24 meses seguimos con Lactancia Materna. Podría decirse que he cumplido con la OMS. Pero eso no es lo que me importa. Lo que me importa es el hecho de todo lo que ha conllevado, para nosotros, poder darte el pecho. No sólo en tema de alimentación sino más bien de todo lo afectivo. Te encanta tumbarte conmigo en el sofá, coger la teta y abrazarme. Siempre con tus piernas encima mía. Y yo me muero de amor. Y es que tú lo adoras y no veo el momento en que quieras dejarlo, ni me importa. Como con el colecho, tú y sólo tú decidirás cuando se acaba.
¡Te quiero mucho, mi pequeño pingüino!
Ay amiga! Ya verás como por arte de magia el tiempo empieza a acelarse, mucho más si cabe. Precioso post, disfruta de tu pingüino al máximo y exprímelo todo lo que puedas porque cuando te quieras dar cuenta ...
ResponderEliminarUn besazo
Muchas gracias cariño. Sí, ya veo que el tiempo no me va a dar una tregua así que tengo que aprovecharlo al máximo sí o sí. Un abrazo!
EliminarFelicidades!!! Aprovecha que el tiempo vuela! El mío este verano va a cumplir 5 y ha crecido tan rápido!! Es una mezcla entre morriña y orgullo :)
ResponderEliminarUn abrazo guapa
Muchas gracias cariño. Sí, en nada el mío también va camino de los 5, jajaja. No quiero ni pensarlo! Un abrazo.
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