El primer día que vino me preguntó si quería bañarlo yo sola o si quería que me ayudase él. Yo estaba sola en la habitación porque mis padres estaban desayunado así que se me ocurrió decirle que me ayudase. Nunca había bañado a un bebé tan pequeño y no sabía cómo hacerlo. Lo que vi allí me dejó traumatizada! Cogió al bebé de las piernas, boca abajo y con el grifo de la ducha lo mojo, lo restregó todo de jabón, lo aclaró, lo envolvió de muy mala forma en la toalla y me lo dio. Bebé pingüino lloraba y lloraba. Estaba rojísimo. Fuera estaba el pediatra esperando, no me dejó ni que tranquilizase al bebé, le miró 2-3 cosas y se fue. Nos quedamos solos y lloré. Mucho. Me sentí impotente porque todo esto había sucedido en dos minutos! Lo había lavado como quien frega un plato. Y sé que ellos están acostumbrados a manejar niños pero para mí no era una excusa. No me gustó el trato. Tras ese momento fue la primera vez que pensé que iba a sufrir mucho como madre! Al día siguiente lo volvió a bañar, estaba también mi madre. Y coincidió conmigo en lo que yo opinaba. El tercer día vino otra enfermera. Lo bañó, un poco mejor, y me explicó (porque yo le pregunté) cómo curar el ombligo. Luego mi madre fue a coger al bebé y la enfermera, con muy mala leche, le dijo que no, que al bebé lo cogiese su madre. Nos quedamos las dos un poco sorprendidas.
En cuanto a mí, y debido a los forceps, me hicieron una episiotomía bastante importante. Sin embargo me la hizo una cirujana y yo no sé si fue eso lo que hizo que fuese todo tan fácil. El caso es que los puntos se fueron cayendo solos durante la cuarentena. Ella me dijo que no lavase la herida con ninguna crema especial. Simplemente que me lavase con jabón y lo arrastrase hacia atrás con la ducha (nada de baños de inmersión). No tuve ningún dolor en la zona, ni tirones y, por suerte, tampoco se me infectó. Lo que no me gustó en ningún caso es que sólo me miró la herida al día siguiente del parto. Ese día me apretó también la barriga, por la zona del útero (como habían hecho tras el parto) para comprobar que estaba volviendo a su tamaño y explicarme que yo debía hacerme eso varias veces al día, que así también ayudaba a expulsar la sangre. Estuve dos días más en el hospital y no volvío a mirarme.
Respecto al tema del sangrado lo recuerdo como bastante abundante. Cada poco tiempo me tenía que cambiar la compresa. Eso estando en el hospital. Fuera iba a menos. No estuve los 40 días sangrando, creo que duró unos 30 o así. Las compresas que utilicé fueron de Farmaconfort. Eran muy parecidas a las que me daban en el hospital y me resultaban muy cómodas.
Mi cuerpo cambió bastante también. Cuando me levanté al día siguiente del parto me sentí muy rara. No me gustaba nada la sensación que sentía al tocarme la barriga. Digamos que, en cierta manera, me sentía vacía. Era un sentimiento extraño porque claro, mi bebé estaba conmigo! pero la barriga se echaba mucho en falta. Como sólo engordé 6 kilos durante el embarazo y bebé pingüino pesó casi 4 kg me veía muy delgada! Eso no duró mucho. Pronto volví a tener la barriga "fofa" que tenía antes del embarazo. Y del pecho mejor ni hablar. Un poco más y me llega al ombligo! Qué manera de caerse, oye! Pero son las señales de haber llevado una vida dentro así que no quiero quejarme.
El último día, el lunes, pasaron a ver a bebé pingüino varias personas. Por un lado, le hicieron las pruebas de los oídos que, por suerte, salieron bien. También le hicieron una prueba sobre la coloración de la piel, pero yo no me enteré de que se la habían hecho y eso que no me separé de él. Cuando la pediatra vino me comentó que le había salido que tenía algo de ictericia (coloración amarillenta de la piel) y me recomendó que lo pusiera al sol. Eso hice los primeros días, en casa y, en cuestión de días, mejoró bastante. Le hizo una revisión general y me dijo que podiamos irnos sin problema. No sin antes decirme que bebé pingüino había perdido un 11% del peso con el que nació. Se había quedado en 3,450 kg. Me dijo que era mucho pero que no me preocupase. No le dio demasiada importancia. Y es que mis primeros días con la lactancia fueron algo "regulares", pero eso os lo contaré con más detalle en otro post.
Tras la visita de la pediatra nos dieron el alta a los dos. Con un montón de papeles e "instrucciones" para los primeros días.
Recuerdo el parto como un momento en el que estuve muy bien atendida por todo el equipo. Todos muy antentos, te lo explicaban todo de antemano y eran muy agradables. Sin embargo, mis tres días en la habitación fueron bastante lo contrario. Los enfermeros eran bastante secos, cortantes y siempre iban como enfadados. Parecía que si preguntabas algo los estabas ofendiendo. Imagino que era por el ritmo de trabajo que llevaban y por los recortes que estaba habiendo, puedo entenderlo, pero me fui de ahí muy decepcionada por su atención.
Otra de las cosas que no me gustó nada fue que el segundo día, a pesar de que me trajeron la cena, no pude cenar porque estaba dándole el pecho a bebé pingüino. Cuando vinieron a por la bandeja les dije que luego cenaría y que les llevaba yo la bandeja. La chica me miró muy seria y me dijo que no, que me la quedase en la habitación hasta el día siguiente. No me gustó nada. No por el hecho en sí, sino por la forma de decírmelo, el tono y la mirada.
Por suerte, ya en casa, el post-parto no fue un periodo difícil. Tengo que reconocer que he sido muy afortunada. Me costó mucho conseguir el embarazo y pasé un primer trimestre muy complicado por las pérdidas pero, tras eso, mi embarazo fue bastante asintomático, mi parto fue genial y el post-parto mejor aún y es que no lo pasé nada mal.
Sin embargo, la maternidad no es un camino de rosas. Es complicada. Se necesita mucha ayuda. A pesar de ser madre soltera por elección tengo la ayuda diaria de mis padres que me han hecho muy fácil el camino y que me hicieron vivir los primeros días y meses de bebé pingüino de una forma bastante cómoda. Me ayudaban tanto que mi única preocupación era cuidar del bebé, todo lo demás no era un problema. Nunca voy a poder agradecerles tanto apoyo y comprensión. Por eso creo que es fundamental saber pedir ayuda, no sentirse mal por ello. Las primeras semanas son complicadas, hay que cuidarse mucho. Que el bebé pase a ser el centro de tu vida no quiere decir que tú no tengas que cuidarte.
¿Y tú, cómo viviste tus primeros días en el hospital? ¿Tu post-parto fue difícil?
Me he quedado en shock con lo del baño del bebé, yo no lo bañé hasta que se le cayó el ombligo, y esa brusquedad, madre mía... Yo, casualidades de la vida, me tocó la misma habitación con el niño que con la niña, sólo que la niña en 2002 y el niño en 2015! Nos hizo mucha gracia! Del peque me hicieron cesárea y tmb me tuve que quedar más días en el hospital... Me ha gustado tu post,me ha hecho revivir algunos momentos del hospital!! Un besito!
ResponderEliminarA que es fuerte lo del parto? Cuando llegamos a casa no lo bañe en bastantes días. Además los bebes no se ensucian tanto, salvo que se hagan caca, claro. Y aún así yo le limpiaba con esponja. Muchas gracias por pasarte y, sobre todo, por tus palabras!
EliminarYo el último dia en el hospi lo pase fatal.con las visitas, no pude descansar. Y después ya en casa (aunque pase el.primer mes en casa mis padres) bastante bien, teniendo en cuenta que tenia a toda la familia de mi mariso en mi casa. Quitando eso, lo que mas notaba era el cansancio, esroy axostumbrada a caminar y apenas podía ! La verdad es que mis padres y mi marido me cuidaron muy bien.
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